El Laberinto. Capítulo 2.
05 Jun 2021Ballesteros21
Año 04/06/2020SOL.Tierra Antártida, Laboratorio Central del Lago Vostok
Se activó la alerta 3MT, o alerta meteorológica de nivel 3.
A buenas horas! -Me dijo Mike (Sullivan) por el walkie, parece que esto no va a mejorar.
Voy a llamar a la torre a ver si nos pueden dar más info por el radar, le dije, pero mientras tanto empieza tú a encriptar los datos, por si la cosa sube.
Cómo no, había un protocolo para seguir. Teníamos protocolos hasta para ir al baño. En caso de que empeorase un nivel más, había que hacer copia de seguridad de todo y cerrar los laboratorios, aunque nunca había pasado. Y por cierto, con un nivel más, el WC quedaría inutilizado al apagarse el sistema de evacuación de residuos… esto era lo que menos me gustaba ;D.
Torre Vostok aquí B21, solicito parte meteo para la próxima hora, tenéis algo?... esperé unos segundos, pero no recibí contestación. Torre Vostok, aquí B21 me recibe? Escuchaba mucho ruido de fondo.
21… comunicación…. Repetir? Fue lo que alcancé a oir. El tiempo debía ser horrible ahí fuera. Torre Vostok paso a comunicación de RED, me recibe?
…. Afirmativo, ….. de Red.
Si las comunicaciones fallaban teníamos un circuito de tuberías por las que podíamos mandar las muestras de un departamento a otro mediante un sistema de aire comprimido, la cosa funcionaba así desde que empezase a usarse en tiempos de la segunda guerra mundial en otros lugares: cogíamos un tubo, introducíamos las muestras, lo sellábamos y al colocarlo en la tubería correspondiente iba a uno u otro departamento. Este sistema fue el predecesor del email en corta distancia y se usaba hasta en los submarinos. En un minuto ya tenía el parte de Torre. La cosa pintaba mal. Íbamos a tener que recoger.
En la Antártida teníamos 6 meses de oscuridad completa, los generadores y la calefacción funcionaban gracias a un enorme depósito de propano que los rusos habían tenido la gentileza de aportar. Una vez al dia, Vladimir se encargaba de comprobar los niveles y el estado de las tuberías, revisaba el sistema de calderas y el circuito eléctrico. Nuestra vida dependía de ello, en aquellos días llegábamos en el exterior a los 57 grados bajo cero y en caso de que fallase, tendríamos solo 1 hora para ser evacuados. Vladimir era un hombre reservado… bueno, como todos los que trabajábamos allí, supongo. Pero había hablado muchas veces con él, no era difícil que fallara de vez en cuando el servidor informático o saltase algún fusible por las variaciones de potencia eléctrica. Era un profesional competente y sabía dar con la solución de un problema en cuestión de segundos, había colaborado él mismo en la construcción de aquellas instalaciones.
Recuerdo que Sullivan, mi colega y compañero de profesión como biólogo y científico, me dijo que si alguien quisiese acabar con nosotros solo tenían que cargarse a Vladimir o bien que los chinos le pagasen 100 dólares más y me hizo gracia, aunque esas cosas me ponían nervioso.
Tenía que dar inmediatamente con nuestro encargado de mantenimiento. Su posición marcaba un punto entre la caldera y el depósito. Sí, todos llevábamos seguimiento gps de nivel militar. Tendría que salir fuera, el walkie dejó de funcionar. (Continuará en Upsilon Phoenicis. 1 en junio de 3307).