Ninguna buena acción, queda sin castigo.
22 Dec 2020Manuel
Bueno, debo admitir que la superioridad de fuego, resuelve muchos problemas de forma rápida. Tras haber incursionado con éxito en las misiones de cacería y exterminio de piratas, en el sector LTT 8456, me dediqué a ello con singular interés y una recompensa en créditos acorde.
Gracias a unos días en estas maniobras, mi bolsillo goza de un cómodo y adecuado volumen, lo que me ha permitido dejar de lado las misiones de transporte y mensajería (por el momento).
Tras un cierto enfado inicial (cortesía de mis experimentos con el armamento "Guardián"), equipe cañones láser de pulso y partí con rumbo a expurgar piratas.
Pude constar que mis escudos dan la talla; el armamento (con sus mejoras vía ingeniería) resulta adecuado y en suma, todo marcha como una seda. Me puedo dar el lujo, de plantar cara uno a uno a naves de la misma categoría (y con armamento superior) sin que ello ponga en riesgo la integridad de la nave.
O al menos eso creía.
Era cosa de las 23:00 hrs; el sueño empezaba a reclamar su tajada de mi vida y atención desde que acepte una serie de misiones, cuya meta de bajas era entre 30 o 40 infortunados merodeadores abatidos, y que conseguí sin mayores sobresaltos. Sintiendo el peso de la fatiga, me dispuse a hacer las reparaciones, abastecimientos y demás manicura a la nave cuando en los sensores, una señal emergente llamo mi atención.
Era una "señal de auxilio", la cual contaba con una amenaza de categoría 5 (no imposible para mis recursos y modestas habilidades) lo que la hacia inusual; experiencias previas me habían llevado a encontrar naves neutrales varadas o en la imperiosa necesidad de reparaciones (situaciones que no estaba en mi poder auxiliar o resolver), en esos casos dado que no suelo equipar drones de reparación o transferencia de combustible, solo puedo escoltar al infortunado sujeto, y seguir mi camino. Cuando la amenaza relativa era mas alta (clases 2- 3) había encontrado corsarios abatiendo a su presa y daba cuenta de los mismos sin mayor pesares.
Intrigado, enfile mi nave es dicho sentido. Al salir de velocidad supercrucero, una nave clase "Anaconda" acechaba a un "inocente" carguero clase T-10 "Defender".
Y caí presa de una serie de errores, omisiones y demás tragedias.
Me explico paso a paso.
Cuando "reconocí" los tipos y clases de naves en cuestión, supuse que era testigo de un intento de asalto al carguero por lo que únicamente seleccione a la nave "agresora" y no le dedique mayor interés a la "victima".
Cuando los sensores terminaron su labor, resulto que la nave "Anaconda" tenia una orden de búsqueda y destrucción en su contra y no se hallaba afiliada a ninguna potencia aliada o formaba parte de algún escuadrón (lo que daba a entender, que no contaría con refuerzos a la hora de combatir). En resumen, era un blanco aceptable y un reto posible.
Arrogantemente abrí fuego antes de inspeccionar el armamento enemigo, quien respondió con disparos de armamento avanzado y con efectos experimentales.
Empezamos una danza mortal, trabados como los prehistóricos titanes en sus debacles mortales. El choque de disparos lasers contra escudos, de plasma, proyectiles, misiles y ¡hasta la suegra si hubiera sido posible!; todo con el fin de dar cuenta del adversario. Nos disparamos, embestimos, y evadimos; su escudo se desactivo y con escasos segundos de diferencia, también el mio. El casco y armadura de su nave empezó la cuenta regresiva mortal, y así lo hizo el propio. Por cosa de lo que parecía una eternidad, combatimos con violencia y tesón; sin dar ni pedir piedad o cuartel; cada impacto dado y recibido, nos acercaba mas a nuestra destrucción; parecía inminente una catástrofe compartida, de tan emparejados que estábamos en habilidad y recursos. Decidido a caer y llevarme a mi digno rival, derive toda la energía posible a motores y emprendí una carga suicida.
Menos de 100 metros antes de darnos un mortal beso choque y destrucción, me evadió y se puso en una posición desventajosa; así ubicado, sus motores traseros resultaron el objetivo que esperaba. El casco de mi nave tenia menos del 10% de integridad, mis escudos sin energía y el armamento fallando, pero había resultado vencedor. O eso creí.
Tras ver la explosión, abrí la bahía de carga, dispuesto a reclamar los despojos de un adversario tan duro de roer... Cuando de súbito recibo daños en todo el casco, y sin tiempo para huir o responder, sin escudos ni armadura suficiente, la nave exhalo un ultimo intento de escape. Y termine en capsula de escape, volviendo a comprar la nave y sus módulos.
Fue el "inocente" carguero, quien disparo y causo mi funesto desenlace.
Resulta que, el grado de amenaza que aparecía en esa señal, era por que tanto el pirata como la victima, estaban coludidos. Cometí el error de no escanear también a la "victima" (que seguramente pertenecía a la misma facción, o tendría recompensas sobre si).
Caí en una treta muy elaborada, producto de una serie de errores y omisiones mías, y resultando en un duro desengaño.
Todo por confiar en la "victima indefensa".
A la próxima, disparo primero y averiguo después.