Cmdr Samwell Aeducan
Role
Privateer / Explorer
Registered ship name
llv skyrim
Credit balance
-
Rank
Elite V
Registered ship ID
Imperial Cutter SA-01C
Overall assets
-
Squadron
Lavigny's Legion
Allegiance
Empire
Power
Arissa Lavigny-Duval

Logbook entry

Entre dos mundos.

25 Mar 2022Samwell Aeducan
- Señor, creo que debería venir a ver esto.- Samwell Aeducan permaneció impasible contemplando el océano desde su despacho. Sostenía una copa de Brandy Laviano casi vacía. Su secretaria trató de ser cortés, pero aquella actitud pasiva la estaba matando por dentro. Arriesgó un poco más.
- Señor, llevamos casi un año en tierra. Están pasando cosas ahí fuera. Debería ver estos informes.- Le irritaba aquella voz. Más aun cuando había vaciado ya media botella. El sol aún no había alcanzado su cenit. Al cabo de un instante oyó la puerta cerrarse.

Como echaba de menos a Daría May. Su co tripulante de caza interceptor, le acompañó por toda la galaxia. Compartieron largas sesiones minando en campos de asteroides para sacar dinero. Juntos llegaron hasta Beagle Point. A su regreso aceptaron luchar para la Confederate Space Systems. Se enfrentaron a la federación en varios conflictos. Demostraron que los Thargoides también sangraban y entonces sucedió. La batalla llegó a tierra. El comandante bajó de la nave. Pero aquello no era como se lo pintaron. Le prometieron una autentica ODYSEA pero encontró la tristeza. Los colores se apagaron. Las lineas se desdibujaban y aquel nuevo combate en tierra, no era como él se lo imaginaba. Lento, aburrido pero sobre todo, sin sentido. Se imaginaba asaltando el puente de las meganaves de la federación, o defendiendo su propio puente. Arrasando nidos de Thargoides o defendiendo los nuevos asentamientos humanos en Coal Sack Nebula de los alienígenas. Explorando estaciones infectadas. Todo menos aquello. Esos pobres desgraciados de los asentamientos planetarios que debía masacrar era lo más estúpido que había echo en su vida. Que sentido tenía todo aquello. A penas se molestó en ingenierizar un par de armas. Estaba en una guerra, en la que no quería participar. Tan dura fue la experiencia, que al regresar al portanaves Invictus, tomó la decisión de retirarse. Si este iba a ser el futuro, no quería estar en él.
La decisión de retirar el Invictus fue un duro golpe para muchos, que vieron como debían rehacer su vida en otro lugar, a las ordenes de otros comandantes. Tatiana Fortune, la capitana del Invictus no pudo contener las lagrimas, al realizar su último salto, hasta Enoch Port, en el sistema Agartha, para su retirada. Jamás pensó que aquella mujer podría soltar una lagrima. Obviamente se tardaron varias semanas de papeleo, y otros procedimientos de seguridad. Uno no se baja del puente de un portanaves, como si se tratase de una simple nave. Lo que hizo más doloroso el proceso. Tatiana se despidió del comandante Aeducan, a su manera. Habían pasado muchos buenos momentos. Samwell siempre vió a Tatiana como una persona eficaz y eficiente. Jamás se imaginó que pudiera llevar esas otras cualidades a la cama y cumplirlas con la misma diligencia. Incluso se sintió un novato en manos de aquella cualificada capitana. Cuando la vio irse, se preguntó porqué no la habría interdictado antes. La galaxia era muy grande y jamas volvería a ver aquellos rizos dorados, y esa sonrisa, que nunca dejaba entrever, su perfecta dentadura. El cmdr Aeducan entendió demasiado tarde, las quejas de la capitana del tipo "Tarda usted mucho en pedir permiso de aterrizaje" o "Esa Cutter que pilota usted, podría entrar perfectamente en la plataforma pequeña numero 6, con la maniobra adecuada." Que ingenuo. Cien mil años luz a sus espaldas y aún no era un auténtico Aeducan. Al menos no con Tatiana. Lo que le llevó a pensar en Daria May, su copiloto.
Él siempre había pensado que ella, estaba bajo su mando, por el enorme sueldo que le pagaba. Lo que empezo siendo a penas una propina, se convirtió en una enorme suma de dinero. Dinero bien pagado por otra parte. Solo le dejaría a ella la Skyrim. Esa elegante Cutter, no podría ser pilotada por cualquiera. Cuando se retiró, Daría sin embargo, decidió continuar pilotando. "Mi vida está en las estrellas Samwell, no estoy hecha para la gravedad. Si regresas, buscame." Ella se fué y él se quedó contemplando el océano de Ngun 3.
Y así permaneció durante un año. Perdió el contacto con sus antiguos compañeros de la CSS. Supo que poco a poco se fueron retirando, aunque su legado seguía ahí fuera entre las estrellas. La gente de Lavigny's Legion cuidaba bien del comandante. Un defensor del Imperio siempre era bien recibido y le proporcionaron buenas cantidades de Brandi Laviano en su lujosa mansión de Ngun 3. Incluso había subido a la estación orbital de Thieve, para beber en compañía de otros comandantes, menos experimentados. Oía sus conversaciones sobre lo "emocionante del combate en tierra". No podía evitar resoplar y terminar bebiendo solo. Se sentía fuera de lugar. Nunca más regresó allí.

Aquella fría mañana de Marzo se encontraba mirando por la ventana, con más brandy que sangre en las venas, preguntándose donde estaba Daría May, y si Tatiana Fortune habría encontrado la felicidad, que secretamente buscaba, en brazos de otro comandante. No pudo evitar arrojar contra la ventana de su despacho, una sonrisa amarga. Había contemplado cientos de fenómenos extraordinarios en sus viajes, pero ninguno como el amor.

Dejó su copa de Brandy sobre el escritorio, dispuesto a terminarse la botella. Fue entonces cuando vio la tablet que le había dejado sobre la mesa su secretaria. Se disponía a apagarla cuando leyó el encabezado. El brandy se derramó fuera de la copa mientras Samwell leía el titular sin dar crédito.
"La Familia Aeducan, entre los traidores Neo Marlinistas".
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