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Real name
Han Tannhauser
Place of birth
Sol
Year of birth
3270
Age
40
Height
184 cm / 6' 0"
Weight
76 kg / 168 lb
Gender
Male
Build type
En buena forma
Skin color
Blanco
Hair color
Ceniza
Eye color
Implantes oculares
Accent
Español
Han nació en el sistema Sol, en la Tierra, cuna de la humanidad. Siguió a muy temprana edad los pasos de su padre, Howard Tannhauser, que fue capitán de navío de la armada federal durante el período 3250 - 3289, año en el que falleció en acto de servicio. Han continuó con el legado de su padre hasta la edad de 34 años, recién nombrado sargento, momento en que, debido a sus dudas acerca de la integridad del ejército federal (y el modo de vida de la Federación en general) decidió abandonar el cuerpo y toda afiliación con cualquier potencia política conocida.

En su nueva calidad de civil y con el poco dinero que había ahorrado de su servicio militar, adquirió una Diamondback Explorer de tercera mano en un desguace a un chatarrero llamado Willy Tuercasuelta, a precio de ganga.  Su intención era explorar los confines de la Vía Láctea y hacerse un hogar entre las estrellas. Aunque el MDD de su nueva nave apenas podía realizar un salto sin caerse a pedazos, se las arregló para hacer encargos de paquetería, comercio y contrabando entre sistemas cercanos durante un tiempo y, de esa forma, Han fue consiguiendo créditos poco a poco con los que fue visitando a diferentes ingenieros para restaurar y mejorar su nave. Hoy en día, esa Diamondback es la Golondrina, una exploradora de primera clase equipada con un MDD y módulos de última generación, una capacidad de combate más que aceptable para su tamaño y un potenciador de xenotecnología Guardián con el que es capaz de cruzar más de 70 años luz en un solo salto sin despeinarse.

Cuando Universal Cartographics comenzó a publicar datos de sistemas lejanos recabados por la Golondrina, Tuercasuelta se presentó ante Han acompañado de dos matones para tratar de recuperar su nave. Sobra decir que el explorador no estaba dispuesto a cancelar el trato que habían hecho hacía años. Han consiguió librarse de los matones y de Willy, pero a causa de un descuido y de un (des)afortunado disparo de bláster, sus ojos quedaron dañados permanentemente y perdió la vista. Por suerte, y en un acto de forzada generosidad, el estafador le pagó la implantación de ojos cibernéticos mejorados, por lo que Han ve ahora mejor que nunca. Eso sí: aunque ya no le hacen falta, le sigue gustando llevar sus viejas gafas de sol de cuando era sargento.

Han Tannhauser y la Golondrina viajan ahora incansablemente por los espacios inexplorados de la galaxia, siempre en busca de extraños fenómenos y nuevas regiones que descubrir, en las que nadie haya estado jamás. Tal vez volvamos a verle algún día por los sistemas civilizados, pero como él mismo dice siempre: «Volveré a la Burbuja el día en que allí suceda algo más interesante que lo que veo en mis viajes por lo desconocido».