Nacido en la Tierra, sistema solar, abandoné pronto mis estudios en Antropología e Historia para huir de una familia acomodada y esconderme entre los nativos canadienses, quienes me dieron el nombre de Enola. Mi familia (los Scott), se habían establecido y levantado el vuelo hacia las estrellas desde los estados sureños de la Tierra. Ya solo nos queda el acento, supongo. En mi juventud no me veía sentado tras el escritorio de mi padre. Supongo que fue eso lo que me impulsó a buscarme a mi mismo en el lejano norte, muy lejos de todo lo que había aprendido antes. Los Nehane me encontraron avanzando por un camino, entre las montañas, solo con una mochila, un cuchillo  y unas botas gastadas.  Estaba enfermo, así que me invitaron a quedarme con ellos un tiempo. Decían que era demasiado solitario y de rasgos demasiado suaves, por lo que me pusieron un nombre usualmente femenino. De eso me enteré después, pues en aquella humilde tribu de pocas palabras encontré lo que me hallaba buscando. En los círculos internos de la tribu, una vez pasadas la iniciación, recibí el segundo nombre, el nombre secreto: Lobo.
                    Mi familia me localizó y mi padre ordenó mi regreso a su base de operaciones en Sirio. Se iba a retirar  y deseaba entregarme a su Endurance, la vieja nave con la que había conseguido tanto. A cambio me pedía únicamente dejar la vida salvaje y retornar a la civilización galáctica para continuar su proyecto. Yo solo lo ví como un trampolín para llegar aun mas lejos.
                  Durante un año estuve  realizando trabajos de lo mas variopinto, manchándome con el aceite de mis propias reparaciones.  Lo mismo llevaba correo urgente, que paquetería especial o me comprometía a llevar a salvo a algún pasajero en la pequeña y cutre cabina que pude adaptar en aquella vieja Diamonback. El objetivo no era otro que conseguir los créditos suficientes para comprar la magnífica ASP Explorer que veía cada día en los hangares del espaciopuerto de  Alcazar's Hope, en Merope (Pleyades). Por aquel entonces la Esperanza de Alcazar, que así la llamaríamos los hispanos, era una ciudadela de frontera, un nido de contrabandistas y mercaderes  en el mismo borde de influencia galáctica de la humanidad. Como siempre ha sido desde que el ser humano decidió asentarse, las fronteras son el mejor lugar para hacer negocios, legales o no. Así que Alcazar's Hope fue mi base, al menos por un tiempo. Pronto llegó el terror Thargoide. Conseguí reunir el dinero suficiente para comprar aquella ASP Explorer justo a tiempo, ya que reuní el valor suficiente para ir al encuentro de estas criaturas, cuando aun los encuentros eran pacíficos. Todo aquello cambió y la sangre de humanos y xenos cubrió la frontera galáctica. Cabria preguntarse, sin duda, si nuestra frontera no es el portal de la casa de otro. Pero esto creo que ha sido una historia humana que se repite desde hace mucho.
                  Cuando conseguí ingenierizar y dar potencia de salto suficiente a mi nave, la llamé Terranova. Lo hice en honor al famoso velero de Robert Scott, ese pariente lejano mio que luchó por el descubrimiento de las tierras lejanas del sur hasta encontrar su muerte. En aquellos primeros tiempos realicé un primer gran viaje a la Nebulosa California. Esta experiencia me otorgó el estatus suficiente como para pedir un puesto en GUIA, una organización de exploradores que estaba iniciando sus trabajos en aquel tiempo. Fueron varias las intervenciones realizadas por este grupo tratando de averiguar algunos de los secretos que se estaban descubriendo en aquel tiempo. Sin embargo un día la cúpula de de esta empresa desapareció, no recibiendo nuevas ordenes de exploración.  Decidí que era el tiempo de hacer un gran viaje en solitario, así que me apunté a la expedición Autumn Odyssey, que durante mes y medio de viaje recorrería más de 70.000 años luz , yendo hasta el lejano sur para retornar y rodear el núcleo galáctico. En el camino descubrí cientos de sistemas estelares nuevos, muchos con mundos habitables, nebulosas, agujeros negros y otras maravillas difíciles de describir.
      A mi regreso a la burbuja, después de tanto tiempo en soledad, encontré que había unas actualizaciones de la aviotrónica de las naves realmente excepcional. Actualicé todo el software y con los 300 millones obtenidos en mi viaje decidí ampliar y mejorar la flota. Adquirí una nueva nave de exploración, una Krait Phantom a la que llamé Nómada, destinada a ser mi nueva nave de exploración. Pero también pude adquirir un Krait MK II destinada  a realizar múltiples tareas, con las que seguir manteniendo los negocios que sustentan mis ansias de exploración. Mientras estaba en Jameson Memorial vi en un tablón de anuncios que el mítico escuadrón de los Corsarios de Heimdal había regresado y tenía sus filas abiertas a nuevos miembros. No tardé en mandar la solicitud y en ser aceptado, asi que ese es ahora ki estatus. Cadete en una organización de guerreros y exploradores que dicen proteger unas reliquias sagradas  pertenecientes a los legendarios dioses nórdicos de Tierra. Mi hogar ahora es HR 5307, un sistema con un claro pasado minero que trata de encontrar su propia libertad en una galaxia plagada de intereses. Este es mi lugar ahora.