Iniciando mi bitácora
07 Mar 2021Kike Barbagris
7 de marzo de 3307. 1ª entrada de bitácora.Después de algunos años surcando la galaxia, he decidido iniciar mi bitácora en este momento. La semana pasada estuve participando en la defensa de la Cumbre Galáctica en Sirio, y mientras daba caza a criminales decidí que era algo que quería poder recordar en el futuro. Tras canjear más de 64 millones de créditos en recompensas, y haber ganado otros 84 millones como parte del mejor 25% de comandantes (entre más de 17.500 pilotos) me he dado cuenta de que no recuerdo los detalles sobre cómo he ido labrando mi fortuna desde que empecé mi carrera. Ahora, con una cantidad de créditos muy superior a la que he tenido nunca, tengo muchas posibles decisiones por delante y creo que es buena idea empezar a dejarlas reflejadas aquí.
Como decía, es una pena no tener un lugar donde acudir para recordar mis humildes inicios, con aquellas viejas Sidewinder y Cobra Mk III con las que trabajé principalmente como mensajero y humilde mercenario para acumular algunos créditos. Creo también que llegué a poseer una pequeña Adder durante un tiempo, pero es uno de esos recuerdos que quedarán en la niebla, precisamente por no haber estado manteniendo una bitácora entonces.
El caso es que todas ellas las acabé vendiendo para adquirir mi fiel Diamondback Explorer, Graybeard-D, la última de mis naves nombradas con mi pseudónimo y una letra según el orden de adquisición (siendo esta, por tanto, mi cuarta nave). Con ella comencé a explorar los alrededores de la burbuja. Recuerdo asomarme muy brevemente por las Pléyades, con la simple intención de admirar su nebulosa, y tener allí mis primeros encuentros targoides. Qué atrevido y qué ingenuo fui al intentar combatir con ellos en aquel momento. En el camino de vuelta, y dando un rodeo, esa misma nave también me permitió ser el primero en explorar algunos cuerpos celestes, y empezar de verdad a ganar una cantidad de créditos respetable. Hoy, su armazón está olvidado en el puerto espacial de Spring Vision en Kuanes, y dudo que vuelva a salir de allí, salvo en algún arranque de nostalgia en el futuro o si decido pedir que la transporten a algún otro lugar. Lo que sí tengo claro, y es una decisión que he intentado aplicar desde entonces, es que ya no me desharé de ella, así como de ninguna de mis otras naves, adquiridas o por adquirir.
Después de aquellas primeras excursiones, y tras probar con poco éxito una Eagle, utilicé el dinero ganado por la venta de datos de exploración para adquirir mi primera nave de combate medianamente seria, una Vulture que bauticé KBF Julius Caesar (KBF por Kike Barbagris Fleet), y mi primera nave de transporte de pasajeros, una Dolphin que nombré KBF Carvalho en honor al personaje creado por Manuel Vázquez Montalbán en el siglo XX, famoso por sus incansables viajes. Inicialmente ambas se llamaron Greybeard-E y Graybeard-F, y aunque tras el renombrado que hice hace unos años en mi flota numeré sus matrículas en el orden en que las he nombrado (GB-005 y GB-006), no estoy seguro de que ese fuera el orden de adquisición. Sospecho que Carvalho llegó antes que Julius Caesar, pero ya no voy a volver a renombrarlas. De nuevo, la niebla.
Al revisar las matrículas de mis otras naves he visto también que hubo una GB-007 que no conservo. Creo que fue una Cobra Mk. III o IV que, si no recuerdo mal, debí de utilizar en las Pléyades en aquel tiempo para intentar combatir a los targoides con algo más competente que mi vieja Diamondback. Claro que quizá la utilicé para cualquier otra cosa, y en cualquier otro sitio... Desde luego, si fue tal y como estoy diciendo, es normal que la vendiera pronto al ver que no me servía de mucho. Aún no había descubierto la iniciativa Anti-Xeno ni todos los centros de información que ofrece la comunidad galáctica (como el propio Inara sin ir más lejos), y era un pobre ignorante más enfrentándome a lo desconocido.
Por fin llegó mi querida KBF Magallanes, una ASP Explorer que me ha llevado más lejos que ninguna otra, y que aún hoy es mi nave de referencia, como explorador vocacional que me considero. Y de nuevo, la niebla cubre la mayor parte de nuestra historia juntos. Tan solo recuerdo con claridad mis incursiones en territorio guardian, donde conseguí los materiales necesarios para adquirir el potenciador de MDD que hoy me permite viajar hasta casi 60 años luz por salto. Con unos pocos ajustes más creo que me podré empezar a plantear una visita a Colonia, y de ahí tal vez por fin me atreva a visitar Sagitario A+. Pero eso es algo para narrar en el futuro.
Tras KBF Magallanes, y gracias a los créditos adquiridos al vender datos de exploración, llegaron KBF Marco Polo, mi "camión espacial", como me gusta llamarla (una Type-7), y KBF Asturias, una humilde Keelback con la que descubrí lo provechosa que puede ser la minería. Con los beneficios adquiridos en las actividades de comercio y minería que llevé a cabo entre ambas, y tras conseguir el rango de Sargento Primero en la Armada Federal, conseguí por fin adquirir y equipar de forma adecuada mi KBF Anibal, una Nave de Asalto Federal (FAS por sus siglas en inglés) que, tras unas largas vacaciones, es la que he acabado utilizando en la exitosa defensa de la Cumbre que mencioné al principio. Y no tengo duda de que buena parte de ese éxito se debe a los ajustes de ingeniería que estuve realizando durante las semanas anteriores al evento, en las que me dediqué a darme a conocer a varios de esos gurús de la tecnología espacial.
Y por fin llegamos al momento presente. Sin ningún objetivo concreto en el radar, me planteo hacia dónde dirigir mis pasos. Por un lado, creo que la mejor inversión actual sería en una Python para minería a la que ya tengo más o menos echado el ojo. Pero también querría continuar ganando confianza con algunos ingenieros, y mejorar aun más mi KBF Anibal. Ahora mismo está equipada principalmente con módulos de clase B, y creo que puede ser buen momento para adquirir módulos de clase A y "tunearlos" un poco. Pero también podría reconvertirla en una cazadora Xeno, o adquirir una Krait Phantom o Mk. II para equiparla con ese rol en mente. O incluso podría intentar probar algunas actividades de dudosa legalidad, simplemente por variar... Lo que sí tengo claro es que me interesa seguir recolectando materiales, y tampoco me vendría mal una nueva visita a territorio Guardian para adquirir componentes y planos.
Veremos.