Cmdr Mitxel
Role
Wanderer / Freedom fighter
Registered ship name
Icarus
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-
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Elite IV
Registered ship ID
Anaconda LEGACY
Overall assets
-
Squadron
Corralito de Acción Independiente
Allegiance
Independent
Power
Independent

Logbook entry

The Heart Of The Icarus, Capítulo 3. Nuevo Destino.

28 Mar 2023Mitxel

Cuaderno de bitácora, entrada 93.

Estaba equivocada... creí y apoyé una causa que nos ha llevado a esto. Caleb ha muerto, todos los que estaban allí con él también. Un equipo de Azimut que ha logrado adentrarse en los restos de la Heart of Taurus lo ha corroborado... Dicen que seguirán con las investigaciones, que Azimut-Biotech no acaba aquí.

Hay... ruidos extraños. Algunos hablan de algo descomunal no humano. Creo que hemos abierto alguna puerta a algo desconocido aún más peligroso. Si este es el fin... la humanidad tendrá que buscar un nuevo destino. Un nuevo hogar... si es que lo hay, a salvo de ellos.





Cuaderno de Bitácora, entrada 94.

Estamos en... Oochorrs UF-J C11-0. Informes de exploradores independientes indican que han visto algo que no han podido identificar, sea lo que sea lleva rumbo a la burbuja y su tamaño es algo nunca visto. Hemos venido para realizar nuestras investigaciones.

Al principio nos ha costado dar con la anomalía. Hemos triangulado su posición, está en dirección a NGC 2264 Sector RE-Y C14-0. Sea lo que sea... es grande... tampoco podemos escanearlo, el ruido se incrementa cuando intentamos centrarnos en él. Hoffman lleva horas intentando encontrar algo de lógica a esto... 








Cuaderno de Bitácora, entrada 95.

Llevamos un día haciendo un seguimiento de la anomalía... ahora se encuentra en dirección a Oochorrs CS-F C13-0. Hemos... realizado varios saltos para intentar triangular su posición... Se encuentra a varios años luz desde el sistema en donde lo encontramos y está viajando a velocidad subluz. Es imposible seguirlo. Tampoco se adentra en los sistemas... así que, el contacto o avistamiento cercano queda descartado.

Mis sospechas de una anomalía Thargoide son fundadas, hoy hemos sido hiperdictados saltando en dirección a su trayectoria... Era una Medusa... Dreg estuvo firme y no llamó la atención de esa... cosa. 

Eso, unido a las frecuencias que emite la anomalía en la banda Thargoide... en parte... también lo hace en la Guardián. Nos resulta familiar a la de la Proteus Wave en lo que la hemos denominado... segunda fase de activación.




No sabemos cuánto ha crecido Azimut en estos más de 200 años, ni hasta donde se ha expandido... ¿Estarán realizando más pruebas?... eso explicaría sus cambios tan drásticos de posición y la presencia Tharg en éstas coordenadas o...  ¿Los Thargoides sabían de los planes de Salvation y ellos mismos crearon su superarma?. Salvation usó la estructura Thargoide del planeta, quizá dormida pero latente y que al activar el superarma. La... estructura Thargoide contratacó... y es posible que ahora, con lo que vivieron allí tengan algo preparado y la estén llevando hacia la burbuja. Sea lo que sea eso... se mueve y se presentó días después de la activación... la diferencia... su tamaño. No hay nada conocido por la humanidad que supere esas dimensiones. 


Hay muchas incógnitas que aún no podemos resolver... creo que hemos acabado aquí por el momento y... regresaremos a Rochon. Hoffman necesita descansar y... yo también.





Hermanas de armas.

Las deportivas golpeaban el suelo rítmicamente. La ropa deportiva se ceñía al cuerpo dejando el vientre al aire. Los pulgares levantados mantenían las muñecas firmes mientras se movían al son de las piernas. La respiración era controlada, tratando de mantener el ritmo.

Nos quedaba poco tiempo para llegar a Rochon y me anime a salir a correr por la Icarus. El pasillo rodeaba todo el contorno de la nave cruzando la bodega de carga y era un buen lugar para moverse en círculos. No era la primera vez que lo usamos para este fin Bika y yo... bueno y el resto de la tripulación. 

Otro par de deportivas aparecieron junto a las mías, seguían al mismo paso golpeando el suelo. Era Biok. Me empujó con el hombro y me adelantó. Pude ver una muesca desafiante en su boca cuando miró de reojo. Seguí su juego, pensando en que con ella solo podía acabar en desastre. Lo que al principio era una mera disputa se convirtió en una desenfrenada carrera, cualquier obstáculo o cambio de dirección era la excusa perfecta para hacer un derribo o tropezar. Al final salté y me apoyé con la pierna en la pared, así evité que cargara contra mí. Se golpeó contra la pared y cayó dando vueltas. Me asustó la caída, por el golpe me temía que algo malo la había pasado.

-¿Estás bien?.

La respiración apenas nos permitía hablar con claridad.

-Joder... jajajaja.
-¡Eh!, déjame ver.
-Estoy bien, ¿Vale?.
-¿Segura?.

Biok me miró sin decir nada. No se qué pensaba en ese momento. Luego reaccionó. 

-Ayúdame, es la rodilla...

Nada más coger su mano para impulsarla hacia mí, noté cierta resistencia. Luego tiró hacia ella y me derribó. Caí rodando hasta que se quedó encima de mí.

-No te gusta perder, ¿Eh?.
-Jajajajaja, ¿Acaso pensaste que alguna vez podrías ganarme?.
-Te recuerdo que te dejé con unos cuantos huesos rotos.

Biok se quedó observándome, sentía sus trenzas por varias partes de mi cuerpo y el rostro. Mantenía mis brazos inmóviles contra el suelo, agarrándome por las muñecas.

-¿Crees que me ganaste?.
-Si.

Biok movió negativamente la cabeza, su rostro estaba cada vez más cerca. No dijo nada, pero las miradas realmente lo decían todo. 

-Sera mejor que me vaya...
-Biok... 

Me soltó los brazos y se incorporó. Se quedó mirando hacia un costado mientras seguía encima de mi vientre.

-Es superior a ti, no puedes controlarlo y fallarás. Cuando más te necesite.
-¿Qué quieres decir?.
-Vamos Biok, se lo que hay dentro de ti.

Biok volvió a dirigirme la mirada. 

-¿Qué hay?.
-Crees que soy como Nabeth, y que intentarás remendar su error conmigo. Te culpas de su muerte y no dejaras que me ocurra lo mismo, eso te hará fallar.
-Al revés... te protegeré.
-Sabes que no y esa idea te come por dentro. ¿Acaso darías la Icarus y su tripulación por salvarme?. En cambio, sabes que somos un equipo. Una persona, ni si quiera yo. Vale el resto.

Biok se quedó callada unos instantes, tenía los ojos enrojecidos. 

-¿Por qué?. -La costó decirlo.
-No tengo respuestas a todo Biok... pero si un día tienes que apretar el gatillo contra mí, espero que lo hagas. Sin dilación. 





Aires de guerra. 

Llegamos a Rochon. Dafne y Tanko estaban allí esperando nuestra llegada. Vieron la Icarus desplegar el tren de aterrizaje y posarse sobre la terminal. Fue una alegría volver a verlos. Dafne me abrazó con todas sus fuerzas y tenía unas ganas locas de enseñarme los trabajos que había hecho con la doctora. Tanko sin embargo estaba serio.

-¿Qué tal compañero, ha ido todo bien?.
-Tenemos que hablar.
-¿Ocurre algo?.
-Vuelven atacar Hidar y Tzu Kun. 
-Mierda.
-No pinta bien... 
-¿De qué hablas?.
-Se avecina algo importante, se nota. Últimamente no se habla de otra cosa.
-Vaya... da gusto volver...
-No hay otra.
-Está bien. ¡Gracias Tanko!.





Los Perros de la guerra.

Llevamos unos días con enfrentamientos tanto en Tzu kun como en Hidar. Finalmente la victoria se puso de nuestro lado. También hemos saltado a un nuevo sistema. Irusan, hogar de los Candy’s. Aunque lleva tiempo ocupada por los Marlinistas. Estaban en guerra contra ellos, así que decidimos apoyarlos. La victoria fue a favor de Candy. Pero las cosas se torcieron. 

Me reuní con la flota en la sala de juntas. Se presentó muchísima gente. Preferí quedarme a un costado junto a la pared. Los informes de inteligencia señalaban sin lugar a dudas lo que nos había estado causando los continuos enfrentamientos en nuestros sistemas desde hacía tanto tiempo, la Milicia Marlinista. Nuestro comandante en jefe nos estuvo poniendo al día. Al terminar su discurso, los aplausos comenzaron a llenar toda la estancia.

Dicen que la libertad se pierde tras un gran estruendo... Sólo podía mirar a todos aquellos compañeros y no dejaba de pensar, cuántos de ellos caerían en la lucha. Una guerra no es motivo de celebración, sino de condena. Pero también es verdad que si los lobos se acercan a nuestras tierras, nuestros mastines deberán estar ahí para protegernos de ellos.





Cuaderno de bitácora, entrada 96.

( Ruido estático ).

Estoy... abordo de la Cerberus, llevamos... un tiempo luchando contra la Milicia y defendiendo nuestros sistemas. Hemos formado Alianzas con otras grandes flotas y la contienda va a buen ritmo. No quiero pensar en las muertes que se está cobrando esta guerra... muchas veces me cuesta creer en la sinrazón humana, pero es una realidad y somos nosotros o ellos.

La... tripulación está realizando un gran trabajo aquí en la Cerberus y el resto de compañeros de flota y de la coalición también. Tenemos comandantes independientes de otras flotas apoyándonos, grandes tipos con gran capacidad de acción. Somos afortunados por tenerlos de nuestro lado, a todos ellos y un agradecimiento especial por creer en nosotros. 

No se cuánto tiempo durará esta situación... pero a la vista está que no será pronto. 





Cuaderno de bitácora, entrada 97.

Hemos regresado a Rochon. Seguimos reforzando los sistemas y colaborando activamente con nuestros aliados mientras la sombra sobre una invasión Tharg a gran escala, se cierne sobre la cuna de la humanidad. 

Nuevas anomalías han sido avistadas desde diferentes puntos, llevan rumbo a la burbuja... Las potencias están divididas en la opinión de cómo hacer frente a esta situación. Aegis quiere volver a tomar el control pero la división de opiniones hace que aún sigan en standbye, mientras Azimut Biotech promulga su continuidad con total libertad. 

Como no, una parte de la sociedad pide a gritos una vía de paz y negociación con los Tharg... No creo que visto lo visto, lleguen aquí para sentarse a charlar con nosotros... Tengo entendido que están creando una meganave para ello.

Son tiempos difíciles... la gente ya no habla de otra cosa, guerra, invasión, xenopaz... todo afecta a gran escala. Tendremos que prepararnos para lo que pueda venir... el auge en Rochon a facilitado la expansión a un nuevo sistema. Hay solo una estación planetaria allí, nos vendrá bien para poder expandirnos a lugares más propicios lejos de todo esto.





Cuaderno de bitácora, entrada 98.

Ayer hablé sobre la situación del nuevo sistema con la flota. Hay opiniones encontradas sobre si es interesante o no. Creo que es un buen punto de partida y... no quiero involucrar a nadie... así que he preparado una operación a baja escala denominada, el Arca. 

Se que... al final traerá consecuencias... pero debemos estar preparados para lo que viene. 





Cuaderno de bitácora, entrada 99.

Lo he conseguido... ha sido una semana muy ajetreada, pero el nuevo sistema ya es nuestro. He... intentado causar... las menos bajas posibles. La facción al mando no ha puesto una gran resistencia e intentaré... no entorpecer demasiado las rutinas del resto de facciones que habitan aquí. No quiero traer la guerra hasta aquí. 


La ciudad se ve hermosa y creo que... será buen lugar. Ya he comprado un apartamento aquí y he convencido al resto de mi tripulación para que hagan lo mismo. Dafne estará bien y hay otra doctora que está encantada de verla. 

He comenzado el traslado de activos al nuevo hogar. Está siendo bastante locura todo pero... creo que estoy haciendo lo correcto... Aunque siento que soy la única que lo piense.





Cuaderno de bitácora, entrada 100.

Hemos recogido los últimos enseres que me quedaban en Rochon, y hemos apoyado la contienda en Concordia. Hemos impedido que uno de nuestros aliados no fuera retirado de ese sistema. Dejé a mi tripulación en casa y me vine sola con la Serenity hasta aquí. 

Bika y Red me están dando ánimos, nos conectamos todos los días varias veces. Les echo de menos... y a esa peque también, pero me alegra que estén allí a salvo... ajenos a todo esto.

(Sonido de alerta)

Mierda... me estoy quedando sin combustible. Me olvidé que quite el colector para hacer más hueco para la carga... estupendo. 

Umm... hay... si, hay un outpost en este sistema para repostar. Acabo de verlo en el mapa. 

Aun me queda un trecho para dejar toda esta mercancía y estoy deseando acabar, esto me retrasará bastante pero al menos no tendré que pedir socorro. Todavía me quedan horas para realizar la entrega.





Cuaderno de bitácora, entrada 101.

(Respiración dentro del casco).

Sigo realizando misiones para la coalición, hace semanas que no vuelto por casa... se hace duro estar aquí sola. Creo que ya olvidé mis tiempos de freelance.

(Respiración).

Ahora mismo estoy... regresando a la Serenity mientras escucho las noticias del Galnet por el auricular del casco... 

(Respiración).

Necesito algo de ruido que me haga olvidar la soledad...


Siempre me gustó esta nave, ni pensar que la gané en una apuesta... Me ha servido bien todos estos años. 

(Respiración).

Ya queda menos... 





El culto de un periodista Lejano.

Por fin llegué a casa. Me quedé unos días a solas con Red, Bika y Dafne. Lo necesitaba. Me costó estar a solas todos estos días, sobre todo a Bika. Se que habrá más soledad y por eso trato de aprovechar el máximo tiempo posible con ellos.

Quedamos todos juntos en el Bar de Person para disfrutar un poco de la compañía y olvidarnos un poco de todo. Las risas solían romper la música del local de vez en cuando. 

-¿Sub Comandante?.

Todos callaron al oír esa palabra, una mujer irrumpió el debate tan acalorado que teníamos. Biok me miró de reojo. 

-¿Sub... comandante?.
-¡Calla!.

Biok quiso reírse.

-Dígame. 
-Verá, soy periodista del Newskeep, bueno... recién llegada.
-¿Periodista?, Siéntese. 

Bika me susurró que si yo estaba loca.

-Verá... es un placer para mí conocerla en persona, lo primero por su labor y su representación por parte de la Cofradía, agradezco que sacaran a ese sinvergüenza de Williams del poder.
-Si vamos hablar de política, olvídelo.
-No... disculpe, verá... solo era una muestra de agradecimiento, de verdad, se que los periodistas damos esa imagen de entrometernos en la vida de los demás y es cierto, lo reconozco... pero esto es diferente. 
-¿Diferente?.

Todos nos mirábamos perplejos, noté cierta preocupación en alguno de mis compañeros. 

-Estoy... investigando, sobre el culto del dios lejano. ¿La suena de algo?.
-¿Esa secta adoradora de los Tharg?. ¿Quién no?. Dígame, ¿Qué podría contarla yo si seguramente usted tenga más información relevante?. Lo último que se es que se desmanteló. 
-Eso es, pero no se desmanteló, digamos que... sigue una rama de la original. 
-Bueno... seguro que usted conoce a fondo el tema y aun no entiendo por qué está aquí. 
-Como ya la he dicho, soy nueva en el periódico y quería investigar ciertos... hechos, ahora que esto de la xenopaz está de moda y cada vez hay más gente que quiere proteger a la raza alienígena, me preguntaba, ¿Y por qué no?, seguro que encuentro algo que me dé una perspectiva más amplia, ¿Sabe?.
-Bueno, y por segunda vez... ¿Quiere ir al grano?. Mis compañeros empiezan a aburrirse. 

La periodista observó las caras del resto y pensó que igual estaba enredándose demasiado.

-Necesito un transporte, alguien que me lleve a estos lugares a investigar. 

La periodista sacó un trozo de papel que leí detenidamente, se lo pasé a Hoffman...

-Tiene alguna documentación que demuestre su profesión, la del periódico...
-Si, perdón. 

Estuvo hurgando en el interior de su bolso, tardó un rato hasta que dio con la tarjeta.

-Shara Tukson, periodismo de investigación. Newskeep Today.

Observé la tarjeta de identificación. 

-Si busca un transporte, hay muchos por aquí. ¿Por qué nosotros?.
-No hay nadie con su experiencia y tampoco se ven muchos buques científicos por aquí.
-Supongo que este es un lugar muy apartado, pero seguro que encuentra a alguien en algún sistema más habitado.
-Créame, lo he buscado pero... confío en su experiencia. 
-Me alaga, pero verás... como sabrás estamos en una situación delicada con cierto grupo y ahora mismo no tengo tiempo para estas cosas.
-Les pagaré bien, tengo dinero. No me importaría quedarme a cero si puedo investigar esto.
-¿Hoffman?.
-Está en territorio Tharg.
-Por eso les necesito a ustedes.
-El buque científico del que habla es un buque civil, no está preparado para incursiones en territorio Thargoide. 
-Está bien... veo que no va ayudarme. Siento molestarla, pensé que estaría dispuesta. Creo que he cometido un error. Disculpe.

Se levantó y recogió sus enseres con bastante torpeza, no dijo nada más y se marchó. 

-Mañana a las diez, hangar 42.

Se dio media vuelta y suspiró al oírme. 

-¡Gracias!.

Vi que casi tropieza con un señor que estaba tomando una copa, casi se la desparrama por encima. 

-¿Estás loca?. -Dijo Red.
-¿Por qué?.
-No podemos dejarnos vernos así, ¡es una periodista!.
-¿Tú la has visto?, si dejó que vaya con otra persona... serán dos personas muertas.
-Un poco torpe se la ve. -Se rio Tanko.
-Además, también podríamos controlar la información. Hay que ser amigos. -Dijo Biok.
-Bien... se disuelve la velada. Nos vemos mañana, os necesito frescos. Tenemos a nuestra primera clienta... jajajaja. 





Hijos de un Dios menor. 

Partimos hacia Etain en la Icarus. El viaje seria corto, así que acomodé a Shara en el cuarto asiento de la cabina. Agradeció mi colaboración y la verdad, obedeció sin rechistar cuando la dije que no podría llevar ningún dispositivo dentro del puente de mando. 

-Bien, estamos llegando a Etain 4a. -Dijo Dreg.
-El lugar es el Santuario. -Respondió Shara.
-Fijando coordenadas. -Comentó Hoffman. 
-Iniciado ruta de planeo.

La Icarus fue deslizándose hasta llegar a escasos kilómetros del lugar. Una niebla de color verdoso impedía ver el asentamiento por completo.

-Lo tenemos delante jefa.
-Thargoide. -Alertó Hoffman. 
-Bien Dreg, mantén la posición. Dejemos que venga y nos escanee. No toques nada.

El Thargoide dejó de escanear el asentamiento y se dirigió hacia nuestra posición. Comenzó a escanear la Icarus y cuando terminó volvió al asentamiento. 

-Aterriza ahí, ve dejando espacio entre el Tharg y nosotros. Eso es.
-Tierra en 5,4,3,2...1 contacto. Icarus posada en el suelo. 
-Shara, acompáñame. 

Nos colocamos el traje Maverik. Le presté el de Bika a Shara, más o menos tenían la misma altura y complexión. Luego nos metimos en el escorpión y descendimos desde la bodega. Nada más dejar la Icarus atrás vi alejarse al Thargoide y saltar al hiperespacio. Shara viajaba en el asiento trasero del artillero y comenzó hablar en voz alta ya que el ruido del escorpión no permitía una conversación a un nivel normal.

-Parece muy tranquila, veo que ha hecho esto más veces... 
-Unas cuántas. 
-¿No teme a esas cosas?.
-Las respeto, pero créame. La humanidad viviría más segura si no estuvieran aquí.
-¿No cree que si esta raza fuera exterminada otra especie podría ocupar su lugar, una peor?. Algunas especies son necesarias para controlar la sobrepoblación de otras, mantener el equilibrio me refiero. Un ecosistema. 
-Si esas cosas están aquí... es posible que ellos rompieran ese equilibrio y se convirtiera en la especie dominante... no me extrañaría nada.

El camino era algo accidentado y las cabezas se movían hacia los costados, siguiendo las sacudidas del terreno.

-En una cosa tiene razón... 
-¿En qué?.
-Que estaríamos mejor sin ellos...
-¿Qué busca aquí Shara?.
-La verdad...


-La verdad señorita Tukson es un artículo de lujo en los tiempos que corren... me alegra oír eso de usted.
-Lo sé... señorita Delaroux.

Bajé la velocidad del escorpión. 

-¿Conoce a los verdaderos capítulos?.
-Ni idea.
-Son... la nueva cara del dios lejano.
-Lo que ocurrió aquí... nunca tuvo que haber pasado ¿Sabe?. Para entender al nuevo orden... hay que regresar al final del culto. Por eso estamos aquí. 
-Este lugar fue registrado hace tiempo... dudo que encuentre algo nuevo.
-Necesito verlo de primera mano, mal haría mi trabajo si tendría que fiarme de terceras fuentes. ¿No cree?.
-Hemos llegado. 
-Bien, ¿puede escanear los registros?.
-Si claro, estoy a su disposición. 

Recogí 4 registros de audio esparcidos en diferentes puntos del asentamiento. Escuchamos con detalle cada mensaje almacenado. El primero era como una presentación del culto, el resto eran los últimos mensajes de sus capítulos antes de prepararse para la llegada de su deidad. 

-Aún no me puedo creer todo esto. Como puede haber gente que siguiera a este tipo. 
-La gente desesperada siempre busca esperanza, da igual de donde venga. Cuando alguien con cierto poder económico y con don de gentes les engatusa para seguir su doctrina, se acaban convirtiendo en su herramienta. Sanguijuelas de gente débil, ya me entiende. Pasan de ser personas que todo el día se auto inculpan de sus errores y su desdicha a creer que son importantes para alguien o para una causa.
-Una pena.
-En realidad... todo el mundo es manipulable, incluso usted y yo. Un día haces una cosa pero otro día haces otra y no sabes por qué, pero lo cierto que en algún momento fuiste manipulada por tu subconsciente. 
-Nunca lo había pensado. 
-¿Conoce al Club?. 
-No.
-¿Si le dijera que la Federación de Pilotos es un organismo independiente, se lo creería o el Universal Cartographic?.
-Entiendo que sí.
-Eso es manipulación. 
-No la entiendo.
-El Club lleva siglos manejando los hilos de la humanidad. Lo controlan todo, incluso esta guerra Thargoide forma parte de sus planes. Ahora piensa en esas pobrecillas personas manipuladas por el culto ¿verdad?. Usted es igual, y yo también. No les culpe a ellos, culpe a los manejan sus hilos. 
-Joder y yo creyendo en ser una liberal... jajaja. 
-Nunca nadie es libre de si mismo... por favor, déjeme aquí. Quiero bajarme a echar un vistazo. 

Detuve el Escorpión y bajamos a observar el lugar. La destrucción y la enzima verde dejaba ver claramente que no fue la visita de cortesía que esperaba toda esta gente, al menos no estaban conscientes cuando sucedió.

-¿Qué tal con nuestro cliente?. -Preguntó Bika por el comunicador de su casco.
-Me ha puesto la cabeza como un bombo. Ay, dios mío. Bika... No ha callado desde que bajamos de la Icarus, jajajaja.
-Ya queda menos, aguanta.
-Para ti es fácil decirlo, mi cabeza me va a estallar. 
-Jajajajaja. Te dejaré un analgésico para cuando vuelvas.
-Te quiero. 
-Yo también, no te quedes mucho fuera.
-Chao. 
-Besos.

Me quedé observando a Shara, usaba su cámara con soltura. Me dio a que pensar sobre las cosas que quería contarme. 

-No se retrase demasiado, a ver si vuelve esa cosa pensando que somos algún tipo de heraldo rezagado. 
-No se preocupe, no tardaré mucho más.

Me subí a la torre de comunicaciones con el propulsor y me quedé observando el lugar. Al rato apareció Shara y me hizo la señal. Regresamos a la Icarus y partimos a Etain 4c.

Allí nos encontramos otro asentamiento del culto vigilado por otro Thargoide que nos escaneo y luego se marchó. La Icarus se posó en tierra firme, los trenes de aterrizaje se doblegaron ante el peso y la fuerza que ejerció sobre ellos. 

-Escorpión en marcha.
-Recibido.

El escorpión era un vehículo rudo y pesado pero bien blindado. Se notaba su mala relación con el firme. Nuestros cuerpos se veían sacudidos con cada piedra y desnivel pronunciando del terreno. 

-¿Puedo hacerla una pregunta, señorita Tukson?.
-Adelante. 
-¿De verdad espera encontrar alguna respuesta?.
-La responderé con otra pregunta... ¿Alguna vez a tenido curiosidad por saber algo y no ha encontrado nada?.
-Si.
-¿El qué, si se puede saber?.
-La Rueda Oscura.

Hubo un silencio. 

-¿Por qué siente curiosidad por ese grupo?.
-Porque me lo quitó todo. Una familia, una vida... y cada vez que he tenido la necesidad imperiosa de conocer la verdad... He salido mal parada.
-No sé por qué dice eso.
-Usted me preguntó. 
-Podríamos hablar de otra cosa.
-¿Sabe algo de ellos?.
-De verdad, ¿Por qué está tan interesada?.
-Curiosidad. 
-La curiosidad mató al gato.

Hubo otro silencio.

-La verdad.
-¿Qué?.
-La verdad nos hará libres señorita Delaroux. Pero tiene un precio. 
-¿Quiere dinero a cambio de información?,
-Jajajajaja no.
-La verdad sobre lo que hacía mi padre, señorita Tukson... Raxxla. 
-Va muy fuerte señorita Delaroux. ¿Puede bajar la velocidad?.
-Si, claro.
-¡Qué quiere que la cuente!... ¿Qué un artilugio alienígena le transportará a un universo maravilloso?.
-Eso cuentan. ¿No?.
-Ese artilugio guardián capaz de transferir la conciencia humana de un cuerpo a otro clonado... eso destruiría la humanidad tal y como la conocemos, ¿Sabe lo que ocurriría si algo así se supiese?.

Detuve el Srv y me giré hacia ella.

-¿De qué está hablando?.
-¿Pero acaso se cree que lo sé?.
-Los guardianes traspasaron su conciencia a una Red que ellos mismos crearon. 
-Eso es una patraña, no sé dónde ha escuchado eso. No hay nada en este universo con esa capacidad. Lo he dicho por decir.
-Sabía que era alienígena, nadie ha dicho que fuera guardián. ¿Por qué?.
-Esto no tiene sentido alguno, señorita Delaroux. Y créame... cuanto menos sepa mejor.

Su gesto cambió por completo. 

-¿Podemos seguir con mi investigación?.
-¿Está ocultando algo?.
-Señorita Delaroux, déjelo. De verdad.

Proseguí con el Escorpión hasta llegar al asentamiento, había un cartel a la entrada con el nombre de El Profeta. También se encontraba en ruinas con restos de un ataque Thargoide y envuelto en una fría neblina de color verdoso. No hubo más charla hasta entonces. 


-Bien, puede escanear los registros.

Recorrí el asentamiento rodeando los hábitat hasta conseguir otros cinco registros más. Reproducimos todos ellos. Resultó que había un agente de la Agencia de Inteligencia Federal infiltrado entre ellos. 

-Bajemos...

Shara continuó cámara en mano, fotografiando todo con detalle y reuniendo pruebas. No sé que esperaba encontrar, pero yo no veía nada más allá de una sin razón y un ataque Tharg. Si esperaban ser acogidos por su dios... lo consiguieron. Una lástima lo del agente Federal. Transcurrido media hora regresamos a la Icarus.

-Perdone por mi comportamiento de antes.
-No hay nada que perdonar. 
-Perdí un amigo investigando la Rueda.
-Lo siento.
-Siento lo de su familia también. Como la dije antes, la verdad tiene un precio. 
-Se que no me contará nada al respecto. Mi tripulación tampoco me cuenta nada, ya estoy acostumbrada a los silencios.

Nuestras cabezas continuaban recibiendo las sacudidas del todoterreno, el silencio también era evidente.

-Kiona O'connor.
-¿Perdone?.
-Kiona O'connor. Era lo que buscaba... me lo preguntó antes.
-¿La chica que quería salir de allí?.
-Si.
-Triste final, la verdad.
-Cierto. Aún nos queda la Sacrosanct. 

Al llegar a la Icarus pusimos rumbo al sistema Mudhrid, cuerpo 2 A. Al llegar observamos el desastre que aconteció a la Sacrosanct. Dimos varias vueltas y Shara realizó más fotografías usando las cámaras exteriores de alta definición de la Icarus.


-El ELNM hizo esto.
-Marlinistas... ¡por qué no me sorprende!.
-Lo dice con un tono exagerado. 
-Se por qué lo digo así.
-Esto no quiere decir que todos los Marlinistas sean afines a la violencia.
-ELN, Milicia... créame. Sé que no todos son gente de armas, pero hemos conocido y vivido su... otro lado.
-Vaya.
-¿Tiene ya todo lo que necesita?.
-Si, podemos regresar.
-¿Dreg?, ya lo has oído... en marcha.





Un regalo inesperado

Me desperté en la cama, Bika y Red dormían. No quise despertarlos. Me preparé un café y me lo tomé mientras revisaba el correo, vi una entrada de Shara.

_________________________
Mensaje de: Shara Tukson.
Para: Mitxelle Delaroux 

Gracias por su colaboración, les estoy muy agradecida. Ya he realizado el pago correspondiente en su cuenta. También un extra por su sinceridad, la he dejado un regalo en su garaje, espero que la guste y le dé uso... sabiamente. 

Espero volver a verla. Quién sabe si quizá el destino nos vuelve a juntar.

Sin otro particular, 

Shara Tukson.  
Periodismo independiente del Newskeep. 

Piense en el medio ambiente, no imprima este correo
_______________________________________


Me vestí y bajé al garaje. Me quedé petrificada cuando lo vi.

-Mierda...

Una mamba de color negra con bandas verdes estaba junto con el resto de mis naves. Mi corazón palpitaba con mayor frecuencia. Sentí una oscura presencia detrás de mí. No podía moverme, el miedo me dejó congelada.

-¿La gusta?.

Era una voz femenina un tanto familiar, pero no recordaba. 

-¿Qué quiere?.
-La verdad, como usted señorita... Delaroux.
-No la entiendo. 
-Lo entenderá, a su debido tiempo. 
-¿Cómo nos han encontrado?.
-Jajajajaja, nosotros lo sabemos todo porque sabemos toda la verdad.
-Déjenos en paz.
-Tranquila. ¿Cree que he venido a matarla?, jajaja... si quisiéramos su muerte, no mantendríamos esta conversación. 
-¿Amigas?.
-Jaja... me encanta su temperamento. Me recuerda a su padre, Alejandro... Delaroux. Un buen hombre.
-No sé por qué he oído eso más veces...
-Un buen protector de la verdad.

Sentía su respiración muy cerca de mí.

-No somos su enemigo señorita Delaroux, solo quiero conocerla en persona y ofrecerla un obsequio como muestra de nuestra buena fe. 

Pasó por mi costado, luego se dio la vuelta. Tenía una dulce sonrisa y un fuerte parecido a mí. Prácticamente parecía mi hermana gemela. Tenía el pelo de color castaño recogido con una coleta igual que yo.

-La verdad nos hará libres... pero la libertad tiene un precio, la humanidad. 

Se acercó lentamente y se quitó su traje. Se quedó totalmente desnuda frente a mí y me lo ofreció.

-Es de su talla, la quedará bien.

Se giró y fue recorriendo la Mamba con el brazo levantado hasta la proa mientras acariciaba la chapa con los dedos de su mano izquierda, completamente desnuda. 

-Es preciosa... me sirvió bien durante mucho tiempo.
-¿Cómo se llama?.

Ella se giró hacia mí.

-May... me llamó, May. 
-¿Qué quieren de mí?.
-Acepte nuestro regalo, no la pediremos nada a cambio. Será usted quien venga a nosotros un día. 
-¿Por qué yo?.
-Hemos muerto y vivido muchas veces. Proteger a la humanidad de la verdad. Haga un buen uso de ello, al igual que su padre.

Cruzó los brazos por delante de su pecho con aquella cautivadora sonrisa, una luz verdosa hizo desaparecer su cuerpo. Recuperé el movimiento pero quedé perpleja después de ver aquello. 

-¿Red, Biok, estáis?.
-Si... dime.
-¡Al garaje ya!.
-¿Qué pasa?.
-Problemas...

Red y Biok aparecieron al rato. Se quedaron sorprendidos.

-¿Qué diablos?. -Dijo Red.
-Lo sé...
-No podemos quedarnos, tenemos que salir de aquí. -Dijo Biok alterada.
-No.
-¿Qué? -Dijeron al unísono.
-No, basta de huir.
-No estarás hablando en serio... -Dijo Red.
-Quiero que reviséis la nave, comprobad que está limpia, nada de transceptores, micros, cualquier cosa que pueda delatarnos.

Red y Biok no lo aprobaron pero sabían que iba en serio.

-Esto es por la periodista. -Se quejó Red.

Me acerqué a él y me quité la ropa. 

-¿Qué estás haciendo?.

Estaba desnuda frente a él. Biok miraba sin entender nada. Luego me puse el undersuit que me dio May. Me giré hacia la nave y acaricié su superficie mientras me dirigía a Proa. Lo hice muy despacio como ella, luego me giré y les observé a los dos.

-Proteger a la humanidad de la verdad. 

Crucé los brazos instintivamente y me desperté sobresaltada en la cama. Bika se asustó. 

-¿Una pesadilla?.
-Joder... eso espero.

Me temblaba la mano y tenía las pulsaciones a mil.

-Tranquila ya pasó. 
-Joder...
-Ya pasó, estoy contigo.

Minutos más tarde Bika se había dormido y Red estaba roncando. Me levanté con cuidado y me tomé una infusión mientras observaba la ciudad por el ventanal. Cuando terminé me vestí y me puse el traje de piloto. 

Bajé hasta el garaje, quería darme una vuelta con la Adder que compré en la tienda y ver que mejoras se me ocurrían, me gustaba su aire anticuado, además hay que ayudarles, no creo que vendan muchas naves aquí aunque me sorprendió el catálogo que tenían. 

Trataba de colocarme la trincha cuando salía del ascensor, al levantar la mirada mi mente empezó a fallarme. Mis pasos deceleraban. Una Mamba negra con dos franjas verdes que recorrían sus costados estaba aparcada en frente de mí. Tenía escrito el nombre de Evangelion. 


-No me jodas... -Dije en voz alta.

Observé a mi alrededor, no había nadie. Me acerqué con recelo y toqué el costado. Era hermosa. No pude evitar entrar dentro. Un undersuit de color negro estaba colocado encima del asiento junto con una nota.

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Espero que la guste tanto como a mí. Quiero agradecer su colaboración con este presente, espero que le de un buen uso. Se que tendrá muchas preguntas, como yo en su día. Deje que el tiempo le de aquello que anhela. Mientras tanto disfrute de la vida. Es el mejor regalo. Me encantó su conversación. Espero volver a verla.

Una amiga. 

Shara. 

Recuerde, los ángeles oscuros.
Estamos de su lado. 
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Disfraces.

Me dirigí a la sede central del Newskeep, la entrada era bastante amplia y ostentosa, nada normal para un noticiario local. Me sorprendió bastante. Había una recepcionista al fondo. Me acerque lentamente mientras observaba el cartel rojo iluminado del Newskeep con letras grandes y blancas que había detrás de la recepcionista.

-Hola.
-Hola, ¿En qué puedo ayudarla?.
-Quería hablar con Shara Tukson en persona, creo que trabaja aquí...
-Si, un momento por favor. ¿Quién es usted?.
-Delaroux, Mitxelle Delaroux.
-Bien, un momento por favor.

Llamo por el intercomunicador de manera privada, luego me miro y se dirigió a mí.

-Ahora mismo la atenderá, por favor si es tan amable, puede esperar ahí sentada, será un momento.
-Claro, sin problema, ¿Ahí?.
-Si, gracias.

Me senté en el sofá que había en frente. La gente pasaba como si aquello fuera un hotel. Era impresionante el lugar. Pasados unos minutos me fije en una señora que salió del ascensor y se dirigió a la recepcionista, parecía mayor. Estuvieron intercambiando unas palabras, luego me miraron fijamente. No tardo en despedirse de la recepcionista y dirigirse hacia mí.

-¿Señorita Delaroux?.
-Si, soy yo.
-¿Quería verme, en que puedo ayudarla?.
-¿Shara?.
-Si, soy yo.

Mierda... como salgo de esta pensé.

-Perdone mi intromisión, pero creo que me he confundido de persona. Siento haberla hecho perder el tiempo.
-¿Cómo?.

Me miro extrañada y con cierta frustración por molestarla.

-Pensé que era otra persona. Lo siento. 
-¿Me hace perder así mi tiempo?.

Tierra trágame.

-Ya la he dicho que lo siento.
-Bueno... no se preocupe, ¿así que usted es la subcomandante de la Cofradía?.
-Si, me ha conocido.
-Es un placer conocerla en persona, no había tenido la oportunidad. Forma parte de mi trabajo estar al día de lo que ocurre y de quien nos visita.

Me estrechó la mano firmemente.

-Espero que este lugar sea de su agrado, si necesita algún tipo de información o visitar la ciudad con más detalle, estaría encantada de ayudarla.
-Me alegra escuchar eso. Quizás nos veamos más adelante, lo tendré en cuenta.
-Ha sido un placer y no se preocupe, me viene bien dar un paseo de vez en cuando.
-Gracias. Lo mismo digo. Adiós.
-Adiós señorita Delaroux.

Salí de la sede y me quedé apoyada en la pared de la calle, eran pasillos amplios con una iluminación en el techo que simulaba la luz solar, calles de interior las llaman, el motivo es evidente. En estas ciudades no se puede salir al exterior en manga de camisa y sin un sistema de respiración autónomo. 

Me quedé observando a la gente pasar, pensativa, cada una con sus vidas ajenas a lo que se oculta a simple vista, la verdad es que cualquiera de ellos podría ser Shara. Todos cargando con sus disfraces en un mundo de carnaval. Ya estaba amaneciendo. 

-¿Red, estás despierto?.

Tardó en contestar.

-Ahora si, dime.
-Reúne a todos en mi garaje. 20 minutos.
-¿Qué ocurre, dónde estás, estás bien?.
-Lo entenderás cuando estéis allí.
-Vale... estoy en ello. -Su voz sonaba con preocupación. 

Tarde algo más en llegar, quería que todos estuvieran allí para ver sus reacciones. También llevaba unos desayunos. Red estaba hurgando las tripas de la Mamba, el resto estaba observando perplejos. 

-¿Unos cafés?.

Bika me miró como si fuera a matarme.

-¿Qué coño es esto?.
-Eh, con tranquilidad...
-¡Que me respondas!.
-Así no, Bika.
-Tenemos que salir de aquí... esto no es seguro. -Irrumpió Biok.
-Pienso lo mismo. -Dijo Hoffman.
-Está limpia... -Dijo Red, saliendo de debajo del chasis.
-¿Han entrado en nuestra casa y nos han meado así?. ¡Cómo hemos permitido esto, Red!. -Gritó Bika.
-¡No lo sé, Bika!, ¡Hemos bajado la guardia!.
-¿Bajado?. ¡Podrían haberla matado!. ¿De qué ha servido todo esto?. 
-¡Yo que sé!.

Observé mucha tensión entre todos. 

-Ya está bien. -Interrumpí.

Me acerqué a Red y le di la nota de Shara. La leyó con detenimiento. Luego se la pasó a Biok.

-Es un reclutamiento. 

Biok también repasó la nota. 

-Es raro, no, diferente. No es su modo de operar... 

Biok me miró fijamente. 

-¿Has tenido algún encuentro directo con ellos?.
-¿Con Shara te refieres?.
-No, con ellos.
-¿Quién son ellos?.
-Agentes.
-¿Y qué se yo que es un agente?.
-Se despertó asustada, dijo que tuvo una pesadilla. -Añadió Bika.
-¿Qué? -Preguntó Biok.
-Eso no viene al caso... -Dije.

Biok se llevó a Red detrás de la Mamba. Estaban hablando. 

-Estupendo, más secretismo.
-Esto cambia las cosas. -Escuche decir a Biok.

Regresaron con los demás. 

-¿Qué recuerdas de esa pesadilla?. -Biok siguió con el interrogatorio. 
-Nada... bueno, una mujer.
-¿Una mujer?. ¿Te acuerdas de su nombre?, es muy importante.
-May... se llamaba May. Pero era un sueño nada más.

Biok se echó para atrás. Red se llevó la mano a la frente. 

-¿Qué pasa?. -Dije.

Biok me miró fijamente. 

-¿May?. ¿Estas segura?.
-Si. 
-Olvidemos esto. Dreg, deshazte de esta cosa.
-¿Qué?, ¡no!. -Protesté.
-¡No podemos!.
-Se acabó... no pienso huir más. Quiero que tu y Red reviséis la nave a fondo, quiero saber que está limpia.

Red y Biok se miraron mutuamente. 

-No entiendes nada.
-¡Me lo dijeron!, están de nuestra parte.
-¿Acaso te crees eso?.
-¡Si hubieran querido matarme ya estaríamos muertos!.
-¡Te equivocas!.
-¡Ella era yo!.
-¿Qué?.
-Mira, no habéis estado ahí ¿vale?.
-De qué estás hablando, ¿Es que piensas unirte a ellos?.

Me quedé callada. No supe que decir.

-Quizá. 

Todos me miraron atónitos. Lo peor fue la mirada Bika.

-Después de todo lo que hemos pasado... vivido... el Sr. Jackson... Sami... ¡me partes el corazón!. 
-Bika.
-Déjame...

Bika se marchó completamente rota. Corrí tras ella.

-Bika, no, por favor...
-¡Déjame!.
-Bika, vale, estoy ciega, ¡no se qué coño me pasa!.

Bika retrocedió e intenté agarrarla. 

-¿Qué somos para ti, eh?. ¡Déjame!.
-Bika, ¡sois mi familia!.
-No te podremos seguir...
-¿Qué?. ¡No!. ¿Por qué?.

Bika me miró con odio.

-Hicimos un juramento, ¡tu padre te quería fuera de todo esto!, hemos dado nuestras vidas por ti y ¿ahora te vendes a los mismos de los que juramos protegerte?. ¡Estás jodidamente loca o qué!.

Me dejé caer contra la pared que tenía detrás. Trate de secarme las lágrimas mientras pensaba. 

-Ya no quedará nada que salvar Bika... Los Thargoides se acercan, la guerra, ellos... todo... ya no estamos a salvo en ningún sito. ¿No lo entiendes?, esto se acabó... esto se acabó.
-Al menos estaremos juntas.

Bika se acercó e intentó levantarme la cara.

-Te quiero y si este es el fin, estaremos juntas, ¿Vale?. Para lo bueno y lo malo.
-Por eso les necesito a ellos también Bika, lo he visto..
-¿Pero ver el qué?.
-A mi, Bika... era yo.
-No se que viste, pero esa no eras tu, ¿Me oyes?, no te bajes a su nivel.
-Protegeré a la humanidad Bika, lo he sabido desde hace tiempo... por favor, sígueme en esto, por favor...
-No, no... no puedo. No soy una de ellos.
-¿Por favor?...
-Vas ha elegir un camino que no podemos seguir... quédate con nosotros... ¿Vale?. Juntos saldremos adelante, no hay futuro sin ti...

No podía dejar de ver su cara, su mirada... se que la estaba haciendo daño.

-Está bien... vale.
-¿Vale?.
-Si...

Sentía las manos de Bika en mis mejillas... no sé por qué, pero tenía un mal presentimiento. 





El fin se acerca.

Las luces de emergencia iluminaban El Dédalo, señal que de que ya llegaba a las últimas. Me dirigía a la cápsula de escape entre escombros y explosiones secundarias.

-¿Ya lo tienes, Biok?.
-Ya casi está. 
-¡Venga vamos!.

La deflagración me lanzó contra la pared. Sentí un dolor agudo en el costado.

-Ahhh. Mierda... ¡ya no hay tiempo Biok!.

Vi la cápsula iluminada, destacaba sobre la luz roja de emergencia y la luces estroboscópicas, parecía la luz al final del túnel.

-Ya casi... estoy. Ahhhh...

El dolor era bastante agudo. Tenía algo clavado en el costado. Me incorporé con mucho esfuerzo y fui arrastrándome con la pierna.

-Jodeeeerrr...

Conseguí entrar dentro de la cápsula y colocarme el arnés entre sacudidas. Pulsé el botón de lanzamiento. Pude ver el Dédalo ardiendo y con explosiones por todo el casco o lo que quedaba de él.

-¡Ya!
-¿Ya está listo?. Hola... soy Mitxelle, Mitxelle Delaroux... si están escuchando este mensaje, corran... ¡corran todo lo que puedan!, salven a sus familias y seres queridos... ¡ya no hay tiempo!...

Una luz intensa surgió del interior del Dédalo y explotó partiéndose en varias partes.

-¡¡¡BIOK NOOOO!!!.
-NOOOOOO...
-Nooo, no, no, Biok.... no...

Me desperté sobresaltada de la cama. Caí arrastrándome hacia el ventanal, Bika y Red se asustaron, se apresuraron por mi.

-Tranquila Mit.
-Biok, no.
-Eh, ya. Era una pesadilla. 
-Biok.
-Ya está ¿Vale?.
-Joder.

Trataron de ayudarme. Aún estaba en shock. 

-¿Qué?.
-Es una pesadilla. Tranquila.
-Bika, Red.
-Si estamos contigo.
-¿Qué me está pasando?.
-Tranquila.
-Era tan real... esto no está bien, no estoy bien Bika... Ayúdame.
-Ya, calma. Es una pesadilla, es normal.
-No Bika, aquello no era normal.

Tardé en volver en si. Tenía las manos agarrándome el costado. Las levanté y vi que no había sangre.

-No estoy bien...
-Vamos a la cama...
-No, no quiero... necesito, necesito hacer algo.





Banquete.

No podía seguir durmiendo, no después de aquello. Bika y Red se quedaron dormidos haciéndome compañía. 

Me preparé un café doble en la cocina. El silencio me traía malos recuerdos así que encendí el monitor para escuchar lo que fuera, en bajo para no despertarles.

Estuve haciendo zapping, no había nada interesante la verdad. Algo le llamó la atención en las noticias. El buque que habían preparado para establecer comunicación con los Tharg, el Kingfisher, había desaparecido. No se porque no me extrañaba... después de lo de la Proteus Wave y lo que conllevó, había que tenerlos bien puestos para ir allí con una bandeja de pasteles y unos cócteles. Pedían la participación de pilotos independientes para investigar. No lo pensé dos veces, había comprado una Type-7 que preparé para operaciones de rescate, la Arthemis uno, viendo lo que se veía venir... que mejor momento que ahora para ir a echar un vistazo y probarla, no había tenido tiempo hasta ahora.

Les dejé una nota a Red y Bika. Me preparé y puse en marcha los motores de aquel trasto, era fea, pero cuando la probé en la tienda, tenía algo que cada vez me gustaba más. 

Bika me sorprendió cuando terminé de vestirme, no tenía cara de buenas amigas.

-Te desperté. 
-¿A dónde vas?.
-Necesito salir un rato Bika. La kingfisher ha desaparecido, voy a echar un vistazo. 
-Tu sola.
-Claro.
-Voy contigo, no quiero que tengas otro encontronazo con ellos.
-Bika, será peligroso. 

Bika se interpuso en mi camino.

-No hay más que hablar. Me da igual. 
-Está bien... venga vamos.

Salimos en dirección a Hyades Sector FB-N b7-6, lugar donde se suponía que se había organizado el evento y desde el que ya no se obtuvo respuesta. Sólo eran Tres saltos. Al saltar al sistema objetivo fui interceptada por fuerzas Tharg. 

-Mierda, sujétate Bika.
-Están detrás.
-Aun no tengo el control. Tranquila. 

Algo pasó, no hubo respuesta por su parte. Se quedaron inmóviles observándome. Acelere despacio y luego metí toda la potencia a los motores. 

-Nos siguen. -Dijo Bika.
-Joder, no se separan voy a 400m/s.
-¿Nos están escoltando?.
-Nunca han hecho esto... 
-Me estás asustando. 
-Tranquila si hubieran querido acabar con nosotras ya lo hubieran hecho.
-¿Querrán comunicarse?.
-No lo sé, pero no les voy a dar esa oportunidad. Vamos a saltar.
-Iniciando salto en 5,4,3,2...1. 

Al final salimos sin problema y llegamos a Hyades Sector FB-N b7-6. 

-Bika, haz un batido del sistema. 
-Ahí está, a más de cinco mil segundos luz.
-Vale, ¿Thargoides?.
-No, limpio.

Nos dirigimos en supercrucero hasta llegar a la Kingfisher. 

Lo que vimos Bika y yo al llegar... fue dantesco. Mis temores de que esas cosas venían a acabar con nosotros eran ya una realidad. No habría opciones para la humanidad...


-Joder... voy a por los registros de la nave, vigila el radar por si se acercan.

Bika tenía la mirada absorta en el radar.

-Como para dejar de mirar... -Dijo preocupada.

Encontré tres registros y lo reproducimos. Era lo que pensaba, la fiesta de bienvenida se convirtió en una carnicería. Cerca de 3.000 personas han perecido allí. 

-Joder, como permitieron esto...
-No lo sé Bika... algunos es que no tienen dos dedos de frente.
-¿Qué hacemos?.
-No hay restos de cápsulas, se los habrán llevado los Tharg... Vamos a mirar en esa escotilla.

Lancé un dron para romper la compuerta dañada y liberar las cápsulas de escape. Salieron varias, la mayoría dañadas, puede recoger al menos dos intactas y guardarlas en la bodega. 

-Solo dos personas de 3.000... Madre de Dios, que masacre.
-Joder, ¿Harán lo mismo cuando lleguen?.
-Lo estás viendo, es lo que te decía Bika... esto... se acabó. 
-Mierda.
-Vamos a realizar un reportaje fotográfico de los daños y recuperar la caja negra.

Recorrimos la Kingfisher por todos lados esquivando los escombros. Era desolador.


-Esperaba encontrar más gente con vida... llevemos a los afortunados a lugar seguro.
-Hay un sistema cerca habitado con una estación. Podríamos llevarlos allí junto con la caja negra.
-Esta bien, pásame las coordenadas y salgamos de este infierno verde.





Cuaderno de bitácora, entrada 102. Ya están aquí. 

No era una sorpresa. Tarde o temprano sabíamos que este día llegaría. Los Thargoides han destruido Hyades Sector FB-N b7-6 por completo. Estaciones espaciales y las de superficie también. Han arrasado con todo... sabían cómo atacarnos. Al menos estábamos preparados y habían evacuado el sistema con antelación. 

La destrucción ha sido total. Si esto ocurre en más sistemas... no habrá ningún lugar a salvo de ellos. 

Taranis. Es como se llamó a la primera anomalía que llegó a la burbuja, ahora se les ha pasado a denominar remolinos... ¿Vorágines?. No recuerdo bien su nombre, pero es la forma en cómo se presentan. Se ha establecido allí. En su recién conquistado sistema, junto a un mundo de amoniaco. Aún faltan el resto de anomalías por llegar... Leigong, Raijin, Oya, Indra, Thor, Hadad y Cocijo. Todas tienen ya nombre propio. También hay quien les denomina como los Dioses del Trueno, supongo que serían los Capítulos Verdaderos quien les puso ese nombre.

Se ha preparado el mapa galáctico para establecer los sistemas bajo ataque con diferentes estados de alerta. Al menos podremos estar preparados por si se acercan a nuestros sistemas... La guerra Thargoide, ha comenzado.

No sé qué haremos ahora. Esto afectará al comercio y por ende a la manera en que hemos vivido hasta ahora. He visto en el mapa al menos una docena de sistemas evacuados y otros bajo ataque. 

Lo pasaremos mal... va a ser difícil vivir aquí cuando los otros enjambres alcancen la burbuja. Habrá un éxodo de población huyendo de esta guerra. Si no tuviéramos suficiente con la Milicia Marlinista que ahora nos enfrentamos a algo peor y de mayor envergadura...

Tengo que hablar con la tripulación y establecer tanto las prioridades como un plan de evacuación en caso de ser necesario... o fijar un nuevo rumbo... un nuevo destino. 

Esto que estamos viviendo ahora es tan solo la punta del iceberg.

Joder... esto es una mierda. 

...

Yo sigo con mis pesadillas... Bika dice que es por el estrés, pero desde que vi a May... y es que fue tan real... no lo sé. Ya no sé lo que es real o no... bueno, lo digo porque mi cerebro está frito totalmente. 

Es verdad que han ido a menos, pero la idea de perder a Biok así... Aquella nave, que además... ni si quiera sé que hacíamos allí. 

Me resultaba tan familiar... 

No lo sé... sé que no se nada... y nadie tiene una percepción de lo que me pueda estar pasando.

...

Siento que me voy a derrumbar en cualquier momento.





Cuaderno de bitácora, entrada 103. Una realidad. 

Otros dos enjambres han llegado a la burbuja... Indra es el más cercano a nuestra posición. Han alcanzado sistemas de los PS 4 y la devastación ha causado el bloqueo de muchos de sus sistemas. La pérdida de vidas humanas es... terrible. 

He estado rescatando civiles en HIP 20916 en la estación planetaria de Weil Terminal. Me quedé helada pensando en que ocurriría si llegarán a nuestra ciudad. Fue devastador... el humo y la niebla verdosa inundaba el asentamiento. Las llamaradas solían romper la luz tenebrosa de aquella densa bruma dejando ver la destrucción en los edificios. 

Los Thargoides continuaban atacando la estación mientras solicitaba una plataforma. Las fuerzas de seguridad me ofrecieron cobertura entreteniendo a esas cosas mientras me dirigía con rapidez al hangar. Los cañones de la estación disparaban sin cuartel sobre esas cosas. Vi explotar a una de ellas por el lado derecho de mi cabina, dejando una nube cáustica verdosa. Un Dron lanzado por un valiente piloto me limpió la enzima cáustica del casco mientras la Type 7 tocaba el suelo del hangar. 


Pude ver su nave explotar entre la bruma pocos segundos después... esto es real... ese piloto dio su vida por mi. Para que pudiera salvar la vida de los civiles que se encontraban en esa estación.

Una vez cargada la nave, salí dando todo a los motores mientras las torretas de la estación me abrían un camino libre. Pude activar el salto y llegar hasta a la Meganave Bertschinger en el sistema Tarach Tor. Una Anaconda de rescate me envió otro dron de reparación para que pudiera aterrizar sin problemas. 

Me agrada pensar que toda esa gente esté unida formando un todo por salvar a la humanidad, sin pedir nada a cambio. Sólo su ayuda por combatir a los Thargoides y proteger de forma activa a los convoyes de ayuda humanitaria o rescate de civiles... Todos tenemos mucho que agradecerles.

La Type 7 ha cumplido su función, pero se queda algo corta en velocidad... casi no la cuento con aquel Basilisco. Menos mal que saltaron otro par de Anacondas y me lo quitaron de encima... Tengo que pensar en algo diferente. Si esas cosas no acaban conmigo, lo hará Bika.





Cuaderno de bitácora, entrada 104. Mark II.

Finalmente opté por transformar mi vieja Kraith Mark II minera, la Rockhound, para que lo de todo cuando vuelva a ese infierno. Dreg y Red me echaron una mano. Tuve que visitar a unos ingenieros amigos míos para rematar la transformación. La hemos pintado y la he cambiado el nombre a Calysto. 

Hoy volví para probarla y aunque carga algunas cabinas menos, su velocidad se ha convertido en mi mejor aliada para dejar a esas cosas atrás. De nada me sirve llevar más gente si soy alcanzada por otro Basilisco. Ha estado muy bien. Además su tamaño mediano me permite aterrizar en estaciones más pequeñas, lo cual también es otra ventaja. También puedo cambiar las cabinas por bodegas de carga para las misiones de ayuda de manera rápida y eficaz.

Fui también a otro sistema, HIP 20577 a Busch Settlement. También alcanzado por la vorágine Indra. Es un outpost espacial que se dedica a la extracción minera. He estado allí antaño haciendo algunas misiones. Me da pena verla así... no me acostumbro a ver tal desolación aún y eso que ya llevo unos cuantos.

...

Pude rescatar a más civiles y llevarlos hasta la Bertschinger en Tarach Tor.


¿Dónde nos hemos metido?, ¿Esto es culpa nuestra, mía?.

...

Lo que más me aterra pensar ahora es que esto... sólo es el principio.





Cuerdas.

Estaba caminando por un pasillo de color blanco, todo estaba muy iluminado. Había más gente como yo con uniformes oscuros ceñidos al cuerpo y unas bandas verdes en el antebrazo izquierdo. Me extrañaba el contraste que originaba con el blanco que me rodeaba.

Alguien me llamó de una forma distinta y me dijo que ya era la hora. Era un hombre calvo con un ojo blanquecido por una herida de hacía tiempo y entrado en edad. 

Me dirigí hasta la cueva que veía por el ventanal del pasillo, había un artefacto y bastantes personas en su interior. Bajé por una plataforma elevadora y seguí el camino metálico que me llevaba directo a él. La consola de mando tenía un panel donde sólo tenía que posar la palma de mi mano. Mitad era guardián la otra alienígena. Los símbolos me eran reconocibles.

Aquellas personas me observaban con detenimiento. Habían cámaras grabando, políticos, gente de poder adinerada, compañeros... Miré hacia arriba, el señor del ojo blanquecino dejó de mirarme por el ventanal y se marchó. 

20 segundos... ese era el tiempo que mi hermana me decía que cuando algo se caía al suelo era lo que tardaba en contaminarse. Ella lo cogió y me lo dio.

-Tranquila esta limpio. 20 segundos.
-¿Segura?.
-Si.

Se puso ha tocar con la guitarra mi canción favorita y la cantaba. Tenía una voz dulce, melodiosa, me hacia sentir bien escuchándola. 

Las cuerdas vibran, los dedos se deslizan. Las ondas se expanden y contraen. Las cuerdas se extienden a lo largo. Cada una de ellas emite un sonido en función de su vibración, de su frecuencia. Las cuerdas no llegan a chocar pues están separadas para que los dedos puedan deslizarse entre ellas. Si las cuerdas se juntan a una distancia determinada y se manipulan en distintos lados seguirán sin chocar unas con otras, pero si sé ajusta cada cuerda para producir el mismo sonido en la misma frecuencia y se manipulan en el mismo punto, estas podrían colisionar la una con la otra. 

El efecto dura muy poco, pues cada cuerda recupera su posición inicial de reposo. Pero si oscilarán durante al menos 20 segundos, ¿Podría contaminarse la una de la otra?. 20 segundos... 20 minutos. 

Si cada cuerda representa un universo distinto en el mismo tiempo y lugar, separados a una distancia determinada y pudiéramos manipularlas con ayuda de la gravedad. En la misma frecuencia. Estos se tocarían brevemente durante el tiempo que esas cuerdas tarden en volver a su estado de reposo. Si el proceso durará más tiempo y lograrán quedarse unidas, entrelazadas. Ambos universos podrían contaminarse el uno del otro. 20 segundos... 20 minutos. 


Levanté la cabeza, me observaban impacientes. Solo tenía que poner la mano y las cuerdas volverían a tocarse, pero sabía que aquello no debería suceder. Abrí la palma de mi mano y observé el pequeño mando que escondía en ella, tenía un botón. Solo había que pulsarlo y las cuerdas dejarían de existir. 

-No más canciones hermana... -pensé. 

Cerré los ojos y lo pulsé. 

-Lo siento. 

Me desperté sobresaltada. Bika me miraba con preocupación. 

-¿Otra pesadilla?.

Contesté afirmativamente moviendo la cabeza. 

-Tranquila, vuelve a dormir. Ya pasó. 

El sueño me vencía de nuevo.


La plaza de jazmines, el sol iluminaba el mármol blanco y calentaba mi rostro. Me sentía bien. Al fondo había una mujer de negro sentada en un banco de piedra de color blanco tocando una guitarra, conocía aquella canción. El olor a jazmín, me gustaba. Me dirigí hacia ella. Seguía tocando y cantando, pero lo hacia murmurando. De vez en cuando me devolvía la mirada y sonreía placenteramente. 

Cuando terminó la canción, dejó la guitarra apoyada sobre sus piernas. Después de recorrer las cuerdas con sus dedos, me la ofreció. 

-A ti se te daba mejor que a mi. ¿Me la cantas?.

Cogí la guitarra, y apoyé el pie en el banco. Mis dedos empezaron a acariciar las cuerdas. Primero unas notas luego fueron tomando forma, color, ritmo. Mis labios se movían, al principio era un susurro casi agudo, como si la garganta rascara las cuerdas vocales, melancólico. Luego fui subiendo el volumen. Ella cerraba los ojos y se dejaba llevar, parecía una flor moviéndose al son de la cálida brisa.

-¿Recuerdas este sitio?. Solíamos pasar horas jugando aquí.
-Lo recuerdo de otra forma. 
-Te he echado mucho de menos. 

Ella se abrazó a mi con fuerza. Una lágrima recorría su mejilla. 

-¿Por qué te fuiste?.
-Padre me llevó con él.
-Siempre fuiste su favorita...
-Eso no es verdad.

Ella me miró con aquella sonrisa.

-Ha pasado mucho tiempo... tanto.

Su mano acariciaba mi mejilla. Era cálida como el sol. Me hacía sentir bien, familiar.

-Lo sé May.
-¿Vas a volver?, ¿Te quedarás conmigo?.
-No.

Apartó su mano, sus ojos ya no expresaban la felicidad que sentía al principio. 

-¿Por qué?.

Observé la plaza de jazmines.

-Padre nunca me quiso aquí. 

Sentía su dolor.

-He estado muy sola... éramos inseparables. ¡Teníamos un trato!.
-Nunca lo entenderías May... tengo que irme.
-No... quédate aquí conmigo, juntas daremos la vuelta la todo esto.
-Es complicado... el destino ha de seguir su curso natural.
-Por favor, por favor...
-Lo siento May.
-¿Son ellos, verdad?, ahora son tu familia. Yo ya no soy nada para ti.

Acaricié su mejilla. 

-Siempre hemos sido gemelas. Ni mejor ni peor. Pero mi vida ha sido muy diferente a la tuya... a mi me tocó la peor parte. Tu la sonriente, con papá y yo la amargada, sola.
-Por eso... te estoy dando la oportunidad de volver a estar juntas. Yo... yo podría cambiar eso.
-Es tarde... tengo que irme, May.

Me fui alejando de ella. Algo me decía que tenía que ser así.

-Nos volveremos a ver, May,
-No te olvidaré... nunca lo haré. Te estaré esperando aquí para cuando cambies de opinión. Te quiero... siempre te he querido.
-Ahora lo se.
-¡Mitxelle!.
-Adiós. 


Volví a despertarme. El olor a tostadas recién hechas me provocó un hambre terrible. Bika ya se había adelantado. 

-Te he dejado unas pocas. -Decía con la boca llena y toda despeinada.
-¿Red?.
-Ha salido. ¿Dormiste bien al final?.

La miré fijamente con una sonrisa. 

-Si... 
-Tienes una sonrisa muy bonita. ¿No me había fijado antes?.
-¡Bika!.
-Jajajajaja.
-No es la primera vez que sonrío... o si.

Bajé al garaje, la Mamba seguía allí. Me observaba y yo a ella. Subí a su interior y me senté en el puesto de piloto. Me resultaba familiar y eso que nunca había estado en una. Empecé a hurgar entre la consola, no sabía lo que estaba buscando hasta que mis dedos tocaron algo. Era una fotografía de papá con May. Estaba descolorida y algo arrugada.

-¿Ya encontraste la foto?.

Una voz femenina a mi espalda me dejó helada, era Shara.

-¿Ella sigue viva?. -Pregunté mirando la foto.
-Si.
-Pero la explosión, la vi morir...

Escuche una risa. 

-Hay cosas más apremiantes...

Me giré y la vi.

-¿Periodista?.
-Jajaja... bueno, al final solo era una presentación.
-No puedo ayudaros. -Dije.
-Lo sé.
-¿Por qué yo?. 
-Se que tienes muchas preguntas... no debió ser fácil para ti.
-¿Es mi hermana, en serio?.
-Gemelas, tu padre hizo bien en mantenerte oculta de nosotros. Un buen plan...
-¿Por qué sabéis de mi?.
-Ella me lo contó. Verás... desde hace más de un siglo hemos tenido un enemigo en común. El Club. ¿Te acuerdas que te hable de ellos?. Al principio éramos todos socios, pero el hallazgo de algo increíble hizo que algunos quisiéramos protegerlo. Nuestras ideas chocaron y nos alejamos de ellos ocultándonos en las sombras. Lo hemos defendido incluso con la muerte. Nadie puede saberlo. Esto que estamos viviendo, la invasión Tharg... han sido ellos.
-¿Que pruebas tienes?.
-La propia Kingfisher. ¿Acaso no te preguntas por qué la alta representación no se presentó en el evento?. ¿Qué hacía el material Tharg en sus bodegas?. ¿Azimut?, ¿La Proteus Wave?, ¿Quién borró al culto y por qué?. AEGIS, INRA, GALCOP... hijos de puta, lo llevan preparando desde hacía muchísimo tiempo. Ahora la humanidad corre un peligro inimaginable. Algo que quisimos detener desde hacía mucho tiempo... mucho tiempo. 
-¿Qué queréis de mi?.
-Hemos sufrido muchas pérdidas... la Rueda ya no es lo que era y el Club se ha expandido más de lo que podemos imaginar. Necesitamos gente que nos ayude, pero no gente nueva. Personas como al principio. Tú hermana May ahora es una figura importante dentro de la Rueda, quiere tenerte a su lado en la empresa que ha emprendido.
-No la recuerdo. No... no recuerdo nada... Mi padre nos dejó a mi madre y a mi, nos abandonó. Nunca tuve una hermana. ¡Estuve sola!... y ahora venís aquí, ¡me hacéis pensar que ella existe!... ¡que formáis parte de no se qué!. ¡¡Os metéis en mi cabeza o que se yo!!.

-Largo... -Escuche la voz de Red.

Shara se giró hacia él. 

-Estabas escondido. Red, Red, Red... ¿El hijo de Jackson?. Joder... que preparado lo tenía Alejandro. 
-He dicho que largo de aquí.

-Está bien... lo dicho, os necesitamos. Me da igual lo que creáis... No somos los malos y estamos de vuestra parte.
-¡Sois asesinos!.
-Red... si supieras lo que nosotros sabemos, lo protegerías igualmente.
-No somos asesinos, Alejandro quiso cambiar las cosas. ¡Vosotros lo matasteis!.
-¿Qué?, -Interrumpí. 
-Red... eso no es verdad. Lo sabes. 
-¿Qué?, me dijiste que murió salvándote la vida... 

Red me miró sorprendido. 

-Si... 
-¿Me mentiste?. 

Algo estrujaba mi interior, me ahogaba. 

-¡No!.
-Vaya, vaya, vaya... -Dijo Shara.
-Hija de puta, lárgate de aquí.

Red sacó su arma y apuntó a su cabeza.

-¡No!, Red... ¡Lárgate tu!.

Hubo un silencio.

-Está bien. Me marcho, pensar en nuestra oferta. Sin compromiso. 

Shara me miró.

-May entenderá cualquier decisión que toméis. Disfrutar la vida... o lo que nos queda de ella.
-¡Shara!.
-Tenéis mucho que hablar... nos veremos. 

Shara bajó de la cabina y luego miré a Red con desaprobación. 

-Nunca te mentí. 
-¡Largo!.

Fue el siguiente en bajarse. Me senté en el asiento... la verdad me ahogaba por dentro una vez más. Las lágrimas recorrían mis mejillas sin poder entender nada, ¿por qué yo?.

-Mierda...

Volví a mirar la fotografía. Me temblaba la mano.

-¿Por qué papá?. ¿Por qué?. 

Encendí los motores, y solicité plataforma. Me dejé llevar hasta ella e inicié el despegue. Estaba llena de furia. Nada más salir de la ciudad, metí los motores a fondo. Se puso a 606 m/s con el postquemador. 

Me metí por un desfiladero con ella, era suave. Parecía deslizarse como la mantequilla. Vi una sombra, pero el sensor no detectó nada. Estaba colerizada por todo. De repente noté una sacudida, el resplandor del escudo cubrió la cabina y perdí ligeramente el control. 

Seguía sin ver nada. Otra vez, otra sacudida. Detuve la Mamba por un instante y algo oscuro cruzó por delante de mí. Metí Postquemador y la seguí. El sensor no captaba nada así que traté de seguir su estela. De repente corté gas y usé los inversores. 

Una Cobra Mk III de color oscuro con unas bandas verdes permanecía parada delante de mi. Tenía escrito el nombre de Aletheia en sus alas. Se acercó a baja velocidad. Pude ver al piloto, tenía un casco oscuro puesto que no me dejaba ver su rostro. Estaba furiosa y desplegué las armas de manera instintiva.

El piloto de la Cobra se quitó el casco cuando ya tenía el dedo en el disparador y los tambores girando. Un par de trenzas se descolgaron por los costados. Era Biok. La voz sonaba por el comunicador. 

-Vamos, vuelve.
-¡Apártate o disparo!.
-Venga, déjalo ya... vuelve. 

Hubo una pausa. Ambos cazas seguían inertes a varios metros del suelo. Se sentía el duelo en el aire.

-¿Qué haces en esa... cosa?. -Preguntó Biok.
-Lo mismo debería preguntarte a ti, hermanita. ¿Tu también eres una de ellos?.
-Es una larga historia... mejor te la cuento en el Bar de Person, ¿Vale?.

Una Dbx apareció por el costado, también oscura y con franjas verdes, las letras Destiny llevaban su nombre.

-Hola Red. -Dijo Biok.
-Venga, vamos. Seguirme. 

Miré la Dbx por un lateral, luz de la estrella se reflejaba en su cabina. Aún así pude ver a Red en su interior pilotando. Se giró y los motores expulsaron un brillo de color verde.

-Todos podemos jugar a este juego. -Me dijo Red por el comunicador. 
-Iros a la mierda, todos.
-Lo siento Mitxelle... pero un día entenderás por qué huimos de allí. 

No dije nada. Ni si quiera sé por qué lo empecé a seguir. 

-¿Bika está metida en esto?.
-No. Solo Biok y yo.
-Ya me has mentido, ¿Cómo se que no lo haces ahora?.
-Ya lo hablaremos. 
-No, quiero saberlo ahora.
-De verdad... este no es el lugar.
-Creía en ti... ¡creía en vosotros!.
-Vamos. 
-¡No!... 

Elevé el morro, metí combustión a tope e inicié el salto hacia ningún lugar.

-¡Mitxelle!.





May.

Sistema: Desconocido 
Estación: Desconocida 

La estancia era amplia y oscura. Un enorme ventanal dividido por varias columnas que se extendían desde el suelo al techo, ofrecía unas vistas magníficas al gigante azul. La luz de su estrella se extendía por el suelo de mármol hasta elevarse por las paredes, rompiendo con la oscuridad. 

La silueta de una mujer permanecía impasible en el ventanal, el cual reflejó su identidad cuanto mas cerca de él te encontrabas. Era un rosto joven de tez fina. Tenía el pelo castaño con varios mechones que caían por los costados. Su mirada perdida en el espacio dejaba ver tímidamente sus verdes ojos.

Otra silueta apareció a su lado. La mujer se sorprendió gratamente y se dió la vuelta. 

-¡Shara!.

Se abrazaron fuertemente, dejaba claro que tenían una relación muy estrecha. 

-Te he echado de menos, May. 
-¿Cuéntame?. ¿Qué tal esta?. ¿Está bien?.
-Calma, calma... deja que me reponga un poco.
-¡Claro!, que envidia me das... tenía que haber ido yo.
-Sabes que no puede ser... si nos descubren... 
-Lo sé. ¿Está bien?.
-Si... pero sentimentalmente esta echa polvo.
-Joder, no me extraña... se llevó la peor parte.

May se separó unos metros y volvió a mirar por el ventanal mientras Shara tomaba asiento en una amplio sofá de piel blanco. 

-La echo tanto de menos... ¿Encontró la foto?.
-Si.
-¿Dijo algo?.
-Preguntó por ti.

Hubo un silencio. 

-Nunca nos perdonará. 
-Es... muy probable. ¿A mi no me echas tanto de menos?.

May se dio la vuelta. 

-¡Claro que si!. Perdona... pero es mi importante para mi.
-Jajaja, entiendo. 
-Tengo lo que me pediste, estaba en el Profeta. 
-¡Fantástico!. Sabía que no me fallarías. 
-No tan rápido... no creo que se una a nosotros. 
-Ya...
-Como te dije, esta echa polvo.

May volvió a observar por el ventanal, a través del reflejo podía verse una lágrima recorrer su mejilla. 

-Malditos...
-Tu no podías hacer nada.
-Juro que pagarán por esto... lo juro.

Shara apareció por detrás y la abrazó, May se giró y continuó haciéndolo con más fuerza. 

-Lo siento...
-¿Por qué?.

Los párpados de Shara empezaron a temblar.

-Soy la Heraldo de la Salvación... y somos verdaderos. 

Las fuerzas de Shara fueron disminuyendo. May siguió sujetándola mientras caían al suelo.

-Jure vengarme de todos vosotros... os daré muerte uno a uno... como lo he venido haciendo hasta ahora.

Sacó la daga del pecho de Shara. Su rostro dio un tirón a la vez que su mirada se fue apagando.

-Por mi padre... mi hermana... por la salvación. 

May se levantó y limpió la daga con un pañuelo blanco. La sangre empezó ha derramarse por el suelo de mármol y los ojos de Shara se apagaron del todo, mientras observaba aquel gigante azul.

May se acercó a una mesa de oficina alargada y se sentó en su silla. Un panel de cristal luminoso emergió de su superficie.

-Esta hecho.
-Bien. -Dijo una voz masculina que se escuchaba a través la pantalla. 
-¿Todo?.
-No... aún falta algo.
-Los datos, ¿Los recuperó?.
-Si, eso esta todo.
-Bien, son buenas noticias May. Con Shara fuera de juego, ya son cada vez menos. Todo va según lo planeado. La destrucción del portal, un éxito también. La Proteus cumplió con su propósito. Ahora que la invasión sigue su curso, la humanidad tendrá que unirse en un todo y aprender de sus errores. Tendrán el apoyo necesario. Pero si no están unidos. Nada de lo que hemos hecho, las vidas perdidas, todo será en vano... solo tendremos una oportunidad cuando el dios lejano se presente. No podemos echarlo a perder como lo hicieron los guardianes. Tiene que ser destruido, solo así la humanidad podrá salvarse.
-Una apuesta muy alta.
-Lo que hiciste... cerrar ese portal, era vital para proteger a un resquicio de la humanidad. Te ofreciste en cuerpo y alma. Gracias a tu sacrificio, la humanidad podrá salir adelante si todo falla.
-¿Los planos?.
-Esta todo, nuestros científicos podrán reconstruir el portal sin problema. 
-Me alegra oír eso. 
-¿Qué tal con tu nuevo cuerpo?.
-Genial, los recuerdos son muy fuertes. 
-Ten en cuenta que tu cerebro bloquea los recuerdos menos importantes, por eso nos cuesta recordar algunas cosas pasadas. Es como si tuviera una perspectiva que se alarga en el tiempo. La transferencia hace que tu cerebro tenga toda esa información en un instante y momento determinado, es normal que recuerdes incluso tu nacimiento como si fuera ayer. Se pasará con el tiempo. 

-Aún me queda una cosa...
-¿Crees que se unirá a nosotros?.
-Creo que no... Shara me dijo que estaba muy jodida.
-Alexander era buen hombre y buen amigo... no debimos perderlo tan pronto. Tu hermana ha vivido lo que no la correspondía. Siento oír eso... sería un gran activo para nosotros. Pero no puedo pedirte más sacrificios, ya has dado mucho por nosotros. Si puedo hacer algo...
-No, dejemos que el curso natural de las cosas dictamine. Tiene que ser ella quien libremente decida.
-Bien. Lo que necesites no dudaré en ofrecéroslo.

-Tendría que hablar con ella... en persona.

-Quedaríais expuestas... es un riesgo muy elevado, no pueden descubrirla. El Club tiene que seguir pensando que están controlando la situación y la Rueda que son los otros quienes lo están manipulando todo. Nuestra transformación requiere un gran esfuerzo de mucha gente. Sea lo que pienses hacer, tenlo en cuenta. Confío en ti, se que harás un gran bien para todos.
-Si, no os fallaré. Lo sabes.

May se quedó observando el ventanal. 

-La Kingfisher. Alguien se fue de la lengua, por eso fallamos un importante golpe contra el Club. Te aviso. Tenemos un agente investigando. Aún así, la Rueda les culpa a ellos. Todo lo que ocurra, es imperativo que señale al Club. Estos errores cuestan muchas vidas sin un propósito. No podemos fallar así.
-Joder...
-Todo cambio exige un sacrificio, May. Ojalá hubiera otra manera... 

-Recuerda, somos la Salvación. 





Anlave.

Regresé con la Mamba a Anlave, al lugar donde nací. Ya no quedaban más que ruinas de un pasado destruido por la guerra. Todo había sido saqueado incluso mis recuerdos. La naturaleza había ido tomando posesión de lo que la pertenecía. 

La plaza de jazmines y mármol blanco también había cambiado, la vegetación se llevó la pureza de aquel lugar. Todo estaba distinto. 

Llevaba una guitarra que compré a mi espalda. Recorrí la plaza. Aún quedaban unos jazmines en un rincón del centro. Aparté el resto de vegetación con la mano para liberarla. Todo me traía tantos recuerdos, su olor... pero jamás recordé que tuviese una hermana. Mis recuerdos eran bien distintos, soledad, desengaño... 

Me senté en el banco donde solía esperar a mi madre. Cogí la guitarra de mi espalda y me quedé observándola. Nunca había tocado la guitarra, ni si quiera sabía como hacerlo. Mis dedos empezaron a acariciar aquellas cuerdas que emitían una nota con cada movimiento. Todos mis dedos ya empezaron a moverse y emitir notas, acordes sin sentido, hasta que paré con la mano.
-Esto es una estupidez... -Pensé. 

Volví a intentarlo, pero no recordaba nada... al rato unas notas y acordes fueron tomando forma, volví a repetir las que me iban sonando. Luego las fui juntado, poco a poco la canción fue tomando forma, color. Mi boca empezó a murmurar una melodía que se repetía y repetía en mi interior. No podía parar, me gustaba. Ya no eran murmullos, había letra, muy bajito pero melodiosa, aguda, temblorosa, fui levantado mi voz hasta que la canción empezó ha escucharse por toda la plaza. 

La vegetación fue desapareciendo de la plaza, volvió a ser la misma que recordaba. Ella estaba allí sentada con las rodillas hacia afuera moviéndose al son de la canción. Éramos felices. Después una última nota, mi dedo dejó la cuerda y ésta fue dejando de vibrar en el tiempo. 

Cuando mis ojos se abrieron, la plaza volvía a ser la ruina que se reflejaba en mi interior. 

-Mierda... No se qué coño hago aquí.

Apoye la guitarra en el banco y me levanté entristecida. Cuando me giré ella estaba allí, sus lágrimas empapaban sus ojos y caían por sus mejillas.

-¿Mitxelle?. -Dijo casi sin aliento. 

No podía creer lo que estaba viendo. Algo me ahogaba por dentro también, casi no podía respirar.

-¿Eres tu?. ¿Pero qué?.

May movió afirmativamente la cabeza, estábamos muy emocionadas. Nos abrazamos como si no hubiera un mañana, fué tan cálido y reconfortante. 

-Parecemos dos tontas aquí llorando. 
-Jajaja.. si. 
-Te he echado tanto de menos.
-No recuerdo nada, nada.
-Lo sé... lo siento, lo siento. 

Nos quedamos allí abrazadas, el tiempo pareció detenerse para nosotras brindándonos una nueva oportunidad por todo aquello que me fué arrebatado. Esta vez era real.





Un tiempo pasado.

Paseamos por la plaza, una parte de mi se sentía más completa. 

-Siento lo de mamá. 
-Nada de esto hubiera ocurrido si papá no nos hubiera abandonado. 
-Lo hizo para protegernos. 
-¿Protegernos?. Lo hizo bastante bien, ¿No crees?.
-Todas nuestras acciones tienen un precio. 
-¿Mamá?, ¿Yo?, ¿Sabes que estuve a punto de morir?. ¿Abandonarnos?.
-Tienes razón... no puedo juzgarlo. También me separó de ti... pero vi las cosas de diferente manera. 
-¿Diferente?, vamos. 
-Si hubieras visto lo que yo... supongo que me puse de su parte.

Nos detuvimos un momento. 

-¿Por qué ahora?. Ni siquiera sabía que existías. No recuerdo nada. Toda mi vida ha sido sobrevivir. Papá se fue, mamá no lo pudo soportar y yo me quedé sola.
-¿Recuerdas algo anterior a su partida?, ¿A mí?.
-Claro que no... ni si quiera sé por qué he tocado la guitarra, ni conocía la canción. 
-La herida de tu pierna... te caíste de un árbol que había ahí. Una rama te atravesó la pierna. Fui corriendo a pedir ayuda.
-Tampoco lo recuerdo. Dios...
-Por alguna razón papá bloqueo tus recuerdos igual que a mi. 
-¿Qué?. 
-Este no es mi cuerpo real. Es un clon de mi. La transferencia de mi conciencia a este cuerpo debió saltarse el bloqueo.
-¿Clon?, ¿La explosión?.

Seguimos andando. 

-¿Sabes eso?.
-Lo vi en un sueño, también vi a un hombre en una ventana. 
-¿Has tenido una visión a través de mi?, eso no es posible. 
-He tenido más sueños.

May se paró. 

-Algo nos atacó, transmitía un mensaje de aviso... perdí a una buena amiga allí. 
-No tengo ni idea de lo que estás diciendo. ¿Hace mucho que tienes esas visiones, premoniciones?.
-Desde hace poco tiempo.

May estaba pensativa, sorprendida. 

-¿Por qué nos abandonó?.
-Todo cambió... papá quiso cambiar muchas cosas. La Rueda fue cambiando igual que sus necesidades y sus intereses. Sino no estabas con ellos, simplemente te borraban del mapa. Todo lo que odiaban del club... al final se convirtieron en algo parecido. 

-Sabían que estaba casado y que tenía una hija pero no que éramos gemelas. Papá os apartó de aquello y me puso a mi con ellos cuando simuló la muerte de mamá. ¿Te das cuenta de que nunca habéis existido para ellos?. Conmigo allí papá era más manejable, manipulable o eso creían... Tuvo que ser muy duro para él tomar aquella decisión... yo no entendía nada. Me dijo que algún día las líneas volverían a juntarse.

-¿Cómo es que lo recuerdas así de bien?.

May me miró con gracia y reanudamos la marcha.

-Como si fuera ayer... ventajas de que metan tu yo en un nuevo cerebro. 
-¿Cuál ha sido tu papel con él?.
-Me introdujo en los ángeles oscuros, somos los guardianes de la verdad. 
-Asesinos más bien. 
-Hay cosas que podrían causar, un mal mayor. La muerte es solo un medio para salvar vidas.
-No comparto eso.
-Es difícil asimilar que una vida justifique un fin... pero cuando ese fin se trata de algo tan grande como la humanidad. Millones de vidas no es nada. Sólo es como un pestañeo en la era de la creación. 
-Yo no mato civiles, ni si quiera para justificar un fin. Sólo aquellos que se lo han merecido. 
-Jajajajaja, ¿pero tu te estás oyendo?, ¿eres juez y verdugo?. ¿Cuál es la diferencia?. Tu estás quitando vidas por un fin, si o si. 
-Es distinto. 
-Son vidas humanas. Tu tienes tus principios, nosotros los nuestros.

-¿Raxxla?.
-Si.
-¿Por qué?.

-La humanidad se extinguiría por ello, como pasó con los guardianes. Nos dimos cuenta pronto de ello y pudimos controlarlo, los guardianes no tuvieron esa ventaja. 
-Pero aquella raza se extinguió entre ellos. 

May se detuvo y me miró fijamente. 

-¿Nunca te preguntaste cual fue la chispa que desencadenó su desaparición?.
-Vale... se lo que vas a decir.
-La humanidad no puede saberlo. ¿Viste toda aquella gente en tu visión?... políticos, gente de alto poder adquisitivo... la sala estaba llena, solo había cuatro científicos. Todos compraron su billete. ¿Crees que podíamos permitirlo?. Damos asco de verdad.

Reanudamos nuestra marcha. Llegamos hasta la orilla del lago y nos sentamos en aquel suelo pedregoso. 

-Mamá nos solía traer aquí. No la gustaba que nos metiéramos tanto. 
-Sigo sin recordar todo aquello, me resulta familiar, pero... nada. Lo que recuerdo es a mamá con sus... amigos.

May se quedó pensativa. Agarró un canto y lo lanzó al agua, la piedra dio cuatro saltos en la superficie y desapareció bajo el agua. 

-¡Toma, inténtalo!.

Cogí la piedra y la lancé, apenas dio un salto.

-Jajajajaja. -Nos reímos a la vez.

Juntamos nuestras cabezas y observamos las pequeñas olas que golpeaban tímidamente las piedras. 

-Había olvidado todo esto... ahora lo recuerdo como si fuera hace unos días. Mamá te chillaba cada vez que buceabas y te tirabas minutos bajo el agua.
-¿Por qué era tan agobiante?.
-No sabía nadar.
-Ah. 

Separé la cabeza, me levanté y me quité la ropa. Me acerqué al agua. Las olas me golpeaban los dedos, no estaba muy fría. Seguí adentrándome hasta que el agua llegó al ombligo y me zambullí de cabeza. May observaba desde la orilla. Me quedé inmóvil bajo el agua, aguantando la respiración, me gustaba esa sensación. El agua distorsionaba la superficie, casi podía verme reflejada en ella, como si fuera un espejo ondulante con vida propia. Sentí una mano. May me agarró y seguimos juntas en aquella posición inertes, viéndonos en el reflejo.

Emergió antes que yo. Luego nos reímos. Empecé a recordar su sonrisa, su alegría, recordaba lo bien que nos lo pasábamos juntas. Es raro. ¿Cómo podía haber olvidado todo aquello?. Salimos del agua y dejamos que el calor de Anlave nos secara en las piedras.

-Joder, que placer...
-Se está tan bien. 
-Ojalá pudiéramos hacer esto más veces.

May no dijo nada, su brazo cubrió parte de su frente, para taparse de la luz.

-Ojalá. Pero... Las cosas no son así.
-¿Qué quieres decir?, ahora que empiezo a recordar... podríamos vivir aquí y montar una casa, lejos de todo aquello. 
-Te lo compraba... pero tu tienes una guerra y yo otra. Además, te olvidas de los Tharg.
-¿Quieres que me una a ti?.

May se incorporó, vi su espalda y el pelo mojado que cubría parte de ella. La luz hacia contraste con el fondo azulado del agua y el verde de la vegetación. Se quedó callada. Su silencio me estremecía por dentro. 

-¿Sabes?, deseaba todo esto... vine aquí arriesgándome, sin saber si quiera si te encontraría aquí. Algo me impulsó a hacerlo. Pero papá te quería lejos de todo esto, tanto que nos separó... desconozco sus motivos. Pero pagó un precio muy alto, incluso con su vida. Todo fue por ti... así que, no soy yo quien para cambiar nada.
-Papa fue un capullo. Nunca le perdonaré el daño que nos hizo. 

May me miró de reojo.

-Ahora tu tienes tu familia, tus amigos, un hogar... son especiales. No voy a permitir que pierdas todo eso también. 
-¿Me estás rechazando, como papá?.
-¡No!, pero ¿Qué?... no has entendido nada.

Me incorporé, me dolía un poco la espalda de estar tumbada sobre aquellos cantos. Observé el mar, mi mente se perdía en los recuerdos. 

-¿Qué es lo que no entiendo, May?. Después de todo esto... ¿te marcharás sin más?.
-Tiene que ser así.
-Joder... vete a la mierda...
-Es mi decisión, quiero que estés lejos de toda esta... mierda. Ellos fueron elegidos, te protegerán. 
-¿Mis niñeras, te refieres?. Jajajaja. Me he sentido muy engañada... toda mi vida. Incluso ellos no han ayudado mucho. Confiaba en Red, pero también me engañó. Ya no sé en qué creer. Luego, me viene a la cabeza recuerdos que no son míos. Recuerdos de una hermana que nunca conocí. Volví aquí solo por tratar de no se qué... y por fin todo aquello que pensé que había perdido, se consuma real. ¿No te parece todo una puta jodida broma, May?.

Miró hacia el horizonte. 

-Siento mucho todo lo que te ha tocado vivir... lo mío no fue mejor, ¿Sabes?. 
-La hermana protectora... bla, bla.
-Estas siendo cruel.
-Jajajajaja, ¿Cruel?... ¿Yo?. Vamos... 

Hubo un silencio roto por las lágrimas de May. La abracé. 

-Lo siento... no pretendía.
-No ha sido fácil para ninguna de las dos, ¿Sabes?. ¿Crees que quiero después de todo, olvidarme de ti?.  
-Tienes razón, he sido una estúpida egoísta... No quiero discutir contigo ahora que estamos juntas.

May me cogió el brazo y lo pegó junto a ella.

-He hecho muchas cosas mal, pero no permitiría que te pasara nada malo.
-Lo sé... Perdóname. 
-Tengo que irme. 
-Joder, no... ahora no.

May se giró y me abrazó. 

-Nos volveremos a ver, te lo prometo. 
-No hagas promesas que no puedas cumplir.
-Lo prometo...

Sus ojos expresaban toda la verdad y confianza que necesitaba. 

-Está bien, anda... ¡lárgate bichito!.

May sonrío. 

-¡Qué!.
-Solías llamarme así.
-¿Qué?. 
-Vuelve con ellos, cuida de la Icarus, cumple tu propósito. Si necesito algo te lo haré saber. Estaremos en contacto, ¿Ok?.
-Ok.


Regresé a casa con los míos, con los recuerdos y la tranquilidad de saber que nunca había estado sola a pesar de todo, que alguien más sufrió las consecuencias de un oscuro secreto que nos separó. Sólo deseaba que se encontrase bien en aquel nido de víboras.


Aún así, quedan muchas incógnitas... 





Regreso.

Llegué a casa con un arcón lleno de chuletón de Anlave. Se notaba ya el aire navideño por los puestos y tiendas de la ciudad. Llamé al timbre y la puerta se abrió. Bika me dio un grato recibimiento con una cálida bofetada, que por su cara, bien me la merecía. Luego me abrazó fuertemente. 

-¿Qué traes ahí?.
-Chuletón de mi tierra.
-Uh. Trae, ya lo guardo yo.
-Hoy cenaremos todos juntos, avisaré a Tanko para que venga antes. ¿Qué tal todos?.
-Bien...

Bika me hizo señas. Red estaba frente al ventanal de pie, pensativo. 

-No sé que os has pasado... lleva ko varios días, tu desaparecida... espero que tengas una buena explicación. 

Me acerqué a su lado mientras Bika llevaba la mercancía hasta la despensa.

-Hola.

Red no dijo nada.

-No sé si tengo que disculparme, pero he venido para que estemos todos juntos. 
-Nunca te mentí. Quizá no te conté muchas cosas, pero... 
-Está bien, Red. Sé que tus sentimientos son honestos.

Red respiro profundamente. 

-¿Qué tal te ha ido?.
-Bueno... estuve en más conflictos. Luego quise regresar a Anderton, donde nací y crecí. Poner un poco de orden... en mi cabeza, ya sabes. Necesitaba un tiempo a solas.

Red se giró y me miró con preocupación. 

-Lo siento. 
-No. Ha estado bien, esto me ha... abierto la mente. 

Creo que Red no entendía nada y menos mi sonrisa. Luego miró a Bika de reojo, estaba agarrando una maleta con forma de guitarra. 

-¿Y está guitarra?.
-Ah, Bika. Es mía.
-¿Te vas apuntar a clases de guitarra?.
-Jajajajaja, no.
-¡Pues no se para qué quieres esto!.

Miré a Red y volví a reírme. 

-Veo que te ha sentado bien, la escapada. 
-Más que bien.
-Me alegro por ti.

Red puso su mano en mi mejilla y me apartó el flequillo hacia un costado.

-No se que te ha pasado estos días... pero ojalá nunca pierdas esa sonrisa.

Me quedé pensativa.

-Tu no hagas enfadarme.
-Eso va a ser difícil.





Cena en familia. 

El primero en presentarse fue Tanko quien nos trajo a Dafne. Estaba muy emocionada, le di las gracias a Tanko mientras que Dafne no paraba de hablar. Rompió la paz que se respiraba en casa. Tanko sacó sus herramientas y cortó varios chuletones, los dejó reposando a temperatura ambiente mientras preparaba el postre que había hecho. 

Poco a poco fueron llegando el resto de comensales, Dafne y yo jugábamos al destructor naval. La gustaba mucho jugar a eso.

-H... 7. Dijo Dafne.
-Vaya... de pleno, Cutter destruida.
-Jajajajaja. 
-No te rías así cuando tu enemigo te esté mirando de frente, niña. -Dije con voz ronca.
-Jajajajaja. 

Tenía una risa casi contagiosa.

-Ahora me toca a mi... D3.

Su cara cambió de repente. 

-Tocado.
-Ajá... D4.
-Tocado. 

Seguí así hasta su destrucción. 

-¿Era tu Fleetcarrier eso?, jajajaja. 
-¡No te rías!. No está bien dejar a una niña sin su Fleetcarrier. -Dijo con chulería. 
-Jajajajaja, me matas de la risa.
-F6.
-Fallaste.
-Venga ya...
-Ah, un fallo es un fallo...
-B5.
-Nooo...
-B6.
-No... jope.
-B7.
-La Clipper... destruida.

Miré a Dafne con cara desafiante. 

-¿Quién se ríe ahora, eh?.
-Aún tengo más. No he acabado. 

Lucíe, Dreg y Hoffman estaban de espectadores cuando Biok se acercó y se sentó junto a ella. Algo le susurraba al oído y Dafne se reía. El ataque fue más potente, finalmente perdí toda mi flota. Miré a Biok, no hacían falta palabras para expresarme. Biok simplemente se encogió de hombros y se rio. 

-La cena ya está lista. -Dijo Bika en voz alta, quien se dirigía hacia el comedor. 

Nos sentamos todos. Tanko sirvió los chuletones en varias bandejas, con la carne troceada en vertical para que cada uno se sirviera las porciones que quisiera y las pudiese calentar a su gusto en varias piedras que guardaban el calor. Luego nos presentó varias botellas de vino. Hoffman se encargó de servirlo.

-¡Menuda pinta tiene Tanko, gracias! -Dije emocionada. 

Fue agradable estar todos juntos, al calor de la familia. Tanko le cortó unos trozos a Dafne, se la veía feliz. De vez en cuando nos solíamos retar a miradas a ver quien ponía la cara más fea, había mucha complicidad entre las dos. Tanko sirvió un poco de vino en el vaso de Dafne.

-Tanko...
-Deja que lo pruebe.
-¡Es una niña!.

Danfe dio un pequeño sorbo, la cara que puso finalmente ganaría cualquier reto contra ella.

-Jajajajaja. 

Tanko se divertía mucho con ella también. 

-Te lo dije.
-Es un buen vino. Lo mejor de lo mejor para ella. -Mencionó Tanko.
-Y la carne ¿Qué?,  de mi ciudad. Un amigo mío Carnicero. Tiene la mejor carne.
-Se deshace en la boca... buenísima. -Dijo Bika, quien parecía estar en trance.
-Jajajajaja... también pones esa cara cuando ya sabes. -La dije en voz baja. 

Bika me soltó un puñetazo en el hombro. Nos reímos las dos, el vino parecía alegrarnos más de lo habitual. Me levanté con la copa y propuse un brindis. 

-Por la familia, por los que hemos dejado atrás... por la Icarus. 

Todos se levantaron con sus copas y chocaron los cristales. 

La velada Prosiguió su curso. Dafne se quedó medio dormida apoyada en el brazo de Tanko mientras veía unos dibujos animados. Miré a Tanko y me reí.

-¡Qué!. -Dijo Tanko extrañado.
-Habrá sido el vino, jajaja. Voy a acostarla.

Llevé a Dafne a la cama, con bastante resistencia por su parte. Luego la arropé.

-Pero no quiero dormir...
-Schhh... si estabas ya ko.
-Que nooo. 
-Venga, no te hagas la remolona.
-¿Remolona, qué es eso?.
-Cuando alguien se resiste a hacer algo que debe, por desgana.
-Ah.
-Tengo una idea...
-Que...
-Espera y verás. 

Fui a mi armario y cogí la guitarra. La saqué del estuche y me la enganché al hombro. Luego volví y me senté junto a ella.

-Te cantaré una canción pero... has de prometerme que luego te dormirás. 
-¿Una canción?. -Sus ojos se abrieron del asombro.
-Si. Pero calladita, ¿eh?.
-¡Vale! -Dijo mirando de reojo sobre su almohada.

Coloqué la guitarra sobre mi pierna y los dedos empezaron a mover las cuerdas, y a tocar acordes. No dejaba de mirarme. Al poco empecé a cantar, unos susurros que al poco fueron convirtiendo en una canción. Bika se empezó a reír, estaba apoyada en el marcó de la puerta viéndome tocar, para ella también era una experiencia única.

-Se trata de dormirla, no de despertarla. 

Ambas dos se rieron .

-Gracias Bika... -Puse cara de burla.

Empecé de nuevo, esta vez cerré los ojos y mis dedos empezaron a tocar una melodía que empezó a recordarme a una canción que me cantaba mi madre. Me dejé llevar. Parecía poner voz de tonta, pero seguí igualmente, quizá cohibida por la presencia de Bika.


Esperanzas y alegrías...
Mas sueños que viví.

En las sombras y en la oscuridad...
Llegaste a mi.

Y un día llegará...
Ocultan la verdad.

El vacío de mi oscuridad...
Tu lo llenarás.

...

En la guerra lucharán...
Los llantos cantarán. 

Eres el ángel en mi oscuridad...
Quien me... guiará. 

...

Huuuum umm humm huum...
Hu hum hummm umm... hummm.

...


Los últimos acordes, la última cuerda vibrando. Abrí los ojos y vi a Dafne que dormía placenteramente. Bika se acercó a mi.

-Eh, que pasó...
-Nada... me acordaba de mi madre.

Bika me abrazó y cogí su brazo.

-Una canción muy bonita... no sabía que supieras tocar y cantar así.
-Yo tampoco, Bika... yo tampoco. 

Trate de secarme las lágrimas, miré a Bika y trate de forzar una sonrisa. 

-No se que puto sentido tiene, Bika.
-Ven... vamos, nos esperan para el postre.

Regresamos a la mesa. Traté de que no se me notara. Al poco apareció Tanko con una tarta y unas velas encendidas. Todos empezaron a cantar.

-¿Pero qué?. -Dije sorprendida. 
-¡Felicidades!.

Hubo unos aplausos. No me lo esperaba. Tanko puso la tarta delante mío y Biok se puso a hacerme unas fotos. El flash de la cámara empezó a molestarme. Mi cabeza empezó a castigarme con ráfagas e imágenes. 

-¿Qué te pasa?. -Dijo Red.
-No, nada... Dios.
-¿Estás bien?.

Aquella frase se repetía en mi interior. Trataba de mantener los ojos abiertos. 

-No está. 
-¿Qué?. 
-Papá. 
-Feliz cumpleaños hija.
-¿Dónde está?. 
-Se fue. 

Tiré la tarta al suelo de la rabia. 

-¡Hija no!.
-¡Déjame!.
-Tu también no...
-Mamá. ¡Mamá!.
-Tómate la medicación.
-¡No!.
-Sabes lo que dijo tu padre.
-¡Mamá, no!.

Noté un escalofrío, el cuerpo temblaba. Me costaba mantenerme y me dolía la cabeza. Había unos rostros, la imagen estaba distorsionada.

-La fase 3 ha concluido. 

Uno de ellos, solo recuerdo su sonrisa. 

-Papá.
-Todo irá bien hija... Todo irá bien.
-May.

El rostro de May se me apareció de continuo, la guitarra, la plaza, el agua, el campo, la casa en la colina, sonrisas, una luz blanca. Oscuridad. 

-¿Estás bien?.
-Si. 
-¡Joder, que susto nos has dado!.

La mesa estaba hecha un desastre, trozos de tarta esparcidos por la mesa, el vino derramado. Tanko me sujetaba. Noté que dejó de apretar. 

-¿Qué ha pasado?.
-Venga, vamos a la Icarus. Voy a mirarte. -Sentía la voz de Bika. 

Todos estaban asustados. 

-Lo siento gente, gracias Tanko. Lo siento de veras.
-No pasa nada compañera. Te ayudaré. 
-Ya estoy mejor.
-Aún así te voy a hacer unas pruebas. -Dijo Bika.
-El laboratorio. 
-¿Qué?. 
-Había un laboratorio, decían algo de la fase 3. Algo me hicieron.
-¿De qué estás hablando?.
-Papá, estaba allí. 
-Joder, esta desvariando... vamos Tanko. Lucíe, ve preparando el box.
-May se resistía... Sufría. 
-Si, claro. Todo irá bien, escúchame, todo irá bien.
-Mi hermana... Sufría. Joder. Estaba llena de tubos. 
-Ya pasó, ¿Vale?.
-¿Eran ellos?, eran ellos... si eran ellos.
-Si, por supuesto eran ellos, Tanko, deprisa.
-Disparos, hubo unos disparos. La sangre... Papá corría. May no estaba. 
-Si, los disparos. Tranquila. 

Tanko me llevaba en brazos, la gente me miraba, iba rápido. 

-Lo siento Tanko... dile a Bika que lo siento. 
-Eh, Mitxelle, vuelve, ¡mírame!. ¡Mantén los ojos abiertos!. 

...




No es nada.

La visión era borrosa, luego se fue aclarando. Bika y Lucíe estaban afanadas comprobando una de las pantallas. Red entró más tarde, Biok estaba apoyada en la entrada, no dejaba de mirarme. Todos estaban serios, preocupados. Tenía algo en la cabeza, era pesado.

-No lo entiendo...
-Ha estado sometida a mucho estrés. 
-No lo sé.
-¿Qué tal?. -Preguntó Red.
-Pues... no lo sabemos. 
-Lo que dijo... ¿Una hermana?.
-Desvaría. Su cerebro se colapsó. Hasta ese punto nada de lo que decía puede resultar veraz, sólo cosas inconexas sin sentido. -Dijo Lucíe.
-Esta era su actividad cerebral en el momento que la hice la prueba y esta es de ahora. Es increíble. -Aportó Bika.

Todos me miraron. Bika se acercó a mi al verme despierta, sus manos tocaban aquello que fuera lo que tuviese puesto en la cabeza.

-¿Ya volviste?, ¿Cómo te sientes?.
-Bien.
-Procura no moverte.
-Vale.
-Voy ajustarlo otro poco. ¿Estas más cómoda?.
-Con esto es imposible. 
-Ya, bueno, es necesario. 
-No vas a ver nada.
-¿De qué estás hablando?.
-Lo que nos hicieron... no lo vas a ver.
-¿Sigues con eso?.
-No me crees. 
-Delirabas. 
-Si, claro. 
-Eh, no pongas esa cara.
-Sea lo que sea, esta oculto y mi padre bloqueó nuestros recuerdos. 

Bika empezó a molestarse. 

-Basta. No se puede hacer eso y punto. 
-Tienes razón... 
-Solo puedo aceptar lo que está probado y contrastado. No hay tal cosa y ya.

Miré a Bika con franqueza. 

-Claro que no, aquí no. 





Cuaderno de bitácora, entrada 105.

Todos piensan que estoy loca... no les culpo, yo también lo había pensado. Lo único que les desconcierta es qué coño hace una Mamba de la Rueda en mi garaje. Que para Red y Biok no es tan raro, claro está. También podría preguntarles lo mismo... Aunque seguro que dirán que también lo soñé. 

Bika... me ha tenido en aislamiento y bajo sedación durante una semana... sigue pensando que es el estrés, la guerra, la invasión Thargoide... que tengo, mucho guardado dentro. Me gustaría creerla. Me gustaría pensar que está en lo cierto y que... algún día se me pasará. 

No lo sé... 

Todo lo que ha pasado es real, May es real... Los recuerdos me vuelven como flases y se que han pasado realmente. De alguna manera estamos conectadas. Al recuperar ella sus recuerdos ha intentado contactar conmigo y la conexión se estableció, como en una colmena. 

No sé qué nos hicieron pero... mierda, mi padre fue partícipe de ello y forma parte de algo más allá de lo que escapo a comprender. 

Me duele que... no estén conmigo en esto. Que no me crean. Que piensen que sufro una mierda mental a consecuencia del estrés... no estoy loca. Lo sé. 

No, no lo estoy. 

¿Verdad?.





Canto de Sirenas.

Estaba sentada en el suelo apoyada en el sofá y tocando canciones con la guitarra. De alguna manera se había convertido en una gran aliada estos días. Eran canciones que cantaba a mi hermana. 

Desde el ventanal vi el reflejo de Bika. Se emociona cuando canto. 

-¿Te gustan?.
-Un montón... son preciosas. 

Bika se acercó y se sentó junto a mi.

-Se las cantaba a May.

Bika se quedó callada un rato.

-Mierda.
-Bika... 
-Vale. Tengo que creerte, ¿no?.
-Es real. Ella está allí y yo aquí. 
-¿Justo ahora?, hace unas semanas... es que, no me entra en la cabeza. ¿Por qué ahora?.
-No lo sé...

Agarré su mano. 

-Para lo bueno y lo malo, Bika. Te necesito ahora más que nunca.

Bika se quedó mirando mi mano. Luego vio la foto que la enseñé a continuación, la de May con mi padre.

-¿Esta eras tú?.
-No, es May.
-Pero... podrías ser tu, eras muy joven. 
-Aunque somos gemelas, hay una diferencia notable entre ella y yo... el color de nuestros ojos. Los de ella son verdes, los míos azules. 

Bika acercó un poco más la vista.

-Pero... 
-Si, Bika.
-No es posible... Alexander nunca nos comentó nada de esto. ¿Es real?.
-Si.
-¿Por qué estás tan segura?.
-Yo les hice esa foto, Bika.

Se quedó perpleja viendo la fotografía. Luego me la devolvió con cierto recelo y volví a examinarla.

-Es confuso... recuerdo la tienda de campaña, pero a su vez es como si nunca hubiese... existido.

Me puse a llorar. Bika me abrazó fuertemente. 

-No estoy bien... -Dije mientras trataba de secarme las lágrimas. 
-No se que me pasa, Bika.
-Tranquila, juntas lo superaremos. Sea lo que sea. No estás sola, ya no.
-Es como si toda mi vida hubiese sido, ¿humo?. 
-Deja que los recuerdos vayan acoplándose poco a poco. Necesitas tiempo para ordenar tu mente.

Apoyé mi mejilla en su hombro, la mano suave de Bika en mi rostro era reconfortante. Luego se sentó encima de mi y apoyó su frente en la mía. Sus ojos me hipnotizaban. 

-Sabes que me pierde esa mirada.
-Cállate y deja que te guíe.
-¿Ahora?.

Su sonrisa era cautivadora, sus labios más. ¿Había olvidado aquello también?. Quiso cantar una canción, tratando de imitarme, para que me sintiera mejor. Sólo pude dejarme llevar como un marinero perdido en la niebla, siguiendo el canto de una sirena.





Pérdidas. 

La guerra ha cambiado su cara, el enemigo llegó sin avisar. Red, Dreg y Biok han estado apoyando en la lucha con la Cerberus mientras estaba en aislamiento. Bika no quiso contarme nada, alegó razones de salud. Nuestro sistema hogar ha caído y han habido muchas bajas. Los conflictos se han extendido por varios sistemas más.


Salí de caza con la Mamba y me dirigí a una de las zonas de conflicto. Cuando llegué, varias Mambas aparecieron en formación junto a mí. 

-Ángel rojo, lista.
-Ángel azul, preparado. 
-Ángel verde, lista.
-Ángel ámbar, listo.

-¿Pero qué?.

-A sus órdenes señora.
-¿De qué va esto?.
-Somos sus Ángeles.
-Ángel verde, múltiples contactos.
-¿Sus órdenes?.

-Formación Delta.

Metí gas a fondo y saqué los anclajes. Con la postcombustión nos pusimos a más de 600m/s mientras nos metíamos a toda velocidad entre las naves de combate.  

-Sepárense más. Formación zulú.

-Oído, Ángel rojo.
-Ángel verde, copiado.
-Ángel ámbar, separando. 
-Ángel Azul, voy a tus seis.

-Vamos a por esa Anaconda. 

El grupo de Mambas cruzaron muy cerca de la Anaconda a toda velocidad. Las torretas no pudieron seguir los blancos. 

-Fuego a discreción. Envolvente. 

Fuimos rodeando la Anaconda mientras nuestras armas hacían mella en sus escudos. Cuando el campo de energía cedió, el casco comenzó a sufrir daños. Las explosiones fueron el indicativo de que su final estaba ya cerca. El silencio que se produjo a continuación reveló el estallido final.

-Yeeeaaa. -Gritó Ángel verde.
-Ángel azul, Vipers a las nueve.
-Ángel ámbar, voy por ellos.

-Otras dos Anacondas.

-¿Repetimos?.
-Si.

El grupo de Mambas negras se colaron a toda velocidad por entre el hueco que habían dejado las Anacondas entre si. Las luces de los láseres iluminaban la estela que iban dejando las Mambas por detrás. 

-¡Ahora, romper!.

Las Anacondas giraron sobre si mismas y comenzaron a separarse intentando seguir a los dos grupos de Mambas.

-Ángel rojo, han picado. 
-Ángel verde, atacando.

-Muy bien. 

-Ángel ámbar, Viper destruida. 
-Ángel azul, abriendo fuego.

Las Anacondas fueron cayendo una tras otra.

-Ámbar, tienes una Python a tus seis. Verde, Rojo, a por ella.

Las dos Mambas rompieron la formación y se dirigieron hacia su compañero. No tardaron mucho tiempo en deshacerse de ella. La explosión se reflejó en la cabina. 

-Cola despejada. -Grito Ángel verde.

Acto seguido, unas Vulture habían comenzado a dispararnos con sus cañones desde atrás. Eran rápidas y ágiles. Rojo y verde se cruzaron frente a ellas a toda velocidad y rompieron su formación. 

-¡Ahora!.

Me giré en redondo y bloqueé el contacto. El rayo tamaño 4 deshizo sus escudos rápidamente y los multicañones comenzaron a escupir munición sin parar. Intentaba zafarse, pero al final su explosión iluminó toda la cabina y varios restos chocaron contra los escudos. 


-Una menos. 

Otra explosión iluminó la cabina, era la Vulture restante. 

-¡Ángel azul, otra baja!.
-Perfecto, volver a la formación. 

El combate prosiguió hasta que el enemigo se retiró. 

-Ángel verde, Han huido, ¡victoria! . 

-Enhorabuena a todos.

-Ángel rojo, ha sido un honor luchar a su lado, señora.
-Ángel ámbar, ¿nos volveremos a ver?.

-Si vuelven a llamarme señora, lo dudo.

-Disculpe, tan solo es un formalismo. -Se disculpó Ángel rojo.
-Ya.

El grupo de Mambas se adelantó y saltó a supercrucero dejando un rastro de estelas de color verde. 





Estación Khronos. 

Regresamos a nuestra base. Siempre iba la última y aquello me permitía ver al resto de Mambas volar en formación delante de mí. Empezaron a girar hacia la estación y realizar la maniobra de aproximación. 

-Estación Khronos, Ángel verde, solicitando plataforma de aterrizaje. 
-Ángel verde, plataforma 01, siga las instrucciones y bienvenida a Khronos. 
-Recibido, Ángel verde fuera.

Todos mis compañeros me consideran una noob, aunque lleve tiempo en los Ángeles oscuros. Nada de lo que haga cambiará eso. Se que en el fondo, estoy demás. La pieza de un puzle que no encaja porque simplemente pertenece a otro. 

-Ángel verde, reduzca velocidad por debajo de 100m/s.

Podía escuchar las risas por el comunicador. Los demás siempre hacían bien las cosas, aquí nadie perdonaba los errores o la insurgencia. Aumenté aún más la velocidad... les podían dar mucho por el culo.

Aterricé la Mamba y bajé por las escaleras mientras aflojaba las trinchas. El resto de compañeros iban siempre adelantados y chocaban sus cascos para celebrar el éxito.

-Si vuelves a hacer eso, tendré que informar. 

El jefe de control me llamó la atención. Solo pude echarle una mirada de asco.

-Te lo digo en serio, Lía. Otra más y te quedas en tierra.

Mi dedo sentenció la conversación. 

-¡Que te jodan a ti!.

Todos me conocían en aquella estación. Era la comidilla de todo el mundo... y no para bien, precisamente.

Le lancé un beso, sabía que aquello le jodía aún más. Cuando me giré observé al resto de compañeros pasar junto a May. Siempre estaba allí esperando nuestro regreso. Angel rojo me miró, sabía que hablaban de mi. May se quedó allí, esperando que yo llegase. Al pasar a su lado, nos miramos de reojo sin decirnos nada.

Llegué al camarote y me quité toda la ropa mientras me dirigía al baño. Me detuve frente al espejo y me apoyé sobre el lavabo. Miré mi rostro, pensativa. Vi la cicatriz en el pecho que cruzaba parte del seno. Una más de otras tantas por meterme donde no me llaman. Había perdido peso y se empezaban a notar un poco las costillas. Aparté el flequillo negro hacia un costado para poder mirarme a los ojos. Eran de color grisáceo, algo más grandes. 

-Eres un puto desastre. ¿Lo sabes?.

Volví a la ducha, dejé que el agua golpeara mi cara y recorriese mi cuerpo. Apoyé la espalda contra la pared y me dejé caer hasta quedarme sentada en el plato de la ducha, rodeé las piernas con los brazos y quedé en posición fetal, hasta que perdí la noción del tiempo. 

El sonido del timbre me sobresaltó. Me levanté y me acerqué a la puerta, era May.

-Pasa.

May se adentró hasta la ventana, yo me senté junto a la mesa. Estaba desnuda y empapada, pero me daba igual. Sabía que no era una visita de cortesía. La luz era tenue dentro del camarote, iluminado básicamente por una estrella de tipo O, que entraba por la ventana. 

-No lo entiendo... de verdad que no. -Dijo May observándome por el reflejo. 
-No hay nada que entender. 
-Sabes que solo hay una forma de abandonar el barco. 

May sacó su daga y se quedó observándola. 

-No encajo aquí. Lo sabes.

Observé la daga, vi el ojo de May reflejado en su hoja.

-Si tienes que ser tú... adelante, estoy preparada.

May se quedó pensativa, su dedo acariciaba el filo de la daga.

-Muchas vidas he quitado con esta hoja... todas se lo merecían. Una muerte rápida... un lujo que no debieron permitirse.

Luego volvió a mirar por la ventana. 

-Prefiero que sea rápido. 

Me levanté y me acerqué a su lado.

-Vamos, hazlo ya.

May me observó a través del reflejo pensativa y luego guardó su daga. 

-No, tu no lo mereces...  
-Si no lo haces, acabaré desertando, lo sabes.

May se volvió hacia mí. 

-Angel rojo felicitó hoy tu trabajo. 

No me creía nada de lo que dijo. Rebeca nunca diría nada a mí favor.

-Eso no me lo creo...
-Tú no eres el problema, sino tu actitud. Hoy has formado parte del equipo y eso sabes que siempre lo agradecerán.
-Pero...

May se acercó a mi.

-¿Sabes cuánta gente miente a mi alrededor?, todos son unos cínicos de mierda, hipócritas e interesados, dan asco... tu eres todo lo contrario. Traes sinceridad, valor y ganas de luchar. Te menosprecias demasiado para el alto valor que posees. 

Sus palabras llegaron a mí como una bocanada de aire fresco. Mis ojos grisáceos se abrieron. Solían decirme que tenía una mirada penetrante y que eso molestaba a cierta gente.

-Si me quedo, será por ti.

May sonrío. 

-Lo entenderás algún día. 

May se alejó hacia la puerta. 

-¿Tiene que ver con esa mujer?. -Pregunté. 

May se detuvo un momento antes de salir y me miró de reojo con aquellos ojos verdes, pensativa. 

-Si.





Cuaderno de bitácora, entrada 106. Un nuevo año 3309.

Otro año más, todavía estoy con algo de resaca... Nos reunimos todos para celebrar el nuevo año. Esta vez no hubo incidentes... Red y Bika siguen durmiendo, Dafne está desayunando viendo unos dibujos. No se que plan tendré hoy... 

3309. Dicen que los años pares dan mala suerte. No suelo ser supersticiosa, pero reconozco que este pasado año, no fue nada bueno... La guerra, los Thargoides. Se que que ha habido algunas buenas. Dafne, la reconciliación de Dreg y Lucíe, May... poco en comparación con lo malo. Espero que el año que entra, sea mejor para todos. 

Me da pena no estar con mi hermana. Pero sé que ahora está ahí, donde quiera que esté, ya no me siento sola. Tampoco debe ser fácil para ella. El escuadrón de Ángeles... sé que fue cosa suya. Para decirme de algún modo que cuidará de mí y dispondrá de los medios necesarios para ello. 

Me alegra también que Bika finalmente me apoye en esto. Hasta que no vio la fotografía de May, la costó entenderme. Tengo muchísima suerte de que esté unida a mi. Tanto como yo a ella. 

Red... es un caso aparte. Aún no le he contado nada, ni a Biok tampoco. Sé que alguna vez pertenecieron a los Ángeles, aquellas naves eran suyas. No entiendo por qué abandonaron. Biok debe conocer a May, al menos, de oídas. Dijo que mi hermana era una Agente... desconozco completamente la jerarquía de la Rueda y todo lo que ello implica. Cuando estén preparados, me tendrán que dar muchas explicaciones. Quieran o no. 

Tengo miedo a enfrentarme otra vez a las serpientes. 

Hanorus... espero que estés bien allí fuera, con todo lo que está cayendo por todas partes. Cuídate viejo amigo... Ojalá vuelva a verte.

...

¿Dafne has recogido tu desayuno?.

No. 

Lo dejo por aquí... ¡feliz año a todos!.





Estación Khronos. 

Bajé al comedor a desayunar. La gente solía mirarme de reojo entre muescas de risas, mientras comían sentados en sus mesas. Todos ellos correctamente uniformados. Yo me até la parte superior del undersuit a la cintura y llevaba una camiseta de tirantes de color blanco dejando la cicatriz de mi hombro izquierdo a la vista. 

Me acerqué a la máquina de café y aproveché para atarme el pelo con una coleta. Lo bueno de no caer bien a la gente es que todos se apartan abriéndote el camino. Cogí una bandeja y fui por el pasillo transportando el café y la comida en ella. 

La gente ya se había acostumbrado a mi presencia cuando me senté sola en la mesa. De vez en cuando se les escapaba alguna mirada, discretamente.
Era a lo que me tenía que enfrentar todos los días. Cada mañana, cada tarde y cada noche. Pero esa mañana algo cambió. 

-¿Puedo sentarme?.

Clavé mis ojos grises hacia aquella fuente de sonido. Era Rebeca. Estaba de pie con una bandeja mirándome atentamente. Contesté afirmativamente con un gesto de la cabeza. 

-No debes estar bien la cabeza... -Dije mientras masticaba.
-¿Por qué dices eso?.

Mire alrededor, la gente agachaba sus miradas. Señalé en su dirección. 

-Ah, eso. -Dijo esbozando una sonrisa. 
-¿No te importa?.

Rebeca hizo un gesto con la cabeza. Thomas, Desi y Zuri se levantaron de su mesa y se sentaron junto a mi. Compañeros de escuadra. 

-Creo que Zuri tiene algo que decirte. -Dijo Rebeca.

Zuri me miró fijamente, y me dio la gracias por salvarle el culo allí fuera. La gente dejó de observarnos. 

-Lo haría por cualquiera. 

Rebeca se levantó y dijo en alto que le había salvado el culo a Zuri. Las risas empezaron a extenderse por todo el comedor y vi la cara de Zuri avergonzado. 

Lancé la bandeja sobre Rebeca y me tiré encima de ella. Mis puños no conocían piedad, ni mis brazos tampoco. Mi camiseta empezó a salpicarse con su sangre. Los demás intentaron separarme de ella, pero cuando lo lograron ya era demasiado tarde.

-Hija de...

Perdí el conocimiento instantáneamente. 





Que no pare la fiesta.

Bajé al Bar de Person's a tomar una copa, vi a Biok allí sentada junto a la barra. Me acerqué a ella, tenía pinta de haber seguido la fiesta por su cuenta. 

-Hola.

Sonó un gemido proveniente de su boca. El Barman me preguntó que iba a tomar y pedí lo mismo que estaba tomando Biok. 

-¿Llevas mucho?.
-Un raaato... -Dijo con cierta dificultad. 

El Barman me sirvió la bebida y probé un sorbo.

-Ostia. Esto es fuerte.
-Esta... aguaado...
-Jajajajaja, pues si a esto lo llamas agua.
-He diso... aguaado... no aguaaaado.
-¿Un brindis?.

Biok trató de golpear el vaso con dificultad. Me dio la sensación de que su cuerpo ya había perdido la noción del tiempo. 

-Hola guapas.

Un par de tíos se acercaron por detrás y uno de ellos cogió una de las trenzas de Biok.

-Eh, las manos fueras. -Le dije amenazante. 
-Vaya, ¿eres su novia?. 
-Que pasa, ves un par de tías en una barra y ya piensas que están rolladas. 

El otro tío me agarró por la cintura.

-Estas mona con ese pelo azul.
-Jajajajaja, ¿mona?.

Le agarré de los huevos y le hice doblarse del dolor.

-Coge a tu novio y largaros de aquí si quieres seguir jodiendo con él. 

Hizo un gesto a su amigo y se marcharon. 

-Cretinos de mierda.
-El suulito era mono. Jajaja. 
-¡Biok!, putos desesperados.
-Na, era broooma... lo siiiento.
-¿Por qué?.
-Por no haberrrte contado alguuunas... cosas.
-No importa. 
-Si, siii importa... es impooortante para mi.
-Déjalo biok.
-Ahg... mierrda.

Se derramó la bebida. 

-Vamos, te llevaré a tu apartamento. 
-Nooo... no jooodas.
-Jajajajaja, Biok. Nunca te he visto así.
-Eh, todavía puuuedo sólita.

Cogí a Biok y la ayudé a regresar a su apartamento, durante el camino unos tíos se empezaron a reír. Casualmente eran los dos de antes con otro par de amigos. 

-Vaya... hola. 
-Qué, ¿tu novio no tuvo suficiente?.
-Eh, cassso mierda, piiirate. 
-Tu chorva está pedazo buena.
-¿A si?. Pues miiiira esto.

Biok me cogió del pelo y me besó delante de él. 

-Ufff... ¿no la compartes?.
-Es miiia... pero siii te enroollas con el suulito, toda tuuuya.
-¡Biok!.
-Casaaa. 
-Eso no pasará guapa, pero mis colegas y yo queremos fiesta.
-¿Fiiiesta?.

Biok le asestó un cabezazo que le rompió la nariz. El bocas cayó al suelo ensangrentado y retorciéndose de dolor. El resto se puso en pie de guerra.

Mitxelle y Biok comenzaron a pelear contra ellos, fue rápido, al terminar, Biok escupió en la cara de uno de ellos.

-No sois mag gue unos miegrdas. Jajajaja. 

En ese momento un par de guardias de seguridad aparecieron en la escena.

-¡Corre Biok!.

Mitxelle cogió el brazo de Biok y tiró de ella, Biok casi pierde el equilibrio al iniciar la carrera. Tras correr por varias calles, se colaron por un hueco estrecho y se escondieron en un rincón, de pies. Al rato, los guardias pasaron de largo. Biok los observó asomándose tímidamente por la esquina mientras le tapaba la boca a Mitxelle con la mano.

-Schhh... 

Biok se quedo mirándola a los ojos, luego apartó la mano y acercó los labios a los de Mitxelle lentamente hasta fusionarse en uno solo.

-Biok... no. 

Mitxelle la apartó con delicadeza.

-Si, ssserá mejor... volver a gasa. Lo siengto, no ge que me ha pasagdo.
-Estas pedo total, jajajaja.
-Eh, bogacha, pego les hemog dago lo suyo.
-Si claro, anda vamos.

Al llegar al apartamento de Biok, la compuerta se abrió y apareció la silueta de Mitxelle ayudando a Biok. La recostó en su cama y para cuando la quiso tapar, ya estaba roncando. Mitxelle se quedó pensativa, observándola y luego sonrió.





Estación Khronos.
Lía.

Lía se despertó con un fuerte dolor de cabeza en la parte de atrás. Cuando recuperó el sentido, se incorporó en la cama y observó los barrotes que tenía delante.

-Mierda.

Un guardia uniformado y armado, montaba guardia tras los barrotes. Al rato, el guardia cambió de postura y se cuadró. May apareció por un costado, observó a Lía y algo le dijo al guardia, quien acto seguido abrió la celda. Lía se quedó sentada en la cama mirando a May con cara de pocos amigos.

-¿Y bien...?, ¿Vas a contarme que ha pasado?. -Preguntó May.

Lía apartó la mirada. 

-No les aguanto. 
-¿Y ya está?, ¿Eso es todo?.
-Se rieron de mí y de Zuri. Es que... no soporto esas risas.
-Ha muerto, Lía. Rebeca ha fallecido por las lesiones que la has infligido. 

Hubo un incómodo silencio, Lía comenzó a llorar mientras se tapaba con los brazos.

-Joder... joder...

Mayori se quedó observando sin decir nada. Luego, Lía se recuperó, elevó la frente con sus grandes ojos grisáceos cubiertos de lágrimas. 

-No me arrepiento. -Dijo Lía observándola detenidamente.
-¿Que no te arrepientes?. ¿Sabes cuál es el castigo por lo que has hecho?.
-Me importa una mierda. -Dijo Lía apartando la mirada.

Mayori la observaba con seriedad, con la espalda erguida, muy típico de ella.

-Tienes que mejorar esos modales y tu conducta. -Dijo Mayori.
-Para que, soy quien soy, eso ya no va cambiar nunca.
-Con esa actitud no.
-¿Que quieres de mi?, ¿A que has venido, para postrarte ahí con tu pose de señorita y decirme lo desastre que soy?. No pierdas el tiempo conmigo, seguro que una mujer de tu clase, tiene cosas mas importantes que hacer, que estar mirándome con esa cara y decir que he matado a alguien.

Mayori siguió erguida. 

-He... revisado tu historial. -Dijo Mayori mientras levantaba las cejas.

Lía no sabía si reírse. 

-La verdad, he flipado... y no entiendo, como alguien con tu talento y potencial, prefiere tirarlo todo por la borda como si no significara nada y... todo por un problema de sociabilidad. Nunca has sabido encajar entre la gente, algo... que es muy importante en tu trabajo. Somos un equipo y estar fuera de él, no sirve de nada, Lía. 

-El sermón. 
-Si, el sermón, al menos tendrás que aguantar las consecuencias de tus actos.
-Mírala, mis actos... seguro que tu eres una santa.
-Usted... y si, no soy una santa, pero sé como llevar... ciertos asuntos. Aunque no sé, si lo que voy a hacer es una buena idea.
-No merezco el esfuerzo, créame, se lo que me espera, regrese por donde ha venido.

Mayori se mantuvo firme en su postura.

-Guardia... desátela.

Lía levantó la cara sorprendida.

-¿Señora?. -Dijo el guardia. 
-Se viene conmigo.
-Pero señora... eso no es posible. 
-¿Me está diciendo que no va a obedecer una orden directa?. ¿Sabe quien soy?.
-Si, claro, señora.

Mayori le miro fijamente.

-No señora... no la conozco, pero no me ponga en esta situación, el informe...
-Yo soy quien hace los informes, y créame, no haga que tenga que realizar otro, a mayores.

El guardia se cuadró de nuevo y soltó a Lía, quien se quedó sin habla, con la situación.

-Devuélvela sus pertenencias. Este es el informe que ya había preparado, almacénelo con el resto.
-Si... señora.

Mayori observó a Lía de reojo. 

-¿Vienes o te quedas?.

Lía reaccionó y recogió sus enseres, luego avanzaron por la sala de seguridad hasta abandonarla y detenerse en el descansillo. 

-Tu Mamba está preparada en el hangar. Toma esta nota, es muy importante que la sigas al pie de la letra. 

Lía observó la nota con detenimiento.

-¿El mando del Damocles Uno?, pero... ¿Por qué haces esto?.
-Serás mi mano derecha. Aunque si quieres quedarte y... afrontar tu otro destino, tu misma. Ese pin de la organización te abrirá muchas puertas, si sabes lo que significa, actuarás con discreción y... tendrás que cambiar algunas... cosillas. 
-Esto... creo que no sabes lo que haces, Mayori.
-Ahora si que lo sé.
-¿Pero después de lo que he hecho?.
-¿El desafortunado accidente?, ella se lo buscó, al menos es lo que ví en las grabaciones. Yo la hubiera roto la cara igual. 
-Gracias, por... confiar en mi.

Lía se puso en marcha.

-¡Eh!, pórtate bien allí, hazte valer y si todo falla... no dejes huellas, cortar algún que otro cuello, puede abrirte otras puertas, actúa con inteligencia. Mantendremos el contacto.
-Lo haré.

Mayori se quedó viéndola bajar por las escaleras, por un momento, Lía se detuvo y se miraron mutuamente, luego Lía prosiguió su camino. 





Resaca. 

Biok se despertó con un fuerte dolor de cabeza, confusa, oliendo a comida. Trató de incorporarse con dificultad cuando me vio salir de la cocina. 

-Buenos días, tardes ya.

Biok trató de enfocar. 

-¿Hola?. ¿Qué haces... aquí?.
-Te he preparado un completo, para la resaca y... estoy cociendo algo de pasta para una ensalada. ¿Te gusta la ensalada de pasta?. Comemos juntas.
-Como cualquier cosa, no soy quisquillosa con la comida.
-Mejor.
-No me has contestado. 
-¿No te acuerdas de lo de ayer?.
-¿Ayer?, la verdad es que no sé ni cómo he llegado hasta aquí.

Nos quedamos en silencio mirándonos las dos.

-Voy... a darme una ducha. Gracias... por lo que hayas hecho.
-De nada. 

Biok se adentró en él baño y se quitó la muda, luego se quedó bajo el chorro de agua caliente de la ducha. Cuando terminó, salió de ella y se dio cuenta de que no tenía toalla.

-¡Mitxelle!.

La llamó varias veces, pero no hubo respuesta por su parte, así que, salió del baño para coger una del armario, cuando vio a Mitxelle de espaldas hurgando dentro de él. 

-¿Has venido a cotillear mis cosas?.

Me di la vuelta del susto y vi a Biok desnuda.

-Oh, lo siento. -Dije mientras apartaba la vista. -Venía a por una toalla, usé la tuya anoche. Me... he acordado ahora y... pues eso. Tápate.
-Vaya... eso de la mano, no es una toalla.

Biok se cubrió con ella.

-¿Es tu... familia?. -Dije enseñándola una de las fotografías que tenía en la mano.
-Era.
-Esta eras tu. 
-Era.

Biok se estaba vistiendo cuando observó otra fotografía. 

-¿Nabeth?.

Biok se quedó callada mirándola.

-Si.
-Parecía... maja.
-Lo era...
-No os parecéis. 
-¿Teníamos que parecernos?.
-Era tu hermana.

Biok hizo una pausa mientras se colocaba la camiseta, mojada en parte, por la humedad del cabello.

-No era mi hermana.
-¿Ah no?, pensé... que aquel día, cuando hablamos.
-Tú te lo dijiste todo.
-Entiendo... ¿La querías?.
-¿Puedes dejarlo ya?.
-¿No quieres hablar de ello?.
-No. Ya sabes lo que ocurrió, guarda todo eso.
-Claro.
-¿No tienes otra cosa mejor que hacer?.
-Sentía curiosidad, nada más. 

Biok terminó de recoger la muda y la toalla. Mientras yo cerraba el armario.

-Oye, todo eso es personal, ¿vale?. No tenías...
-Biok, ya vale. Vine a por una toalla y vi las fotos en la caja, punto, ya está. Me ha gustado... conocer, algo más de tu pasado, es sólo eso.
-Pues... deja que yo te lo cuente, ¿Vale?.
-Vale... ¿Comemos?.

Nos sentamos a comer,  había dejado el bol ya preparado y nos servimos en los platos, Biok se dispuso a comer cuando se quedó en pausa.

-¡Qué!.
-Nada... ¿No recuerdas nada de anoche?.
-Pues no. -Dijo Biok indiferente.
-Lo del... suuulito, ¿tampoco?. Jajajaja. 
-¿Suuulito?.
-El gilipollas al que le partiste la nariz. 
-¿Qué le partí la nariz a alguien?.
-Jajajajaja... déjalo Biok, estabas más pedo de lo que pensaba. 

Por un momento pensé que se estaba haciendo la ignorante, pero me di cuenta de que realmente no se acordaba.

-Creo que perdiste más de una neurona anoche. -Dije entre risas.
-Seguramente. Oye, esto está muy bueno.
-Ah, nada, lo que pillé de la nevera, unas verduras, fruta y queso, la pasta es lo único que he cocido a parte. 
-Gracias. 
-Viniendo de ti... debe significar mucho.
-No, en serio.... gracias. 

La conversación decayó y nos quedamos mirando, parecía que Biok estuviera esperando una respuesta de mi parte.

-Realmente, quería hablar contigo.
-Pues dime.





Estación Khronos. 
Lía.

Llegué hasta el hangar 15 donde se encontraba mi Mamba preparada. Me quedé un rato observándola, luego miré a mi alrededor. El técnico de tierra me ignoró por completo, actuó como si cumpliera órdenes y no quisiera hacer preguntas, sólo se limitó a hacer su trabajo. 

Subí a ella y dejé mis enseres en un pequeño armario en la parte trasera de la cabina y alcé la mirada a través del gran ventanal del copit que la cubría toda ella. Dejé el puesto de copiloto atrás y me senté a los mandos, acto seguido comencé el chequeo de sistemas e inicié el procedimiento de arranque. 

-Angel verde, iniciando.
-Khronos, Ángel Verde, copiado.

Al poco tiempo di la orden de subir la plataforma. Al salir del hueco y elevarse, observé cómo la estación se iba haciendo más grande, como si pudiera respirar de nuevo.

-Khronos, Ángel Verde, permiso para despegar, luz verde.
-Recibido Khronos. 

No sé por qué, pero cada minuto que pasaba me sentía mas libre. La plataforma me soltó al tirar de propulsores, me disponía a salir, pero algo en mi interior no quería alejarse sin despedirme del oficial de control.

Cogí altura y me acerqué marcha atrás, hasta pegarme al cristal del puesto de control, apagué la radio contradiciendo al gilipollas de siempre y metí  postcombustión. 


La Mamba salió del buzón rozando los 600m/s, originando un pequeño caos al tráfico de entrada y salida. Lía esbozó una ligera sonrisa cuando vio la luz de la estrella iluminar toda la cabina.

-Bien... un nuevo comienzo... 

Dijo Lía mientras introducía las coordenadas de su nuevo destino.

-Qué estoy haciendo...

Por un momento algo me rondaba la cabeza, una sensación extraña.

-Ya no hay marcha atrás. 





Sistema Desconocido. 
Damocles Uno. Lía.

La mamba salió de supercrucero tras un punto brillante fugaz.

-Damocles uno, Ángel Verde, código azul.
-Ángel Verde, aquí Damocles, la estábamos esperando, confirmación aterrizaje en pad 15, luz verde. Bienvenida.
-Recibido Damocles Uno. Pad 15. En aproximación.

La Mamba recorrió el Damocles a lo largo, siguiendo el patrón de aproximación. Lía lo observó desde el costado izquierdo de su cabina, pensativa.

Tras ponerse a las seis, se fue acercando a la plataforma y desplegó el tren de aterrizaje. Tras un breve acercamiento el anclaje magnético del Pad la enganchó y la fijó sobre la plataforma.

-Angel verde, en tierra.

La plataforma emitió un grave sonido y comenzó a descender al interior del Carrier. Lía pudo observar aquel gigante anillado azul esconderse tras el montón de hierro que la rodeaba, después las compuertas exteriores se cerraron lentamente.

Lía bajó de la Mamba con el casco y la bolsa cuando un técnico se acercó corriendo a ella y la saludó militarmente.

-Bienvenida al Damocles, Señora. Déjeme ayudarla, nosotros nos encargamos de sus enseres.

Lía se los ofreció educadamente mientras el técnico se afanaba en su tarea.

-Acompáñeme, Señora. El oficial Truman le está esperando.

Seguí tras él hasta los ascensores, donde un hombre entrado en edad esperaba inquieto, erguido. Al llegar, ambos se saludaron como rige el orden militar.

-Bienvenida al Damocles, soy Truman, el oficial de mayor rango dentro de este buque. La estábamos esperando. 
-Liana Baker, puede llamarme Lía, encantada

Ambos se miraron con respeto. Aquel hombre parecía ya demasiado veterano en esto. 

-Nos están esperando, acompáñeme señora.
-¿Esperando?.
-Nuestro recibimiento, tiene que conocer a todo el personal a su cargo.

Aquella frase me dejó helada. Seguí a aquel hombre hasta llegar a una pasarela que comunicaba con una enorme sala. Al llegar, pude observar a más de un centenar de hombres y mujeres uniformados en debida formación, formando 5 pelotones de al menos 30 pilotos cada uno.
Una Anaconda y varias Mambas y Diamonds, descansaban al fondo, detrás de aquellos pilotos. Se me hizo un nudo en el estómago, empecé a dudar de mi misma al ver toda esa gente.

Llegamos hacia el centro, donde había una especie de atrio y el señor Truman comenzó a dar un discurso de presentación. Por una parte me sentí aliviada de no tener que pronunciarme ante tanta gente.

Tras un silbido del señor Truman, aquellos hombres y mujeres se cuadraron y permanecieron erguidos. 

-Su turno, señora.
-¿Qué?.
-Su turno, tendrá que ganárselos, es ahora o nunca.

Aquellas palabras apretaron mi interior hasta la saciedad, que digo, ¿Saciedad?, esto no parecía saciarse de ningún modo.

-¿Señora?.
-Si, voy.

Me acerqué y tomé posición. Miré a todo aquel grupo, desde la derecha hasta la izquierda, con determinación. Sin decir nada, me desabroché el uniforme y lo até a la cintura por las mangas. La camiseta interior de tirantes, resaltaba mis brazos y la gran cicatriz que tenia en el bíceps izquierdo. Truman se quedó extrañado por mi actitud, me di cuenta enseguida, pero le ignoré, baje de allí y me acerqué a ellos, fui pasando revista, uno por uno.

-¿Nombre?.
-René Ruso. Piloto, señora.

Seguí pasando entre la multitud.

-¿Nombre?.
-Joshua Martinez, señora. Equipo de tierra.
-Equipo de tierra, señora.
-¡Si, señora!. Perdón.
-Bien.

Aquellas personas eran muy jóvenes todavía, más de lo que se imaginaba.

-¿Nombre?.
-Selina Merina, Equipo tierra, señora.

Alguien hizo una gracia, pues varias personas empezaron a reírse vagamente.

-Usted, ¿Nombre?.
-Jake, Jake Harris, señora. -Dijo con cierto pasotismo.
-¿Eres el bufón de este buque, señor Jake?.
-¿Señora?.
-¿Qué le ha hecho tanta gracia?.
-Nada, señora.

Lía se quedó observándole con sus enormes ojos grises. 

-A fuera.
-¿Señora?.
-¿Aparte de bufón, es sordo?, sígame.

La gente se quedó alucinada viendo aquella escena. Selina no le quitaba ojo de encima mientras nos alejamos a una zona más despejada, en frente de los pelotones. 

-Bien, comandante Bufón. Supongo que quiere demostrarnos a todos su... valía, ya que es el Bufón, quizá quiera ilustrarles su... verdadero, potencial. Golpéame. 
-¿Qué?.
-Usted no oye bien... claramente esta sordo, ¡que me golpee!. 
-No haré tal cosa. 
-¿Ah no?. Vaya... así que también es un cobarde y sólo sabe reírse de sus compañeros. ¿No es así?.
-Señora... usted es...
-Ah, es eso. Bien, que quede claro, lo que ocurra aquí nunca habrá ocurrido. ¿Y bien?.
-Me niego.
-Le he dado una orden, olvide el rango, ¡golpéame!.

Jake observó de reojo a Truman, pareciera que le estuviera pidiendo permiso. 

-No le mire a él, míreme a mí. Le he dado una orden. Si no la cumple, se enfrentará a algo peor. ¡Vamos!.
-Esta bien... usted lo ha querido.

Jake soltó un gancho de derecha, pero Lía lo esquivó y Jake perdió el equilibrio. Los presentes empezaron a balbucear y medio reír.

-Vamos comandante Bufón... ¿se le va la fuerza por la boca?.

Jake intentó en varias ocasiones golpear a Lía pero finalmente, Lía lo redujo al suelo usando la inercia y lo inmovilizó estrangulándole el cuello, hasta dejarlo sin respiración. 

-Vamos bufón, su vida se les escapa a cada segundo que pasa, ¿Qué va hacer?, ¿Se quedará quieto viendo su vida escapar?. ¿No lo siente ya?. Sus fuerzas ya van disminuyendo. 

Truman hizo un amago de intervenir pero guardó silencio. La cara de Jake estaba completamente enrojecida con las venas completamente hinchadas sin poder respirar.

-Me decepciona, de verdad... 

Lía le soltó y Jake comenzó a tragar bocanadas de aire tosiendo y tratando de recomponerse. Luego le apartó con desprecio y se reincorporó. 

-¡Levántese!. No va morir hoy. 

Jake se levantó a duras penas y volvió a su posición con dificultad y tosiendo, bajo la atenta mirada de todos. Lía prosiguió pasando revista.

-Usted...

Las caras del personal habían cambiando por completo.

-¡René señora!, piloto.
-y... usted.
-¡Jacob, piloto, señora!.

Lía siguió paseándose preguntando los nombres de cada uno, la cicatriz de su brazo era claramente visible y los presentes no podían dejar de observarlo mirándolo de reojo. 

-Bien, quítense la parte superior del uniforme y átenlo a la cintura. 

Los asistentes comenzaron a mirarse los unos a los otros desconcertados, Selina fue la primera en desabrocharse y fijarlo a la cintura. Lía se dio cuenta de ello, luego empezó a ver al resto que poco a poco fueron obedeciendo.

-Eso es. Ahora... todos somos iguales.

Lía siguió su recorrido. 

-Sé... que no aprueban lo que ha pasado con el comandante bufón. Lo veo en sus caras... en sus miradas. Yo tampoco lo aprobaría... como no puedo aprobar que nadie se ría de ningún compañero.
-Sus vidas ahí fuera penden de un hilo, del hilo de sus compañeros. Recuerden esto cuando se encuentren al final del abismo y lo único que les mantenga con vida... es su compañero.
-Los gallitos y los bufones, son los primeros en caer, ¡siempre!... recuérdenlo bien... -Dijo Lía mientras les observaba de reojo con preocupación, con aquellos grandes ojos grises.
-Siempre... 

-Descansen. 

Lía siguió pasando revista, hasta llegar junto a Truman.

-Pueden retirarse. 

Truman se acercó y emitió un par de silbidos, señal de que las tropas podían romper filas y volver a su rutina diaria. Luego volvió con Lía.

-Sígame, le enseñaré el resto del buque y sus aposentos.

Lía le siguió hasta los ascensores, mientras observaba a las tropas retirarse. Al entrar se cerraron las compuertas y el ascensor comenzó a bajar. El silencio entre los dos era más que evidente.

-No se lo calle. -Dijo Lía a Truman.

Truman no quiso decir nada en un primer momento, luego se soltó. 

-No apruebo lo que ha hecho con la tripulación. Esto no es buque de desmangados y lo que le hizo al comandante Jake... estuve a punto de intervenir.
-¿No aprueba mis métodos?.
-Para nada, esto es un buque escuela, necesitan una disciplina, no el libre albedrío. Lo del comandante Jake se podría haber solucionado mediante la apertura de un expediente disciplinario, no así. Si lo que busca es que la respeten, lo ha conseguido, pero de qué manera.
-Necesitamos soldados señor Truman, no muñecos de felpa bien indumentados sin arrugas en sus uniformes. Pronto comprenderá que no he venido aquí para darme un paseo. Nuestras fuerzas cada vez están más diezmadas, necesitamos hasta el último de ellos, y los necesitamos ya.
-La recuerdo que este sigue siendo un buque escuela, no un buque de guerra.

Lía le miró fijamente a Truman.

-Desde que puse el primer pie en el Damocles, este buque dejó de ser un buque escuela, señor Truman. Hágase a la idea.

El ascensor se detuvo y se abrieron las compuertas, el primero en salir fue Truman. Continuaron la visita por todas las estancias, hasta finalmente llegar a su nuevo aposento. No hablaron más del tema, sólo lo necesario relacionado con las dependencias.

Lía observó el camarote, era muy amplio y lujoso, nada que ver con el resto del buque, en el que se notaba ya el paso de los años. 

-Espero que todo esté a su agrado, señora.
-Seguro, gracias Truman.
-Si no desea nada más, he de proseguir.

Lía se giró hacia Truman.

-Claro, ya hablaremos más adelante.

Al cerrarse la puerta, Lía observó que sus enseres ya estaban correctamente colocados y ordenados en sus respectivos lugares. Se adentró en él baño y observó el jacuzzi, no pudo resistirse a quitarse la ropa y adentrarse en él, dejando su cuerpo a merced de las burbujas que la rodeaban. Tal fue la necesidad, que acabó quedándose dormida, viendo la vía láctea a través del gran ventanal que ocupaba toda la parte frontal del baño.

...

El sonido del timbre de la puerta la despertó de manera sobresaltada, como si no supiera donde estaba. Había pasado algo más de media hora pero para ella habían parecido horas. Salió del jacuzzi y se colocó el albornoz que había colgado en una de las paredes de mármol oscurecido. Luego, se acercó a la puerta y la abrió. 

-Servicio de cenas, señora. -Dijo un hombre uniformado que empujaba un carrito.
-¿Cena?. No... iré al comedor de tropa. No me sirvan nada salvo que se lo indique.

El hombre se quedó extrañado y se retiró con educación. 

-A sus órdenes, señora. 

Lía se preparó y bajo a cenar. Al llegar al comedor, el oficial de la entrada se cuadró completamente asustado.

-¿Señora?. 
-Le ocurre algo oficial...
-Ward, señora. No, sólo que... ¿es una visita de inspección?.
-Quítate de en medio, sólo quiero cenar.
-Pero... no es su comedor, señora.
-¿A no?. ¿Quién dijo eso?.
-Las... ¿Normas?. No lo sé, señora.
-Apártese, y ni se le ocurra mencionarme. 

El oficial se apartó atónito. Lía se adentró en él comedor bajo la atenta mirada de la tripulación y los pilotos. Muchos de ellos se iban apartando a su paso.

Al llegar a las bandejas, Lía elevó los brazos y se ató la coleta. La marca del brazo se veía claramente desde cualquier ángulo. Luego, cogió una bandeja y la apoyó en los carriles de servicio. Varios pilotos se fueron apartando para dejarla pasar.

-¿Qué hacen?.
-¿Señora?. Pase usted primero.
-¿Qué pasa, tengo el número premiado o qué?, vuelvan a su sitios.

Uno de ellos aceptó de agrado su postura.

-Pruebe los raviolis de pescado, son la especialidad del chef. -Dijo una voz un par de pasos más adelante.

Lía empezó a sentirse cómoda allí dentro, muy distinto a todo lo que había vivido hasta ahora. Luego, se sentó sola en una mesa, observando al resto de personas. Era la libertad que ella buscaba desde hacía muchísimo tiempo. 

Al rato, varios pilotos, hombres y mujeres, fueron ocupando los asientos junto a ella. No tardaron en recibirla con gratitud y respeto, al poco tiempo ya estaban charlando todos como si fuera una más del equipo. 

Cuando terminaron, se quedaron un tiempo de sobremesa hasta que poco a poco empezaron a marcharse.

-¿Mañana no nos lo hará pagar el quedar hasta tan tarde, señora?.
-Maniobras, a las... 6,00. ¿Les parece bien?.
-¿Qué?. -Dijeron varios sorprendidos.
-Jajaja, mañana está previsto saltar a Yama, así que, podéis relajaros un poco, pero no sé acostumbren, tenemos mucho por delante.
-Si, señora.
-Hasta mañana. 

Lía regresó a sus lujosas dependencias y se tumbó sobre aquella enorme cama. No tardó en quedarse dormida de nuevo. 


... Fin capítulo 3 ...
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