Opss, lo hice de nuevo n_n!
08 Nov 2020Manuel
Tal y como cantaba Britney Spears por aquellos ayeres de la década de los noventa, me volvió a pasar. Tras algunas misiones anodinas (llevar mensajes, paquetería, porquería y media, o masacrar bandidos inútiles) decidí pasar a la siguiente clasificación en el juego galáctico, en favor del imperio (la substanciosa recompensa de más de un millón de créditos, pesó más que cualquier simpatía a la Federación o a la Alianza).
La misión era sencilla, cosa de recuperar un par de cajas negras, tras alguna olvidada e insignificante batalla menor. Era simplemente ir, ubicar el lugar de la debacle y usar un dron recolector para hacerme con los despojos (“La basura de uno, es la fortuna de otro”).
Todo era silbar y cantar...hasta que (habiendo recuperado 2/3 del cargamento) una insolente navesucha de “Búsqueda y rescate” (petulantes carroñeros con patente de salvavidas) se acercó al sitio de mi buenaventura, dispuesta a hacerse con aquello que me debía enriquecer.
Al momento de que este infame oportunista se atrevió a disparar un recolector al preciado objeto de mi deseo, supe que era momento de desplegar armas y exorcizar de esta galaxia a tan alevoso y abusivo basurero espacial. Parecía un blanco fácil, y al juzgar por el tipo de nave (inferior en prestaciones, escudos y armadura a la mía) cometí el (no el primero ni el peor) error de no revisar su armamento.
Dos salvas de láser más tarde y lo siguiente que vi fueron explosiones frentes a mi, daños masivos por todas partes y una (lóbrega y ya muy tardía) advertencia de “Minas”.
Cuando las explosiones terminaron, y la eyección de la cápsula salvavidas se completó, todo lo que quedaba, era recoger mi humillada dignidad, y pagar las multas, re compra de mi nave, y emprender el lento (y apabullado y denigrante) retorno.
Si anteriormente vi que no sirvo como pirata, ahora me queda claro que, como contrabandista, dejo muuuucho que desear.
Mejor seguiré siendo un FedEx espacial (por ahora)