Cmdr Mitxel
Role
Wanderer / Freedom fighter
Registered ship name
Icarus
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-
Rank
Elite III
Registered ship ID
Anaconda LEGACY
Overall assets
-
Squadron
Corralito de Acción Independiente
Allegiance
Independent
Power
Independent

Logbook entry

The Heart Of The Icarus, Capítulo 7. Sin esperanzas.

23 Oct 2023Mitxel

Damocles. 

El rostro de Biok se ve reflejado en el ventanal de su camarote. Un rostro decaído, serio, con pocas ganas de seguir adelante.

(Biok)

-Ha pasado una semana desde que Mayori nos comunicara el fallecimiento de Mitxelle. Todos nos quedamos consternados tras recibir la noticia.

El rostro abandona el ventanal y se dirige hacia la puerta del camarote. Biok, continúa su camino por los pasillos del Damocles, lo hace con paso sereno, como si ya no pudiera soportar el peso del mundo sobre sus hombros, una mujer luchadora que se había dado por vencida, después de todo.

-Bika se derrumbó por completo, se culpa de su muerte, sigue bajo sedación, bajo la continua supervisión de Hernán. Robert también está afectado, pero sabe llevarlo, a su modo. El resto, tratan de seguir unidos, Tanko, Dafne, Hoffman, Dreg y Lucíe.

Sigue su marcha y se adentra en el ascensor, luego se gira y acciona el panel, cerrándose las puertas delante de ella.

(Música de cortesía).

-Nunca sabremos en qué fallamos, nuestra misión, nuestra promesa a Alejandro de cuidar y velar por su hija Mitxelle... nunca debí dejarla ir, no en aquellas condiciones, tampoco sabemos que ocurrió realmente, Mayori mantiene un absoluto secretismo en todo este asunto.

Tras un leve pitido, las puertas se abren y Biok sale del ascensor, continúa su paso por los pasillos, llenos de gente afanada, esquivándose los unos a los otros y saludando a Biok con una sonrisa o militarmente. La rutina es indispensable en estos momentos y Biok lo sabe. Tras un largo recorrido llega hasta la enfermería y se adentra tras los ventanales de cristal.

-Hola Hernán, ¿Algún cambio?. -Dijo observando el rostro de Bika.

Bika se despierta y observa a Biok. 

-Hola Biok.
-¿Qué pasa Hermanita?. -Dijo mientras la abrazaba.
-¿Robert?. -Preguntó Bika.
-Luego vendrá a verte, a las 11.00, como todos los días. 

Hubo una pequeña pausa.

-Gracias Biok...
-¿Eh?. Qué coño dices... Sabes que esa palabra no está en mi vocabulario. -Dijo entre risas.

Bika intenta reír, mientras Biok acaricia su rostro, tratando de darla ánimos. Todo va bien, hasta que de repente le llegó el bajón de nuevo.

-¡Eh!, joder, que no te quiero ver así... esto no fue culpa tuya, ¡Me entiendes!. 
-Yo... tenía que haberme callado, joder... la traté como una mierda...
-¡Basta!, mírame, mírame a los ojos. Ni si quiera sabemos que ha pasado... joder Bika, yo también la dejé ir, todos lo hicimos. 
-La llamé monstruo... me comporté con ella como si lo fuera de verdad, no... no quería... 
-Hernán. -Interrumpió Biok.
-¡No!, ¡Dejarme en paz!. -Gritó Bika, mientras intentaba quitarse la vía.
-¡Bika, vale!.

Biok sujetó a Bika firmemente, mientras Hernán apretaba las cintas de la camilla. Luego siguió con la dosis hasta que quedó dormida.

-Mierda...
-Ha sido un golpe tremendo para ella. -Dijo Hernán. 
-La necesito... 
-Tengo una colega experta en estas situaciones, trabaja en Theorge y viene de camino.
-Gracias, Hernán... 
-Me duele verla así. Se recuperará, pero sola no podrá afrontar la situación. 

Biok asintió. 

-Quizás nos venga bien a todos salir un poco, volver a lo que hacíamos antes.

Hernán asintió.


Biok abandona la enfermería y se apoya en la pared del pasillo, con la cabeza pegada a ella mirando hacia arriba.

-Yo la quería, pero no como se quiere a una hermana, era... algo especial. Intenté expresarlo, pero no tuve el suficiente valor para afrontarlo. Ahora ya es tarde, demasiado tarde... ella nunca estará ya entre nosotros. 

Biok se gira sobre la pared y observa a Bika tras el ventanal, con los ojos anegados en lágrimas. 

-Jamás podría culparla a ella de su muerte...

Comienza haber cierto alboroto en el pasillo. Biok vuelve su mirada hacia la multitud, una multitud que se va apartando hacia los costados al paso de una camilla. Varios hombres armados la van escoltando, apartando a la gente sólo con su presencia. Pasan al lado de Biok, quien observa a una mujer de pelo dorado tumbada en ella, mientras trata de secarse los ojos. Mayori va justo detrás, junto a un científico, cabizbaja, dolorida aún por la muerte de su única hermana. Biok la observa y las miradas se cruzan. 

-Me recuerda tanto a ella... hace una semana que no la veo por el Damocles. No sé que estará tramando la organización, pero por su cara, algo no marcha como es debido... o tengo una equivocada sensación o quizás es por la pérdida de Mitxelle... en ambos casos, es contagioso y algo dentro de mí me ahoga sólo de pensarlo.

Las puertas de acceso al ala B de enfermería se cierran tras su paso, la gente murmura, saben que ese ala es de acceso restringido y eso da pie a muchas hipótesis, sin fundamento en cualquier caso, pues todo lo que la Rueda maquina, es de absoluta discreción.

-¿Alguna novedad?. 

La voz de Red vuelve en sí a Biok.

-Hola Robert. No, sigue igual. La acaban de sedar de nuevo. ¿Y tú que tal?.

Robert asiente con resignación. 

-Tenemos que hablar. -Dijo Biok.
-Dime.
-Creo que va siendo hora de irnos de aquí.
-¿A dónde?. 

Biok y Red comenzaron a andar, sin un rumbo fijo.

-Me da igual, volver a lo de antes... ya sabes. Nos vendría bien, a todos.

Robert caminaba pensativo. 

-No es mala idea... y ¿Bika?.
-Cuando se recupere, claro. Hernán ha llamado a una amiga suya, dice que es una experta, está de camino. 
-Bien, por mi parte, si, creo que es lo mejor. 
-Hablaré con el resto. -Dijo Biok.

Se detuvieron en medio del pasillo y Red se giró hacia Biok.

-¿Estás bien?. 
-No, la verdad es que no, Robert. Sólo quiero irme de aquí... ya no pintamos nada en este sitio. ¿Acaso quieres volver con ellos?.

Red reflexionó sobre ello.

-Al menos, teníamos un deber.
-¿Empiezas con eso?, Nuestro deber era para con Alejandro. Ya no queda nada de eso.
-¿Mayori?.
-¿Acaso crees que ella es Alejandro?. No me hagas reír, Robert.

Los dos continuaron la marcha.

-Creo que Mayori es capaz de mucho más que Alexander, es más joven y con un gran ideal, su padre. Creo que seguir a Mayori en estos momentos, es seguir reforzando su legado, el legado de Alexander.
-Robert... Mitxelle era su legado, no Mayori. Nuestro deber era protegerla, ¿Y dónde está?. ¿Acaso crees que con Mayori será diferente?. La cagamos, joder.
-Quedarnos aquí es tener una meta, un rumbo, Mayori es diferente, tiene las ideas claras, trabajó con Alexander, él la instruyó.
-Pero ella no era la sujeto B-6. Joder, ¿te estás poniendo de su parte, de quienes acabaron con la vida de Alexander?.
-No, no es eso... pero piensa.
-Que piense, ¿El qué?. No quiero estar más tiempo aquí, con aquellos que nos han perseguido desde hace tanto tiempo, y mucho menos después de lo que nos hicieron... Tú lo sabes mejor que nadie.

Red bajó el ritmo hasta detenerse. 

-No, no lo he olvidado. Pero sólo digo que Mayori es diferente, ¿Y si esto lo tenía planeado Alexander?.
-¿Planeado?.
-Si, piensa, Mayori trabajando desde dentro, Mitxelle desde fuera, un equipo. ¿Recuerdas las líneas?.
-Robert, ¿No crees que eso ya carece de sentido, en estos momentos?.

-En cierto modo.
-¡Pero qué palabra de la hemos cagado no entiendes!.

Algunas personas se voltearon al escuchar la subida de tono. Biok se dio cuenta y trató de contenerse.

-No podíamos atarla de pies y manos, Biok... demostró sobradamente su valía.
-A veces le doy muchas vueltas... y no consigo imaginar cómo pudo haber sido.
-No lo sé, y no creo que lo sepamos nunca.
-Sabía cómo luchar, cómo defenderse... joder.
-Eh, Biok, ya... no sigas.
-Joder...

Robert abrazó a Biok y trató de consolarla.

-Sea como fuese, luchó, sé que lo hizo y lo hizo por una buena razón, por los demás. Dio su vida por algo que no era ella y... quiero pensar que fue así. 

-Hola. -Interrumpió Lía, quien les observó con discreción.
-Hola, Lía. 
-Os... estaba buscando. Sé que igual no es el momento...
-Dispara. -Dijo Biok secándose la cara con el antebrazo. 

Lía les seguía observando. 

-Si... eh, os necesito para una escolta. ¿Estáis... disponibles?.
-Tienes más pilotos. -Dijo Red.
-Vale, si os lo pido es porque es importante. Además, os despejáis un rato. Claro, que... entiendo que no queráis. No tenéis...
-Está bien. -Interrumpió Biok.

Robert se quedó sorprendido con la rapidez con la que respondió. 

-¿Si?, estupendo. Me alegra Biok. 
-Esto lo hago por ti. -Dijo Biok.

Lía se sorprendió. 

-Te debo una, gracias Biok. ¿Robert?.
-Yo voy con ella, ya lo sabes.
-Si, siempre te fuiste con ella... en fin. Siempre hicisteis buena pareja. 
-¿Qué?.
-Nada... El equipo Sabre os espera, ellos os pondrán al día. ¡Proteger a la humanidad de la verdad!.

Lía se despidió con un saludo militar.

-Bienvenidos a casa una vez más. -Terminó Lía. 

-¿Hua?, jajajajaja. -Dijo Biok con ironía.
-No tienes por qué hacerlo, Biok. -Continuó Robert.
-¿Algún día me explicarás por qué siempre acabo haciéndote caso?. -Preguntó Biok.
-¿Por qué soy el único que logró vencerte?.
-Serás... habría que verlo ahora. Te estás haciendo viejo... hermano.
-Jajajaja, no me pongas a prueba... hermana. 





El equipo Sabre.

Red y Biok se presentaron en la sala de misión. Había un grupo joven de pilotos, soldados y un hombre entrado en edad observándoles. 

-Bien, ahora que estamos todos... -Dijo el oficial de misión. 

Red y Biok tomaron asiento mientras las luces de la sala se atenuaron y un holograma táctico emergió en el aire. 

-Tenemos que proteger a Eco uno. Su misión es el transporte de mercancía de especial valor, desde su origen en la base de Tyron Biogenetics en el sector col 70, hasta el Damocles Uno. ¿Alguna pregunta?.

-¿Ese sector no estaba prohibido?. -Preguntó uno de los pilotos.
-Por supuesto, sus naves han sido cargadas con un software especial que les permitirá el acceso a su interior, no será un problema.
-Por eso dijo Lía lo de bienvenidos a casa... -Murmuró Red, mirándole a Biok de reojo.
-Ese lugar está caliente. Siempre lo estuvo. -Dijo Biok.

El oficial de misión asintió con pesar quitándose las gafas.

-Ustedes dos ya lo saben de sobra... por eso están aquí. 
-Pues, no somos muchos, la verdad. -Dijo Red.
-Por desgracia, ya no contamos con un gran número de pilotos veteranos. No les voy a mentir, una vez entren en ese sector, todo lo que os vea tratará de eliminarles. Estar atentos, no habrá lugar a equivocaciones. Necesitamos ese material cueste lo que cueste.
-Selina, equipo de tierra, ¿Sabemos cual es la carga a recuperar?.
-Claro, se les enviará un albarán a su debido momento. 
-Correcto, Señor.
-¿Alguna pregunta más?.

El silencio dio paso al final de la reunión, momento en el que Mayori hizo acto de presencia. 

-¡Atención!. -Gritó el oficial de misión. 

Los asistentes se levantaron de las butacas.

-Descansen. -Anunció Mayori.
-Sé que esto no es lo habitual... pero he venido para que sepan que estoy preocupada, por la misión, por el equipo encargado de llevarla a cabo, es de vital importancia. 
-Han sido seleccionados según sus habilidades, lo mejor que tenemos en estos momentos, y lo han aceptado de forma totalmente voluntaria, lo cual me enorgullece enormemente. 

Mayori se desplazó por la sala junto al holograma.

-Lo cual significa que si les perdemos a ustedes, perderemos un gran potencial. Eso no puede suceder... espero que lo entiendan. Les deseo un buen servicio, a todos ustedes. Tengan cuidado. Pueden retirarse.

La luz de la sala volvió a iluminar la estancia lentamente mientras el personal la abandonaba ordenadamente con un saludo a Mayori. 

Red y Biok se dispusieron a salir cuando Mayori se cruzó en su camino. Tras una breve pausa, les abrazó a los dos.

-Sé que no he estado la altura este tiempo de ganarme vuestra confianza, pero me alegra que aceptarais ayudarme. Ha sido... está siendo difícil para todos.
-Lo sabemos. -Dijo Red.
-Una última cosa. Quiero que volváis. 

Mayori hizo una pausa mientras les miraba a los ojos.

-Si la cosa se pone fea, os he asignado las naves más rápidas que tenemos... no lo dudéis, salir de ahí cagando leches... ¿me oís?. A la mierda la carga, a la mierda todo... volver sin dilación.

-¿Nos estás pidiendo que les abandonemos?. -Insinuó Red.
-Si es absolutamente necesario si, os quiero de vuelta. ¿Entendido?.

La mirada de Mayori expresaba claramente que no les quería perder bajo ningún concepto. 

-Saldrá bien. -Se pronunció Biok.

La cara de Mayori no expresó relajación alguna. 

-Podéis retiraros. 





Punto de ebullición, Equipo Sabre.

Robert y Biok chocaron sus cascos antes de embarcarse cada uno en sus respectivas Mambas.

-Suerte.
-Suerte.

Los hangares estaban plenos de actividad, técnicos de tierra finalizando los preparativos y realizando las últimas revisiones, mientras los pilotos se asentaban en sus puestos dentro de sus cabinas.

-Ángeles listos. -Dijo Red por el comunicador al Damocles.
-Eco uno, Listo.

-Equipo Sabre, control Damocles, recibido, luz verde. 

Desde el centro de mando, Mayori y Lía observaban con detenimiento, cómo las plataformas iban emergiendo al unísono con todas las naves ancladas a ellas.

-Equipo Sabre, control Damocles, pull and go.
-Eco uno, pull and go.

La Type 10 de Frank comenzó a elevarse lentamente a tiro de propulsores.

-Ángeles, pull and go.

Las Mambas y varias Diamonds comenzaron a elevarse también, tratando de mantener la formación con Eco uno.

-Buena suerte, chicos... -Murmuro Mayori. 

-Equipo Sabre, control Damocles, han abandonado el área de exclusión, buen vuelo.

Lía se volvió hacia Mayori y la miró con desaprobación. No hizo falta saber lo que pensaba en esos momentos. Mayori también lo captó.

-Eco Uno, en ruta. Preparando salto. Sincronicen sus unidades de salto a esclavo.

Los ángeles comenzaron a sincronizar sus motores en esclavo y a confirmar por radio.

-Ángeles, en esclavo.
-Eco Uno, los veo. Iniciando salto en 10 segundos. 
-Oído, Ángeles. 

Al finalizar la cuenta, todas las naves desaparecieron a la vez tras varios destellos de luz.

El camino fue largo, los pilotos apenas tenían unos minutos de descanso tras los saltos, Barnard se veía cada vez más cerca. La luz del comunicador de Robert parpadeaba lentamente indicando una llamada por un canal privado de la radio e iluminaba tenuemente su rostro. Robert giró el conmutador. 

-Hola. -Respondió Red.
-¿En qué piensas?. -Preguntó Biok.
-¿En qué está todo muy callado?. 
-Si, verdad... ¿Te trae recuerdos?.
-Y no gratos precisamente. 
-¿Crees que es una trampa de ellos?.
-¿Trampa?, ¿Una prueba quizás?... puede.
-Quizás Mayori quiera ponernos a prueba, por lo de aquello, ya sabes.
-Cierto, ya lo hicimos una vez, cumplíamos órdenes de Alexander. Aunque no pienso repetirlo. 
-¿No?.
-Dejamos a todos tirados en el peor momento, incluso a Lía. Aquello me dejó jodido durante bastante tiempo.
-Fue una difícil decisión, Robert.
-Si, lo fue. Lía nunca me lo perdonó.

Hubo un silencio. 

-¿Te preocupa?.
-¿Lía?.
-Si, te noto afligido. 
-No.
-¿Tuvisteis algo juntos?.
-Nos... acostamos una vez.
-Jajajaja, vaya, vaya, y como me fui contigo, pensó que la dejaste por mi. Jajajaja. Así que, era eso.
-Me fui por Alexander. Lo que ella pensara era su problema, no el mío.

Biok se quedó callada mientras observaba a través del hud frontal de la cabina.

-¿Se lo has contado?.
-Lo intenté, cuando la volví a ver, pero no atiende a razones, eso sumado a como les dejamos tirados... no le falta razón.
-¿Volverías con ella?, quiero decir, si... se diera la ocasión. 
-¿A qué viene todo esto, Biok?.
-Por hablar de algo, por cómo te sigue mirando... jajajaja. 
-Biok, no vayas por ese camino, Lía y yo nunca estuvimos predestinados a vivir juntos.
-Está bien. Te pones a la ofensiva.
-No me pongo a la ofensiva, pero me parece absurdo el comentario. 
-Eh, ya vale, hermanito. Sabes que me preocupo por ti. Sólo es eso. No... sabía lo otro. Después de lo de Mitxelle... quizá te vendría bien. ¿Sabes?.
-Biok... no necesito a otra mujer para superar la pérdida, eso me parece tan ruin como lo otro... Nadie podrá cubrir el vacío que me ha dejado.
-Ya, el de ninguno, bueno, olvídalo.
-Eso es. Dejemos el canal en silencio.
-Si, ya queda poco para llegar.

La transmisión entre los dos cesó, hasta que el silencio fue roto por Franky.

-Eco Uno, último salto, que sea así de tranquilo...
-Ángeles, recibido.
-Salto en 10 segundos.

Las naves aparecieron de repente tras varios destellos.

-Eco Uno, llegada, poniendo rumbo a Tyron. Atentos a vuestros escáneres.

Poco antes de llegar a su destino, cruzaron a través de los escombros de una antigua estación en ruinas. Tanto Robert como Biok se quedaron observando con pesar la antigua estación orbital que en su día les dio cobijo, donde se formaron como pilotos de la organización, donde Alexander les dio la oportunidad de hacer algo diferente, algo por encima de todo. 

-Savhin... -Murmuro Red.
-¿Es verdad que estuvieron asignados ahí?.-Preguntó Franky.
-Un tiempo... El suficiente. -Respondió Red.
-¿Qué ocurrió aquí?. -Preguntó uno de los pilotos. 
-La blue Mark.
-¿Blue Mark?.
-Una organización militar secreta, ni si quiera hoy en día sabemos quienes son realmente... Los llamamos así por la marca de pintura azul en el costado de sus naves. La rueda no tuvo rival hasta que aparecieron esas naves.
-Nunca habíamos oído de ellas, ni visto.
-Por qué sólo operan en este sector, que se sepa... creemos que son algún tipo de piratas, ¿los mismos que saquearon y destruyeron Soontill?, podrían serlo. Como digo, sólo son hipótesis.
-Pero habéis luchado contra ellos, son reales.
-Si, las naves son reales, nosotros les pusimos ese apodo. Llegaron sin avisar... El resto, puedes ver tu mismo como acabó.
-Joder. ¿Siguen en activo?.
-Eso... lo sabremos pronto.
-Esta bien, Damiselas... iniciando descenso. Mantener el silencio por radio.  -Intervino Franky,

Las naves descendieron en formación y se adentraron en órbita. Desde Tyron, se las vio salir de descenso dejando varias estelas a su paso.

-Grupo de tierra, prepárense. -Dijo Franky por radio.
-Correcto. -Dijo Selina, quien lideraría el grupo.

Su rostro temblaba por las ligeras sacudidas del descenso. Estaba nerviosa, aún no entendía cómo aceptó la propuesta de Lía de llevar a cabo tal empresa. Al rato, la compuerta de carga empezó abrirse lentamente mientras Selina observaba el paisaje tras de sí, después comprobó una vez más el albarán de la mercancía y su ubicación en su panel del antebrazo. 

-Que sea rápido... -Dijo Franky.

El golpe contra el suelo puso a Selina en alerta, se soltaron las barras de anclaje de los asientos y se levantó en primer lugar.

-¡Vamos, vamos!... -Gritó Selina.

Red Observó desde el aire al grupo de tierra salir de la Type 10 de Franky, mientras varios hombres los cubrían rodilla a tierra con sus armas. Se movían rápidamente y no tardaron en entrar en el interior del complejo abandonado.

-Están dentro. Estar en alerta. -Dijo Red por radio. 
-Esto está muy tranquilo. -Opinó Biok. -Crees que ya no están por aquí. 
-No demos nada por sentado, vigilar el escáner. 

Selina se adentró por el interior del complejo con el resto del equipo de tierra.

-Por aquí, avanzar...

Se notaba que habían abandonado el lugar rápidamente, aún permanecían los enseres y restos de comida podrida.

-Esto es asqueroso. -Dijo uno de ellos, mientras observaba los restos descompuestos hacía bastante tiempo.
-Vamos, no os entretengáis, Márquez, tras de mí. -Dijo Selina.

Las linternas alumbraban las estancias a su paso de manera desordenada, intentando cubrir todos los recovecos. 

-El ascensor, mierda... Trevor, mira si lo puedes energizar.

Trevor se acercó rápidamente y destapó el panel con el cutter, luego colocó una batería. 

-Tengo que desviar la energía al motor.
-Thomas, acompáñale. 

Trevor y Thomas salieron corriendo hacia la sala de mantenimiento del ascensor. Una vez allí, hizo un puente en la placa de control y el ascensor cobró vida.

-Trevor, listo.
-Bien, volver.

Las compuertas se abrieron cuando Trevor y Thomas regresaron. 

-¡A dentro!. -Ordenó Selina. 

El ascensor comenzó a descender cuando la señal por radio de Franky empezó a debilitarse y entrecortarse.

-Gru... ...rra. Me escuch... perd... señ...
-Eco Uno, Eco uno, responda. No le recibo. 
-.....
-¿Eco uno?. Joder... estamos solos. 


Desde el aire, el grupo de Ángeles seguían patrullando la zona.

-Hemos perdido el contacto. -Dijo Red. -Esperaremos a retomar contacto.
-Estamos tardando. -Dijo Warren por radio.
-Permanecer en alerta. No quiero comentarios. -Dijo Red.
-¿Quién eres tu para dar órdenes?, seguimos a Eco uno. -Mal contestó Warren. 
-Tienes razón, pero Biok y yo somos los únicos que se han enfrentado a ellos y sobrevivido, no es nuestra primera vez, la tuya si, pero no tengo intención de liderar nada, sólo quiero ayudar, terminar la misión y volver todos los que podamos. Permanecer en alerta.
-Oído... -Respondió Warren.

Biok observó la Mamba de Red con preocupación, lo que menos necesitaban era tener a un gilipollas en el equipo. 


El equipo de Selina abandonó el ascensor y tras dejar atrás un pasillo, se adentraron en una enorme estancia bajo tierra, los focos de las linternas casi se perdían intentando llegar a la bóveda de roca.

-Joder... -Se sorprendió Layla. 
-Esto es puto enorme... -Dijo Márquez.
-Centrémonos... pasillo 11, columna C12. Rápido.

El equipo comenzó a aligerar el paso mientras los focos de las linternas se volvían locos iluminando las enormes estanterías.

-Por aquí. -Dijo René. Este es D7 y por ahí se accede al C8.

Todos la siguieron con rapidez. Al llegar a las coordenadas, Respondió Ruges. 

-No me jodas... ¿I.N.R.A?. Pero que coño....
-¡En silencio, Ruges!... es aquí, desplegar los equipos de carga.

El equipo se desprendió de aquellas plataformas portátiles de carga de sus mochilas, mientras tanto, Selina volvía a repasar el albarán.

-Son estos tres. -Señaló. 
-¿Qué coño hace esto aquí del I.N.R.A?. -Preguntó Vázquez. 
-No se pregunta, se obedece. -Le recordó Selina a su compañera. -No es de nuestra incumbencia.

El equipo comenzó a mover los contenedores y colocarlos en las plataformas flotantes.

-Listo. Quedan otras tres... Pasillo 21, D2. Vamos. 

Se movieron rápidamente y llegaron a la última coordenada. 

-Venga, rápido. 

El equipo se afanó en recoger los últimos contenedores. 

-¿Habéis notado eso?. -Dijo Vázquez. 
-¿El qué?. -Preguntó Selina. 

Todos guardaron silencio. Se notó una vibración. Vázquez iluminó la bóveda con la linterna, se podía ver cómo caían pequeños restos de arena y polvo.

-Eso. -Dijo Vázquez. 
-¿Un temblor de tierra?.
-No me jodas, ¿Ahora?.
-¡Callad!. -Ordenó Selina. 

Sus ojos se abrieron, sorprendida. 

-Eso no son temblores... son explosiones, en la superficie. 
-Eco Uno, Eco Uno...
-....
-¡Mierda, joder!, ¡Vamos!. -Gritó Selina.

El equipó se movió rápidamente hacia el ascensor con los contenedores, las luces de las linternas se volvían cada vez más locos, iluminando a cada zancada de sus respectivos dueños. Las vibraciones se intensificaban a momentos.

-Eco uno, Eco uno...

Al girar hacia el pasillo, Trevor resbaló hacia un costado pero se incorporó con rapidez. 

-Joder, ese fue fuerte...

Se adentraron en el ascensor y comenzó a subir, los temblores eran más evidentes.

-¿Aguantará el ascensor?. -Preguntó Ruges con temor.
-Tendrá que hacerlo. -Respondió Selina, mirándole tras el visor del casco.

En ese momento una sacudida dejó el ascensor inoperativo.

-Joder... antes hablo.
-¿Qué hacemos?.
-Trevor, usa el cortador, abre un hueco en el techo.
-Cerrar los ojos. -Pidió Trevor. 

La luz del cortador iluminó todo el interior ascensor, al terminar el corte, Trevor iluminó con su linterna a través de el. 

-50 metros. 
-¿Podéis subir Thomas y tú por el cable?. -Preguntó Selina.
-Si. ¿Thomas?.

Thomas movió la cabeza afirmativamente. El equipo ayudó a subirles al techo del ascensor cuando hubo otra sacudida, Thomas casi se cae. Trévor le agarró del cinto y le subió de una. 

-¿Estás bien?.
-Si, gracias. 
-Vamos. 

Selina no dejaba de moverse por el interior del ascensor, estaban perdiendo mucho tiempo y no sabía que demonios estaba ocurriendo fuera. El resto del equipo la observaba con preocupación apoyados en los contenedores. 

-Selina, para... nos estas poniendo nerviosos. -Le Insinuó Márquez. 

En ese momento la luz del panel del ascensor se encendió y comenzó a moverse. Al abrirse las compuertas vio a Trevor y Thomas, esperándolos. 

-Con las vibraciones, se soltó el cable de la batería del panel, lo siento. 
-Ahora no importa, venga, venga... -Dijo Salina. 

Salieron a marchas forzadas por las estancias y pasillos del complejo.

-Eco uno, Eco uno, responda. -Llamó Selina por radio.
-Joder, ya era hora... -Contestó Frank.
-¿Qué está pasando?. -Dijo por radio cuando la salida se llenó de fuego por una explosión.

Varios compañeros cayeron al suelo por la onda expansiva. Selina apenas podía escuchar a Frank.

-¡Está bloqueada!. -Gritó Vázquez. 
-Mierda, hay que buscar otra salida, ¡vamos!. -Ordenó Selina, mientras ayudaba a levantar a los compañeros del suelo.
-¿Qué coño fue eso?. -Preguntó Layla. 
-Son restos de una cabina... -Respondió Ruges.
-¿De los nuestros?. -Preguntó Márquez.
-¡Yo que sé!. -Dijo Ruges alterado.
-Eh, ya vale, ¡tira!. -Gritó Selina a Ruges, a quien cogió del cinto y lo empujó. -¡Venga, moveros!.
-Eco Uno, la salida está comprometida. ¿Me recibes?.
-....
-¡Joder que le pasa a este trasto!... ¡Eco Uno, responda!.
-Eco uno... estamos rodead... no salga... 
-¡Eco uno, apenas le recibo!.
-¡No salgái...!. Perma... Dentr...

Selina observó el mapa táctico del panel de su antebrazo.

-Vamos, a 50 metros a la derecha, recto 153 metros.

El equipo se movía rápidamente con los contenedores, esquivando los enseres que habían dejado tirado por el suelo los anteriores inquilinos. Al llegar a la compuerta, Selina pudo observar por la ventanilla lo que sucedía, lo que vio la dejó impresionada.

-Joder... Trevor, abre esta maldita compuerta. 
-Voy.

Trevor volvió a sacar su cortador y quitó el panel protector de acceso, luego le indujo una descarga con la multi herramienta, y las compuertas se abrieron. En ese momento los restos de una nave con una mancha de pintura azul en un costado, cruzó arrastrándose por el suelo, llevando consigo, todo lo que pillaba en su camino. Selina se acercó con cuidado al exterior, cuando vio la Mamba de Biok cruzar a toda velocidad a ras del suelo, la seguían otras dos naves, no pudo distinguirlas. La cabina de la nave estrellada se abrió y un cuerpo salió de ella con dificultad, Selina cogió su fusil y abrió fuego inmediatamente, los impactos sobre el cuerpo fueron completamente visibles y el hombre quedó inmóvil boca abajo enganchado aún a la cabina.

Las naves continuaban volando raso, cruzando el complejo a gran velocidad. Las torretas de la Type 10 de Frank disparaban sin cesar, siguiendo a cada nave que se acercaba lo suficiente. Una mano tiró de Selina hacia dentro, en el momento que otra explosión se originó cerca de la compuerta.

-¿Estás bien?.
-Si, estoy bien. -Dijo Selina aturdida.
-¿Qué hacemos?.

Selina se encontraba apoyada en la pared en el suelo observando aquella dantesca imagen.

-¡Les están machacando!, ¡Selina!. -Gritaba Márquez. 

El tiempo se ralentizó para ella, mientras veía los láseres y las explosiones por el cielo, los restos de las naves caían sin control sobre la superficie. Cuando alguno de esos restos alcanzaba algún depósito, estos volaban por el aire tras una gran explosión. Una llamarada de las explosiones rodeó los escudos de la Type 10 de Frank por completo, iluminándose todo el contorno. 

-¡Selina!. 

Sus ojos inexpresivos observaban uno de los cañones antiaéreos del complejo tras la vorágine de lo que estaba pasando fuera.

-Las defensas... -Murmuró Selina.
-¿Qué?. -Preguntó Márquez. 
-Las defensas... hay que energizar el complejo. -Dijo Selina a medida que volvía en sí. 
-¡Necesitamos un regulador de potencia!. -Añadió Trevor. 
-Eco uno tiene varios almacenados. -Añadió Vázquez. -¿Pero cómo vamos a llegar hasta allí?.

Selina se reincorporó del suelo.

-Trevor, Thomas, ¿veis ese edificio?, ahí dentro está la planta de energía, ir hacia allí con decisión, usar los elementos para cubriros y no dudéis en usar las granadas de escudos. Yo iré a Eco uno a por el regulador. Layla y Vázquez, en ese otro edificio está el centro de control, ir allí, y preparadas para activar las defensas a la voz de Trevor. El resto, asegurar aquí la carga. ¿Entendido?. Si activamos esas defensas, tendrán alguna oportunidad, está en nuestras manos.
-¡A la orden!. -Gritaron todos al unísono.
-Estás loca si crees que vas a llegar a esa nave... -Replicó Márquez. 
-¿Tienes una idea mejor?, no pienso quedarme aquí quieta mientras mis compañeros mueren ahí arriba.

En ese momento recordó las palabras de Lía. 

-Tú eres de las que salvará vidas.
-¿Pero, cuándo lo sabré?.
-Cuando llegue el momento, lo sabrás... 

Selina dio la orden y salió corriendo hacia Eco Uno. Trevor y el resto hicieron lo mismo. La Mamba de Red, cruzó volando bajo a toda velocidad, tratando de cubrirles cuando les vio salir.

-Han salido, se están separando. Parece que van hacia la planta de energía. -Dijo Red mientras notó otra sacudida en el costado. -Biok, ¿Vas detrás?.
-Los veo, voy por ellos. 

Red tiró de la palanca y frenó en seco, mientras una de las naves le sobrepasó a toda velocidad, Red empujó de la palanca de gases de nuevo y descargó contra ella, la explosión y los restos, sobrepasaron la cabina.

-Otro menos... -Dijo por radio mientras observaba el resto de naves de la Blue Mark. 
-Son demasiados... -Pensó Red.
-¿Qué pretenden?. -Preguntó Biok.
-Creo que van a activar las defensas, si fuera ella... lo haría. 
-Espero que tengan suerte... -Deseó Biok, mientras observaba la cantidad de puntos rojos en el escáner.

La luz roja del comunicador del panel de Red volvió a parpadear. Red activó el canal.

-No lo vamos a conseguir, Red. -Le quiso recordar Biok lo que Mayori les advirtió. 
-No pienso dejarlos, aún tenemos una oportunidad. Biok, nos necesitan. Sabes que confío en tí, si alguien puede con esto, esa eres tú. 
-De acuerdo, si te vas a poner así, jajajaja. 
-¡Tienes otro a tus seis!.

La Mamba de Biok hizo un quiebro a la derecha, Red Observó a Biok hacer aquel giro con este ratio tan pronunciado a ras del suelo, en su mente pensaba, si alguien podría hacer imposibles así con una nave, esa era ella. La nave que le precedía intentaba mantener aquel giró pero perdió sustentación y acabó estrellándose contra el suelo.

-Es otra manera de acabar con ellos, jajajaja. -Rio Biok.
-Eso es, dales de lo tuyo.
-Eso está hecho.

Biok, pareció reactivarse tras las palabras de ánimo de su compañero. Las naves atacantes se vieron sometidas ante una piloto que desaparecía de sus escáneres y cuando se daban cuenta, ya era demasiado tarde para ellos. 

Selina continuaba su frenética carrera hacia la Type 10, tras varias explosiones, sin dudar, a los pocos metros activó sus propulsores y entró dentro del hangar de carga, dio varias vueltas y se levantó. 

-¿Dónde están los demás?. -Gritó Frank mientras abría fuego con las torretas.
-¡Díez minutos!.
-¿Díez minutos?. ¡No tenemos ni dos!. Joder...

Selina cogió el regulador y lo guardó en una funda, sujeta a la mochila propulsora y se dispuso a salir hacia la planta de energía después dejar pasar varias ráfagas delante de la Type.

-¡Cúbreme!. -Gritó Selina.

Frank giró las torretas para atacar a las naves que la asediaban. Selina salió corriendo cubriéndose entre los contenedores sin pararse, a mitad de camino, vio de reojo los restos de una nave caer y activó los propulsores para impulsarse a más velocidad para esquivarlos, pero la onda expansiva de una explosión la empujó contra varios contenedores y cayó al suelo sin sentido cubierta de arena. Cuando volvió en si, estaba aturdida, el protector exterior de su visor se había hecho añicos y apenas podía ver tras él. Logró ponerse boca arriba, pero no sentía las piernas. 

Todo parecía ir más despacio, las naves cruzaban a toda velocidad tras las ráfagas de sus perseguidores, las explosiones, una detrás de otra, la respiración, es cada vez más fuerte, el zumbido de sus oídos, un halo azulado cubre su visión y ve asomar la cabeza de Márquez, quien trata de asistirla, Selina agarra el regulador y se lo ofrece dándole un golpe con la mano. Márquez la observa con pesar, sabe lo que le está pidiendo. Al momento Márquez hace un gesto y desaparece.

-El cielo se tiñe de sangre, ¿este es mi final?. ¿Esto es lo que se siente?. Padre, madre... lo siento. 

Tras un leve periodo de tiempo, las defensas se activan, Selina puede observar distorsionadamente los láseres cruzar el cielo tras un gran número de explosiones. 

-El infierno ya está aquí. Jajajaja. Vamos...

Más restos de tierra caen sobre ella.

-Sigue respirando, tú sigue respirando...

Al rato varias cabezas asoman delante de su visor, la entra la risa. Nota cómo tiran de sus axilas y la llevan a rastras. Sus pies siguen inertes los desniveles del terreno, hasta cruzar una plancha metálica, la luz ya no la ciega, el suelo se aleja bajo sus pies, hasta ver el complejo en llamas alejarse.

La compuerta se cerró y Márquez trata de quitarme el casco, apenas me queda oxígeno, después todo se vuelve en oscuridad. 

-Selina... ¡Selina!. -La voz se desvanece.

Comienzo a escuchar unas voces. 

-Damocles, Eco Uno, código ámbar, estamos sin tren de aterrizaje.
-Eco Uno, Damocles, recibido, hangar 2 disponible, control de emergencia activado.
-Damocles, gracias...
-Eco Uno, Damocles, acérquese lo que pueda, nuestro equipo les recogerá. 

Al rato noto un estruendo. Cuando intento mirar, veo a varias personas subirme a una camilla, mis piernas están carentes de voluntad. Una mujer trata de animarme con una sonrisa. 

-Después, no recuerdo nada más. 
-¿Entonces, no recuerdas que ocurrió con los Comandantes Robert y Biok, el resto del equipo Sabre?. -Preguntó Lía. 
-No. -Dijo Selina lamentándose. 
-Tranquila, lo hiciste bien. -Dijo Lía tratando de animarla. 

Lía se alejó de la camilla entrada en lágrimas, Mayori trató de detenerla, pero Lía se zafó de ella. 

-Lo siento.
-¡Qué lo sientes!. Ya tienes lo que querías, y a un buen precio, ¡suéltame!.
-Lía, esto no estaba... les dije que se retirasen.
-¡Acaso pensaste que lo volverían hacer, eso es lo que Alejandro les ordenó!. -Gritó. 
-He mandado un equipo de respaldo, aún es pronto.
-¡Tenían que haber llegado!, ¡Los primeros!. Un equipo de respaldo dices... 
-¡Lía, basta!.
-No tenía que haber confiado en ti...

Mayori trató de levantar la cabeza, tratando de soportar lo que ya no podía soportar. Hernán se percató de ello y se acercó a ella.

-Ve a descansar, tu cuerpo lo necesita. Ya nos encargamos nosotros del resto. 

Mayori observó a Hernán, casi le entró la gracia. 

-¿Cómo puedo arreglar lo que no sé?. De eso no os podéis encargar nadie...
-Descanse, si quiere la puedo dejar unos tranquilizantes, su mente se abrirá una vez haya descansado, ya verá.

Mayori comenzó a romperse.

-La echo tantísimo de menos... joder, si al menos, saliera algo bien... Pero no puedo, Hernán, no puedo.
-Necesita organizarse, necesita emprender de nuevo, lo que los técnicos llaman, hacer un reset. Descanse, por favor, hágame caso.

Hernán le ofreció unas pastillas con un vaso de agua, Mayori las tomó todas a la vez. 

-Gracias Hernán. 
-No me de las gracias... afortunadamente no somos máquinas, los errores nos vuelven más inteligentes, más eficaces, sólo hay que reconocerlos y dejarse ayudar por otras, no máquinas.

Mayori asintió y se fue a su camarote viendo a la gente afanada en sus tareas, mientras cruzaba las distintas estancias. Ya no podía mantener aquella pose erguida que la distinguía.

Lía a su vez, llegó a la oficina del Damocles, junto al puente de mando. Se sirvió un licor y se sentó de golpe en la butaca, luego dejó la botella cerca y levantó el vaso.

-¡Por... toda mierda que me eches encima, vida de mierda!.

Al rato, los ruidos alertaron a un de los guardas, que al acercarse, observó el panorama. Lía estaba tirando varios enseres al suelo, gritando y balbuceando, estaba completamente borracha. El guarda entró y contuvo a Lía, luego la encerró en una de las celdas de seguridad, bajo la mirada del personal de mando.

-Eres un mierda... cuando salga, me las pagarás. 
-Duerme la mona, luego hablamos. 
-¿Qué?, soy tu superior.... a sido ella, ¿No?. 
-Paso de esto, tengo un trabajo que hacer.
-Si, eso... trabaja... jajajaja. Para lo que hacéis...

El guarda se volvió hacia su compañero. 

-¿Tenemos algún tranquilizante para elefantes?.
-¿Me estás llamando, gorda?. Jajajaja, y la que tiene problemas soy yo...
-¡Qué te calles!. 

Lía cerró la boca entre risas mientras se agarraba a los barrotes. 





Los ángeles caídos, resto del equipo Sabre.

El equipo de Ángeles seguía haciendo frente a los adversarios mientras la Type 10 de Frank se elevaba del suelo. Las defensas antiaéreas seguían haciendo mella, ayudándoles en gran medida a proteger a Eco Uno.

-Eco Uno, la carga está dentro, Iniciando vuelo.
-Recibido Eco Uno, sal cagando leches de aquí. -Dijo Red.
-Sincronizar vuestros saltos en esclavos. -Dijo Frank.
-Lárgate, los entretendremos todo lo que podamos. 

En ese momento, uno de los cazas de la Blue Mark, reventó contra la Type-10, la explosión dejó al equipo de Ángeles absortos cuando una de sus partes caía a la superficie. 

-Eco Uno, informe. -Dijo Red.
-Hemos recibido algunos daños. Hemos perdido el tren de aterrizaje. -Respondió Frank.
-¡Sal de aquí, ya!. -Insistió Red.
-Cargando salto... buena suerte, amigos...

Red observó al los pocos segundos cómo desaparecía tras un fugaz destello de luz.

-Eco uno fuera, seguir manteniendo presión, Diamonds, saltar a mi señal. Reuniros con Eco Uno.
-Copiado.

En ese momento Red realizó otra pasada a baja altura cerca de las defensas y se cruzó con Biok. Las Diamonds habían saltado ya. 

-Buena suerte chicos... -Dijo Warren.

Red destruyó otro caza que seguía de cerca a Biok.

-Os toca...
-¿De qué estás hablando, Robert?. -Preguntó Biok.
-Yo no os podré seguir... ¡Largaros ya!.
-Ni de coña... 
-Biok, no es el momento, lárgate.
-No pienso dejarte aquí sólo. ¿Qué demonios te pasa?.
-Es mi motor de salto... está frito. Vete, no tardarán en localizar a Eco Uno.
-Chicos, saltar ya... -Ordenó Biok al resto de mambas que aún quedaban en activo. 
-Biok no... joder.
-No me largo si ti, ya lo sabes. 

Varios destellos marcaron la señal de su partida. Red y Biok se quedaron solos hasta derribar las últimas naves que quedaban. 

-Tenías que haberte largado...
-Eres un imbécil si pensaste que te iba a dejar colgado.

En ese momento un misil alcanzó el costado de la mamba de Red.

-¡Robert!...

La Mamba cayó a tierra entre llamas, dejando un rastro de rocas, tierra y metal a su paso.

-¡Robert, no!.

Biok se lanzó contra la última nave que quedaba, pero reventó bajo el fuego de la artillería. Cuando vio la explosión rompió a la izquierda y se dirigió hacia el lugar del impacto. Una vez allí, el tren de aterrizaje de la Mamba se desplegó y se posó sobre el suelo totalmente carente de delicadeza.

Biok salió corriendo de un salto e intentó acercarse a los restos de la cabina, Robert estaba consciente pero no podía moverse, parte del panel de mandos le estaba apretando las piernas y le impedía realizar cualquier acción. Red observó los gestos de Biok y se cubrió con los brazos. Biok no tardó reventar el parabrisas de la cabina para poder acceder a su interior.

-¡Robert!.
-Estoy bien... estoy bien... 

Biok llegó hasta él y vio el percance, trató de hacer palanca con una barra para liberar las piernas de Red, quien se quejó de dolor.

-¡Ya está!, al menos la circulación está activa. ¿Puedes moverte?.
-A duras penas...
-Cógete a mí. 

Biok trató de tirar de él con todas sus fuerzas hasta conseguir sacarlo, los dos lograron avanzar hacia el asiento trasero de la Mamba. Biok se detuvo para recuperar fuerzas mientras sostenía a Red encima.

-Ya está, ya está... ¿Robert?. 
-Si...
-¡No te duermas, joder!. -Dijo dándole un meneo.

Ambos miraron el hueco en el parabrisas de la cabina.

-No podrás sacarme de aquí...
-Cállate joder, estoy pensando.
-Estas naves son una tumba, lo sabes. Vete y regresa con ayuda.
-¡Que te calles!.

Biok estaba nerviosa y por otra parte desesperada, lo que dijo Robert era cierto, una caída así sellaba completamente la cabina, dejando la salida por debajo inutilizada, sólo podía hacer más grande el hueco, pero no tendría fuerzas para levantarle.

-Déjame Biok. Me sentiré mejor si te veo partir.

Biok empezó a romperse.

-Calla joder...

Red hizo un esfuerzo en girarse y mirar a Biok.

-Sabes que tengo razón. No puedes hacer nada por mi.
-Si caemos, caemos los dos...
-Es un alto precio. No estás pensando con lógica. 

Red se volvió a acomodar. 

-Un alto precio.
-No, no pienso perderte a ti también. ¡Ya basta!.

Red se quedó observando la cabina. 

-Esta vez, lo hemos conseguido. 
-Si.
-¿Qué pensarán cuando no nos vean regresar?.
-¿Ahora te preocupa eso?.
-Sólo quiero... romper el hielo. Vuelve con ellos de verdad... me harás sentir culpable.
-No.
-Biok...
-No.
-Lo sabes... déjame, no sé dirá que no hiciste todo lo posible.
-No.
-Tan testaruda como alguien que conocí. Que sentido tiene ya.
-¡Cállate joder!.

Red se volvió a girar con esfuerzo para mirar a Biok.

-Se lo que sentías por ella, pero siempre has sido tan tozuda, que preferías el bien de los demás al tuyo propio.
-Que te calles ya... joder. -Dijo Biok sin poder aguantar las lágrimas. 
-Todos la queríamos... todos la queríamos. 

Red se apartó para dejarla hueco entre el asiento delantero y el trasero.

-Robert...
-Estoy jodido... empiezo a sentir el frío. 
-Quédate conmigo... sigue despierto. ¡Robert!.





Damocles Uno, a la mañana siguiente...

Mayori se despertó tras un placentero sueño y se preparó un café en la máquina de su camarote. Después del desayuno, se dio una ducha y terminó de arreglarse, lo hizo como si no hubiera pasado nada, con toda la tranquilidad del mundo. Luego, salió del camarote y se dirigió hacia el puente de mando, erguida, había recuperado su pose tan característica suya. Al llegar a su destino entró en la estancia donde se juntó con Truman.

-Buenas.
-¿Señora?. -Contestó Truman educadamente.
-¿Alguna novedad del equipo de respaldo?.
-Aún no, hace una hora cortaron la comunicación. A esa velocidad deberían de... llegar en estos instantes. No sabremos nada de ellos hasta que salgan del Col.
-Está bien... ¿Lía?.
-En una celda.
-Que novedad... ¿Qué ha sido esta vez?.
-Debió emborracharse en la oficina y tiró todo lo que encontró por medio, el guardia tuvo que intervenir.
-Que la saquen fuera...
-Entendido, Señora.
-¿Le pasa algo?.
-¿Puedo hablar con sinceridad, Señora?.
-Por supuesto, puedo recibir más golpes... adelante, no sé corte. 
-No comparto esta operación. 
-Lo entiendo. 
-No se nos perdió nada allí, sin embargo estamos perdiendo pilotos, buenos pilotos, veteranos, y para rizar el rizo ahora mandamos otro equipo más a enfrentarlos, por algo que... ni si quiera sabemos si siguen con vida.

Mayori hizo un gesto de valor y cogió aire..

-Entiendo, pero usted no conoce la envergadura de la operación. Esas personas jugarán un papel importante para salvarnos a todos, algo que yo sola no estoy pudiendo conseguir. Esas personas fueron elegidas por Alejandro, mi padre y él no solía equivocarse. Créame, si tengo que vender este buque por tan solo si quiera saber si siguen con vida o no, lo haré. -Dijo Mayori con rotundidad. 
-Comprendo, disculpe Señora. Alejandro era un buen hombre, un buen amigo, no necesito conocer más detalles.

Mayori dio varios pasos y se adelantó a la posición de Truman. 

-¿Acaso que que soy tan mala persona?. Debería conocer a la gente con quien me codeo allí arriba...
-No había expresado esa opinión, Señora.
-Lo sé, sólo trato de darle una imagen más... sincera, como usted, ¿justificarme quizás?. 
-Comprendo Señora, pero... si tan importantes son, ¿no ha sido un tanto descabellado enviarlos allí?.

Mayori se giró hacia Truman. 

-Entiendo que no esté al corriente de todas las operaciones, sólo doy la información a cuenta gotas. Esas personas que usted menciona, son las únicas que tenemos a mano que hayan combatido contra ellos con anterioridad, era necesario proteger la operación y los únicos que podrían tener opciones de éxito, pero tenían orden de regresar si la cosa se ponía complicada. 
-Entiendo, arriesgar pero con tiento. 
-Exactamente, me alegra que lo vea del mismo modo... pero está claro que no puedo controlar los sentimientos de la gente, y... no han respetado el plan.
-Podría haberlo sospechado. 
-En estos momentos tengo que actuar, Sr. Truman. Si empiezo a pensar en las motivaciones personales de cada uno... jamás movería un dedo.
-Cierto.

Mayori asintió con la cabeza y luego observó el mapa táctico. 

-Esta bien, iré al laboratorio... haber si consigo algún resultado de una vez. Avíseme cuando tengamos noticias.
-Por supuesto, Señora. Vaya tranquila, la avisaré cuando llegue el momento. 
-Gracias Truman... y aféitese ese bigote canoso, le hace más carcamal... jajaja.
-¿El bigote?, lo tendré en cuenta, con su permiso. -Dijo esbozando una sonrisa. 
 
Mayori observó de reojo el puente de mando y a todo su operativo con orgullo por última vez, buena gente, buenos profesionales.

-Mi padre estaría orgulloso de su labor, Sr. Truman. -Dijo Mayori mirándole a los ojos.

Truman se irguió emocionado al escuchar aquellas palabras.





Equipo de respaldo, Warlock. 

El equipo Warlock formado por dos escuadras entraron en órbita en dirección al complejo Tyron. El segundo grupo les seguía a cierta distancia por detrás. El primer equipo denominado Alfa salió de descenso tras varios destellos y empezaron a decelerar.

-Santo Dios... pero que cojones... -Dijo uno de los pilotos completamente desconcertado. 
-Alex, ese vocabulario... escáner limpio, zona en verde, separaos, dos grupos. -Dijo la líder del escuadrón Alfa.

El resto de pilotos de las mambas fueron confirmando la orden. El complejo aún permanecía en llamas y completamente lleno de escombros y lo que quedaban de las naves derribadas. El equipo fue rodeando el complejo completamente perplejos.

-Equipo Omega, todo listo, luz verde. -Comunicó la Líder Alfa al segundo equipo.
-Recibido equipo Alfa.

El equipo Omega formado por dos Chieftain y varias Diamonds salieron del descenso y comenzaron a reducir la velocidad a medida que se acercaban al complejo.

-Líder Omega, captada señal de una Mamba en tierra, según el código es la de la comandante Biok, pero no hay piloto. -Dijo la líder Alfa.

La líder Alfa, sobrevoló con su Mamba el lugar y pudo observar los restos de otra Mamba que impactó contra el suelo, cerca de donde estaba la nave de Biok.

-Parece que trató de ayudar, hay un agujero en la cabina... Líder Omega, pueden empezar a buscar por aquí.

La Chieftain del líder Omega se acercó a baja altura.

-Iluminando la zona... ¿Brenan, qué ves?.

Brenan abrió la compuerta lateral y se asomó ligeramente anclándose con la nave. Se había hecho de noche y la visibilidad era más bien escasa complicada más aún con la polvareda que levantaban los propulsores de la Chief.

La luz de alarma de oxígeno parpadeaba en el visor del casco de Biok. Sus ojos se abrieron lentamente, parecía contener la respiración para ahorrar oxígeno, hacía horas que se habían quedado sin cargas y tuvo que usar los cordones umbilicales conectados a la Mamba de Robert. 

Biok apenas podía enfocar la vista, cuando una fuerte luz blanca la empezó a cegar intentado mirar hacia el parabrisas de la cabina, no sabía que estaba pasando, ya no estaba en sus cabales. Su mano intentaba inútilmente detener aquella luz.

Tras un pequeño lapsus de tiempo, Brenan golpeó la chapa de la Chief varias veces.

-¡Contacto!, veo movimiento, hay dos personas ahí dentro. Jhon prepara unas cargas, hay que volar los pernos de esa cabina. Vamos, vamos...
-Líder Omega a Líder Alfa, contacto, comenzamos la extracción, relojes en marcha.
-Recibido líder Omega. Ya lo habéis oído gente, abrir bien los ojos, cualquier cosa que ilumine el escáner, fijar y disparar, sin dudar. Alex Sígueme detrás, el resto formación foxtrot, ¡vamos!.
-Equipo Omega, Hammer, deja a tu equipo en tierra, ejecutar código Delta.
-Recibido, Hammer tres ocho, iniciando desembarco.

Hammer, la segunda Chief, se alejó lateralmente y desplegó su tren de aterrizaje bajo una gran polvareda iluminada por los focos exteriores hasta posarse sobre la superficie, el tren de aterrizaje absorbió con ahínco el gran peso de la Chief. En ese instante, varios soldados fuertemente equipados abandonaron la nave en varias oleadas y se esparcieron entre los restos del complejo.

-Hammer tres ocho, despliegue confirmado. -Dijo el piloto por radio con voz grave.

Brenan colocó las cargas en los pernos y ordenó al equipo retirase. Las cargas explosionaron secuencialmente y liberaron la cabina, luego Brenan hizo un gesto al piloto con la mano. El piloto pulsó el mando de autohover y usó el panel derecho con la cámara exterior de la grúa. Brenan le hacia círculos con el dedo hacia abajo para bajar el gancho. Colocó las ventosas y usó unas eslingas para fijarlo al gancho, después indicó con el dedo hacia arriba para levantar la grúa. La cúpula de la cabina se elevó con cierta tensión hasta liberarse por completo, el piloto controló la grúa para dejarla apartada, momento en el que el equipo de rescate se introdujo dentro sobre los cuerpos.

-Están sin oxígeno, Jazz toma, corta el cordón y usa esto. Brenan... no tenemos espacio, hay que hacer hueco, corta el asiento y sacarlo de aquí. 

Biok trató de proteger a Robert, pero la médico se lo impidió. 

-Todo está bien, tranquila. Jazz... 

Jessica miró hacia Jazz quien movió la cabeza hacia los lados.

-Rápido, Brenan.

Brenan sacó su cortador y comenzó a desoldar la base del asiento, lo hizo como pudo y no con la mejor de las posturas. Cuando terminó, volvió a ayudarse con la grúa del piloto para sacarlo fuera. 

Jazz seguía intentando recuperar a Robert, al dejar hueco, Brenan desplegó la camilla y entre los tres, lo colocaron dentro. Al rato, Jessica ordenó su extracción. Lo mismo hicieron con Biok, hasta tener a los dos estabilizados dentro de la Chief.

-Líder Omega, Carga lista y asegurada.
-Recibido Omega, esperando por Hammer. Joshua, que alguien de tu equipo pilote la Mamba de la comandante y la lleve de vuelta.
-Copiado.

El equipo terrestre había examinado el complejo y habían colocado las cargas entre los restos de las naves derribadas. También recuperaron los cuerpos sin vida de los pilotos y subieron a la Chief de Hammer. La Mamba de Biok emprendió el vuelo cuando ya todo estaba listo.

-Hammer tres ocho, listo. Iniciando vuelo.
-Recibido equipo Omega, salgamos todos de aquí. Parar relojes.
-Recibido, parando relojes.

Los dos equipos se separaron y Alfa saltó a supercrucero. Después, una luz brillante surgió del complejo y la onda expansiva levantó una ola de polvo y material que se esparcía a toda velocidad por la superficie, cubriendo un gran radio de acción. 

-Cargas detonadas, limpieza asegurada.
-Copiado Hammer tres ocho. Buen trabajo a todos. Nos vemos en el punto de Reunión.
-Recibido, líder Alfa. Saltando a supercrucero.


Mientras tanto en el Damocles, Mayori permanecía en el laboratorio del ala B con su investigación, usando el nuevo equipamiento extraído de aquel lugar, pero seguía sin respuestas. Su rostro reflejaba ya cierta desesperación. Puso toda su confianza en ello y a sus mejores bazas, pero nada parecía seguir la lógica y se había jugado demasiado.

-Ya no sé que hacer más... -Dijo con desaliento.
-Ayúdame... pon de tu parte... -Continuó. 

En ese momento recibió una llamada por el comunicador. Mayori se recompuso y contestó. 

-¿Si?.
-Soy Truman, Señora. El equipo Warlock debería ponerse en contacto en breve.
-Bien, gracias... iré para allá.

Mayori dejó todo lo que estaba haciendo pero antes de abandonar el ala B, cogió aire y guardó la compostura. 

Nada más abandonar el ala B, recibió una llamada por el comunicador personal.

-Ahora no puedo contestarte, estoy liada...
-¿Va todo bien?.
-Pues no... nada va bien. Ni si quiera con el material que usaste.
-A veces no todo es ciencia. 
-¿Qué quieres decir?.
-Del amor y el cariño que ponemos en las cosas que hacemos. 
-Vamos... sabes que en mi diccionario no existen esas palabras.

Mayori observó de reojo a Bika, vio que estaba consciente hablando con la doctora.

-A mi me funcionó, pero si no te ves capaz, descansa, delega en alguien esa labor. No podemos echarlo a perder.

Mayori estaba pensativa observándola. 

-No puedo meterla en esto y lo sabes.
-¿Hablas de Bianka?.
-No está preparada, y menos después de lo de mi hermana, joder, ni si quiera lo estoy yo.
-Confío en tí, se que es duro y difícil, date un tiempo, piensa bien los pasos que das. Sé lo que sientes ahora, y las prisas y el ímpetu sólo juegan en tu contra. Confía más en ti misma y lo conseguirás, sé que lo harás.
-Bueno, ya hablaremos, cuídate. 

Mayori desconectó la llamada. Bika y ella se cruzaron la mirada, cuando Mayori volvió en si, prosiguió su camino hacia el centro de mando. Bika la observó marchar.

-¿Sabemos algo?. -Preguntó Mayori al llegar al centro de mando.
-Todavía no, estamos en T menos diez minutos. -Respondió Truman mirando hacia Lía.
-Que sean veinte.
-Si señora, a sus órdenes. -Dijo Truman quien pareció captar la indirecta. 

Menos veinte, a partir de ese tiempo se daría la misión por perdida. Era habitual usar el tiempo de descuento en este tipo de operaciones en la que no habían comunicaciones por medio. Todos lo sabían y las únicas esperanzas que quedaban se encontraban ya expuestas sobre la mesa de juego.

-Warlock, Damocles, ¿me recibís?.
-Alto y claro Warlock, Damocles a la escucha.
-Tenemos los paquetes. Todo en verde, sin incidencias. 
-Recibido Warlock, esperamos ansiosos su llegada.

Mayori se acercó a la mesa 2 de comunicaciones. 

-Warlock, Damocles, ¿estado de los paquetes?.
-Uno está roto, la otra está bien... lo siento.

Mayori observó a Lía salir de la sala de mando.

-Recibido, no perdamos más paquetes, haremos los preparativos, Damocles fuera.
-Copiado, Warlock fuera.
-Espere... creo que el inventario estaba mal, me pasan comunicado de que el paquete roto se ha podido recuperar en estos instantes, disculpen.

A Mayori se le abrieron los ojos al oír eso y pudo respirar profundamente.

-Me alegra oírlo, les esperamos con el comité de bienvenida. Damocles fuera. 
-Recibido Damocles, Warlock fuera.

Mayori se dirigió fuera de la sala pero sin antes detenerse delante de Truman.

-Preparen al equipo sanitario y que vayan al hangar indicado. -Ordenó Mayori. 

Lía había abandonado la sala momentos antes y se encontraba sentada en el suelo con la espalda apoyada en la pared, justo al lado de la compuerta. Tenía los ojos enrojecidos, y cuando escuchó abrirse la compuerta, trató de secárselos.

-¿Estás ahí?. -Dijo Mayori sorprendida.
-¿Te importa?. -Respondió Lía con otra pregunta. 

Mayori se sentó a su lado al igual que ella mirando hacia el techo.

-No sabía que te afectaría tanto... perdona, no debí...
-No, ya da igual... he sido una auténtica gilipollas, no valgo para esto.

Mayori esbozó una ligera sonrisa. 

-Nadie lo está Lía, ni si quiera yo. Cometí un error, no fue culpa tuya sino mía.

Lía trataba de autocompadecerse.

-Vales mucho, por eso te elegí. Algún día te darás cuenta de ello. En cualquier caso, ha salido todo bien.
-¿Bien?. ¿Ha esto lo llamas salir bien?.

Mayori giró la cabeza hacia Lía. 

-Están los dos estables, lo confirmaron después de marcharte. ¿Me acompañas hasta el hangar?.

Lía se recompuso al instante y empezó a sonreír.

-Menuda gilipollas debo estar hecha...
-Robert tiene su camino, lo sabes.
-Si... lo sé. 
-Vamos.

Mayori se levantó del suelo y le tendió la mano a Lía. 

-Te ayudo.





Anderton, Anlave.
(Mes y medio después). 

Era de noche y la ciudad de Fraser resplandecía por la iluminación artificial de las pantallas de anuncios y la luces de neón moradas, con tonos azulados, potenciada por la neblina y por la lluvia que caía aquella noche, mostrando su auténtico rostro de megaciudad, más que su antecesora Leven.

Sus grandes avenidas y calles se extendían como venas, transportando por ellas la vida que albergaba la megaciudad. Hogar de millones de habitantes, con corporaciones y negocios de toda índole, grandes, medianos y pequeños comercios esparcidos por sus arterias.

Una gran pantalla mostraba las noticias dentro del escaparate de un pequeño comercio tecnológico. En ella, se podía ver varias imágenes tomadas desde el aire con un dron reportero, de lo que parecían ser los restos de una estación de metro, con cadáveres esparcidos por ella. Un titular en la parte inferior sobre un fondo de color rojo, hacía mención sobre los hechos acontecidos en la ciudad de Leven hacía ya más de un mes y medio, y la falta de transparencia por parte de las autoridades. 

En ese momento, el reflejo de una mujer ocultando su rostro con una capucha impermeable, se hace visible en el ventanal del escaparate, distorsionado por las gotas de lluvia que caían sobre él. El reflejo aparecía y se desvanecía a intervalos regulares, por una luz morada que se reflejaba sobre la capucha empapada, proveniente de un cartel en la calle del propio local. Aquel rostro cubierto, parecía contemplar con cierto interés, la noticia de aquella pantalla, cuando una reportera comenzó a entrevistar a un hombre entrado en edad.

-¿Es posible que a estas alturas, aún no sepamos qué ocurrió realmente?.
-No es fácil, no hay evidencias, ni rastros que seguir, nuestras fuerzas de seguridad siguen trabajando en el lugar, pero dada a la dificultad del terreno y de las galerías... es muy complicado. 
-Evidencias... tenemos las declaraciones de cientos de ciudadanos cuyo hecho en común, fue aquella especie de... tormenta, tal como lo mencionaron ellos,  y que apenas duró unos minutos, luego los cuerpos en el lugar. Los forenses datan el fallecimiento con bastante exactitud sobre la misma hora que la... tormenta. ¿Se trata de algún arma experimental que tratan de encubrir?.

El hombre le entraba la risa.

-No... no, no existe nada capaz de hacer eso, las lesiones cerebrales, tal como se produjeron, no hay un arma capaz de hacer eso. 
-Ni experimental...
-Ni experimental. Además, habría restos de radiación, el propio arma en sí, como insinúa usted. Nada. Sólo cuerpos que murieron al mismo tiempo de la misma causa.
-Pues si eso no le parece suficiente...
-No trate de divulgar información que no está contrastada, no hay tal arma, y hasta que no tengamos algo tangible, no le demos mayor importancia. Si eso fuera verdad, como insinúa, ¿dónde, quién, cómo?. No, no saquemos esto fuera de contexto, por favor. Limitémonos a las pruebas, dejemos a los efectivos hacer su trabajo y todo se esclarecerá, ¡Si es que, podría haber sido hasta la misma tormenta!.
-¿La tormenta?.
-Por favor, sólo es una hipótesis. 
-Esta bien, titular, Famoso grupo de salvajes derrotados por una simple tormenta eléctrica. Jajajaja, me lo apunto.
-Se está pasando de la raya.
-Y ustedes no están siendo transparentes en esto.
-Claro, y usted ya lo sabe bien, ¿No?. Si lo sabe todo, hable con nuestros efectivos y dígales quiénes lo hicieron, o que fue su tormenta... ay, señor.

La entrevistadora hizo un cambio de giro en el hilo de la conversación. 

-Hace unas semanas supimos de la intención por parte de las corporaciones y de Contrail de volver a revitalizar la zona de Leven, de volver a reconstruir la vieja ciudad... 
-Si, algo he escuchado.
-La mayoría de ciudadanos piensa que no se trata de una mera casualidad, ¿Una limpieza tal vez?, ¿Preparase el camino?.
-¿De qué está hablando?.
-De que si piensa que esto no sea obra de alguna corporación.
-No, no y rotundamente no. Eso es algo circunstancial, ha pasado una cosa y luego las corporaciones han visto una oportunidad. Mire, me niego a seguir, no he venido aquí para sacar brillo a sus estupideces.
-Si lo hace, la gente pensaría que he dado en el clavo. Así que... niega cualquier implicación de las corporaciones o del estado en esto.
-Rotundamente. Si sigue así puede provocar la ira de quienes están por encima de usted.
-No estoy culpando a nadie, solo traslado una opinión que cada vez está tomando más fuerza en las calles, los últimos días. 
-Yo sólo puedo decir y avalar con pruebas, y no voy a poner en tela de juicio a ninguna corporación, por mucho que usted vea fantasmas.
-¿Fantasmas?, jajaja. 
-Lo que si sé, es que su líder, un tal Thomas Railey apodado, el padre, ha caído junto con todo su equipo de secuaces, asesinos y caníbales, sean quienes sean o lo que haya sido o pasado, puedo decir con rotundidad, de que me alegro por ello, ¡de que esos mierdas, que han acabado con miles de familias enteras, de esa... manera, por fin hayan recibido su castigo!.
-Si, es cierto. Nadie lo podrá negar, pero ha de conocerse la verdad, no podemos ser jueces y verdugos, la ley está para algo.
-Por eso nuestros servicios de seguridad se están empleando a fondo.
-Claro, claro... 

La emisión fue interrumpida por los espacios publicitarios y el reflejo en el cristal de aquella mujer de rostro cubierto, se había esfumado tiempo atrás, tras la fotografía de un Thomas Railey algo más joven, mostrada como prueba, en uno de los márgenes de la pantalla. 





Anderton, Anlave. Taller de los Mauller.
A media mañana.

El temporal había llegado a su fin, dejando lugar a una mañana soleada y brillante en casa de los Mauller. Jackes se encontraba afanado en el suelo, debajo de un vehículo en el taller. Se notaba que había reforzado el trabajo y tenía varios vehículos más apartados a las afueras del taller, esperando ser reparados. 

Todo se encontraba en calma hasta que un vehículo de color negro se detuvo en la carretera y una mujer con un vestido rojo se bajó de la parte trasera, llevaba una capucha amplia con la que se cubría gran parte del rostro. 

La mujer se acercó al taller despacio, el chófer también se bajó y dejó una caja refrigerada junto a la entrada del taller, luego regresó al vehículo y se marchó. La mujer se adentró por el portón poco a poco, hasta que el sol dejó de iluminarla, mientras veía marchar a su chófer.

-En un momento le atiendo. -Dijo Jackes desde debajo del vehículo en reparación. 
-No hay prisa... tengo tiempo. -Sonó aquella voz femenina que claramente escuchó Jackes.

Unas botas oscuras fueron avanzando lentamente al rededor del vehículo cubiertas por una tela roja, parecida a la seda, pero lo bastante densa para cualquier tipo de condición meteorológica o uso. Jackes se percató de ello, y se dio prisa en terminar el trabajo. 

La mujer parecía observar todo con detenimiento, solía tocar los estantes y las piezas que en ellos se guardaban, como probando la limpieza del lugar, pronto descubrió un cuaderno y observó los dibujos que Dave había realizado a modo de diario personal.

-Que preciosidad... ¿Son suyos los dibujos?.
-No toque eso, por favor... -Dijo Jackes, que ya se había reincorporado, mientras se limpiaba las manos con un trapo grasiento. 

Jackes se quedó conmocionado al ver aquella mujer con aquel vestido tan elegante. Ella se mantenía de espaldas a él, mientras cerraba el cuaderno con delicadeza.

-¿Qué puedo hacer por usted?, ¿No es de por aquí, verdad?.
-¿Eso es importante?.
-Discúlpeme Señorita...
-No... es que no hacen nada más que preguntarme lo mismo todo el rato desde que llegué. -Dijo la mujer con cierta gracia.
-Será que somos muy de aquí... aferrados a costumbres, disculpe nuestras manías.

La mujer seguía ojeando los estantes.

-De Teorge.
-Teorge... eso está algo lejos. 
-No tanto, no sale mucho de aquí. 
-La verdad es que no.
-Tenían razón, son muy ordenados y limpios, dentro de lo que cabe. ¿Son también, tan buenos como dicen?.

Jackes se quedó un rato pensativo.

-¿Seguro que no ha venido a auditarme el taller?.
-Oh, disculpe, suelo ser muy curiosa.
-No, si no me importa. 

Jackes no sabía como comportarse con alguien de tan alto nivel. 

-Discúlpeme, pero tengo mucho trabajo, y alguno ya va con cierto retraso... ¿Puedo hacer algo por usted?.

Ella cogió una pieza del estante.

-¿Esto es un catalizador?.
-Veo que entiende algo de mecánica, ¿Puede ser?.
-Claro... algo sé.
-Perdone, pero es que estoy completamente intrigado. ¿Ha qué ha venido?.

La mujer se giró despacio hacia él, Jackes observó lo único que podía ver, parte de la boca y las puntas de un cabello rubio dorado emergiendo por ambos costados del interior de la capucha. 

-La moto... no la veo por aquí. 
-¿Moto?.
-La del anuncio... ¡no me diga que ya la ha vendido!.
-Ah, la moto. No, verá... Le di mi palabra a mi hermano de que le daría un tiempo. Significa mucho para él.
-Su hermano... no le veo por aquí, me dijeron que eran dos.
-Fue temprano de caza, estará al volver. 
-Cazando...
-Si.

La boca de la mujer hizo una muesca de impaciencia. 

-He venido para nada... ¿No está en venta, entonces?.
-Por mi parte no... si quiere, puede esperar a que él venga y trate de convencerle. Pero ya la aviso que resultará dificil.
-Está bien... esperaré. Me he quedado sin forma de volver a Fraser.
-Podríamos acercarla en el peor de los casos. 
-Suelo ser muy convincente, quiero esa moto y estaría dispuesta a pagar muy generosamente, si funciona claro está. 
-Funciona, créame, es una buena moto, una auténtica reliquia.
-Lo sé. 
-¿Lo sabe?.
-Entiendo de antigüedades y de motos... señor...
-Jackes, puede llamarme Jackes. ¿Y usted?.

La mujer apartó la visual y se quedó de espaldas.

-Eso no es importante. 
-Para mi si lo es, saber con quién estoy tratando.
-Como podrá comprobar, señor... Jackes, esto ha de ser estrictamente confidencial. Nadie puede saber qué he estado aquí, ni que me conozcan. Sólo soy una clienta, confórmese con eso. ¿Sabe guardar un secreto, señor Jackes?.
-No, no me gustan los secretos, ni guardarme nada que no sea mío, creo en la verdad.

La mujer se giró y se acercó a él lentamente.

-¿La verdad?, jajaja... la verdad puede ser peligrosa, señor Jackes, dejé de limpiarse, está claro que... no le gusta ensuciarse... las manos. -Dijo la mujer con cierta picardía. 

Jackes la observó de reojo mientras ella le rodeaba.

-Si trata de insinuarse para que la venda la moto, la diré que ya estoy curado de espanto y no conseguirá nada de mi.
-Oh... ¿Acaso cree que me estoy insinuando?. Jajajajaja. No es mi tipo, tranquilo, tan sólo quiero conocer con quién estoy... tratando, como usted mencionó antes. No se sienta insultado. Aún conserva ciertas cosas que... puedan hacerle atractivo a una mujer. 

Jackes se sintió ciertamente incómodo.

-No me gusta su juego, si sigue por ese camino, tendré que pedirla formalmente que se vaya.
-Umm... no puedo, sin moto no. ¿Tardará mucho su hermano?. -Dijo con cierto entusiasmo. 
-Ya la dije que estará al caer.
-Bien. ¿Puedo verla?.
-¿El qué?.
-La moto, ha eso he venido.
-Claro, está guardada debajo de esa lona.
-Ah, la lona, claro. 

La mujer se alejó de él y se acercó con curiosidad junto a la entrada, donde una lona parecía cubrir un gran bulto. 

Jackes la observó extrañado. No parecía tomarse en serio nada de lo que hacía, casi era algo... infantil. Más joven quizás de lo que aparentaba. Una mujer que no le faltaba de nada en la vida y que podría obtener todos sus caprichos sólo con poner una cara bonita o llorando como una hija mal criada.

La mujer se agachó con su vestido y levantó parte de la lona, se quedó completamente absorta. 

-Joder... ¡que pasada!.
-¿Cómo dice?.
-No, nada... que es mejor de lo que yo esperaba. 

La mujer no cesaba en observar todos lo detalles de lo que iba viendo. 

-No está en venta. -Dijo otra voz a su espalda.

La mujer giró tímidamente la cabeza en dirección a aquella voz, esperó un rato y luego volvió a cubrirse.

-¿Es usted, el hermano?.
-Si, si ha venido por ella, ya está volviendo por donde ha venido.
-Me temo que eso es imposible, señor...
-Dave. Me llamo Dave.
-Dave...
-¿Qué murmura?.
-No, nada... que es una pena.
-Lo siento, señorita...

La mujer permaneció en silencio. 

-¿Y bien?.
-Bien, ¿el qué?.
-¿Cuánto piden por ella?.
-Ya le he dicho que no está en venta.
-¿Por qué?.
-Es un tema personal, sentimental. 
-Oh, vaya... sentimental. ¡Está bien!, 500. 
-¿500 mil?. -Exclamó Jackes extrañado.
-Jajajaja, disculpe, pero no suelo ofender así a mis socios, millones, hablo siempre en millones, 500 millones.
-¿500... millones?. -Dijo Jackes sorprendido mirando a su hermano.
-He dicho que no. -Sentenció Dave.
-Disculpe, tengo que hablar con mi hermano a solas... -Dijo seriamente Jackes.
-Por supuesto. -Dijo ella.

Los dos hermanos salieron a la calle y se dirigieron tras los vehículos que estaban esperando ser reparados.

-¿Qué coño te pasa?, se trata de Mel... con eso pagamos la operación, nos quitamos todas las deudas y hasta podríamos montar un taller en Leven en futuro. ¿Quieres reaccionar de una vez?. ¡Olvídala!.
-Jackes... no puedo.

La mujer asomó ligeramente por el portón del taller y les observó discutir durante un rato hasta que se dieron la vuelta y regresaron.

-No hay venta. -Sentenció Dave.
-Vaya... está bien, la verdad es que lo valen, 1.000. 
-¿1.000?, ¿Millones?. -Exclamó Jackes alteradísimo. 
-Pero tendrán que darme algo más. 
-Por supuesto, trató hecho. -Balbuceó Jackes.

Dave se sintió defraudado.

-1.000 millones, la moto y el cuaderno.
-¡No!. ¿Pero qué?. -Dijo Dave alterado.
-Lo siento, pero vio los dibujos. -Dijo su hermano.
-¿Qué hizo qué?.
-Nadie me dijo que no se podía tocar. -Se justificó ella.
-¡Eso es todavía, más personal!.
-Pues no es culpa mía... ponga un letrero en la tapa que diga, diario personal de Dave, no tocar.

Dave se quedó atónito. 

-¿Encima me estás vacilando?.
-Las cosas como son, ¿Aceptan tarjeta?.
-¡He dicho que no!, ¡Señorita, cosa su tarjeta y lárgate de aquí! -Dijo Dave completamente fuera de sí.
-¿Ha dicho cosa?. Jajajaja. -Dijo ella tratando de burlarse.
-¡Qué se largue! -Sentenció Dave con la mano indicando a la calle.
-Gilipollas...

Dave se quedó congelado un momento.

-¿Cómo ha dicho?. -Preguntó Dave extrañado. 
-Nada. 1.000 millones, sólo la moto, ¿Aceptan tarjeta?.
-Claro. -Dijo Jackes quien se apresuró por la máquina mientras agarraba a Dave del brazo y lo llevó a dentro. 

Dave no dejaba de mirarla estupefacto.

-¿Pero a ti que te pasa joder?. ¡En la puta vida verás tal cantidad de dinero!. ¿Quieres bajar de la puta nube?.
-¿Qué?. -Exclamó Dave sin entender nada.
-No me jodas esto. ¡Yo la arreglé!, ¡Yo decido!. ¡Me importa una mierda lo que sientas!.
-Jackes... 
-¡No Dave!, ¡Se acabó!. ¡Si no aceptas mi decisión, es que te importamos una mierda!. Escúchame bien, voy a venderla, no hay nada más de que hablar.

Dave asintió con gran pesar.

-Veo que con el dinero ya te ha comprado... está gente es toda igual. Das asco, igual que ellos, no tengo más que decir.

Dave se alejó al exterior bajo la atenta mirada de su hermano, quien cogió el datáfono para finalizar la venta.

-Disculpe, ya estoy con usted. Mi hermano... lo ha pasado mal. Le ruego disculpas. 
-Aceptadas, entiendo su preocupación, pero ha de ser así. 
-Esta bien, 500... -Murmuró Jackes.
-1.000. Quedamos en que ese fue mi precio final.
-Es demasiado señorita. ¿800?.
-Ya empieza hablar en mi idioma, sin tildes ni comas. 1.000. Es lo que vale, contando que significa tanto para su hermano.
-Con eso hasta me podría jubilar ahora mismo...
-Jajajaja. Usted disfruta con lo que hace, por favor, no dejé de trabajar, sólo es dinero. Su vida, lo que hace, es mucho más importante. 

Jackes se quedó pensativo mientras ella pasaba la tarjeta por la máquina. 

-Aceptada. -Dijo Jackes quien pensó que se la denegaría.
-No se jubile señor Jackes, hágame caso, sólo es dinero. 
-Muchas gracias, Señorita. En seguida la saco la moto a la calle.
-Un placer. -Dijo la mujer mientras observaba a Dave en la calle.

Jackes retiró la lona por completo y llevó la moto hacia el exterior, la luz de Anlave hizo resaltar la belleza de los cromados. La mujer se quedó atónita observándola.

-Funcionará, ¿No?.
-Claro, en cualquier caso, si tiene algún problema con ella, ya sabe cómo encontrarnos, con lo que ha pagado por ella, tiene servicio de mantenimiento gratis de por vida.
-Mire que le tomó la palabra... -Dijo la mujer entre risas.
-No se preocupe. 

La mujer se retiró parte del vestido hacia un costado, dejando ver un traje de mercenario oscuro debajo de él y se subió a la moto. Las botas tocaron con delicadeza el caballete y se puso cómoda. Luego conectó el encendido y escuchó a la máquina cobrar vida. Luego, dio unos acelerones para sentir vibrar la máquina debajo de ella mientras observaba a Dave. Luego la apagó. 

-Es... mejor de lo que esperaba.
-Me alegra que le guste. -Dijo Jackes mientras se acercaba. -Le revisaré los niveles y le daré un acabado.
-Gracias.
-No hay de qué. 

La mujer se bajó de la moto y se acercó a Dave mientras observaba trabajar a Jackes. 

-Es... hora de comer. ¿Le gusta el pescado, señor Dave?.
-¿Pescado?.
-Si, eso he dicho.
-Depende del pescado. 
-Rabek... con patatas y unas verduras asadas, he oído que por aquí lo preparan muy bien.
-No tengo Rabek...
-No se preocupe, hice la compra antes de venir.

Dave se quedó completamente perplejo.

-¿Quién es usted, la conozco?. -Preguntó extrañado.
-No, y no soy su enemiga, señor Dave. ¿Me ayuda?. -Dijo la mujer mientras trataba de abrir la nevera que el chófer la dejó a la entrada del taller.
-Es una buena pieza... las verduras no hacen falta, tenemos nosotros mejores.
-¿Vamos dentro?, le ayudaré gustosamente a prepararlo. 
-Claro...

Jackes se quedó observándoles mientras se dirigían a la casa.

-Bonita casa... es acogedora. 
-Si, lo es.
-Voy a preparar el Rabek, ¿Puede ir cortando la verdura y las patatas?.
-Claro.

Se pusieron manos a la obra. Dave solía observarla de reojo cómo cortaba la verdura. 

-¡Hola!. 

La mujer se asustó y se cortó el dedo con el cuchillo cuando escuchó aquella voz. No pudo evitar girarse.

-¿Hola?. -Dijo sorprendida.
-¿Tu quién eres?.
-Mel no molestes... a ver, mete el dedo bajo el grifo... te has dado un buen corte.
-¿Mel?.
-Melissa.
-Pero... pensé que estaban solos. ¿Su hija?.
-Sobrina, es la hija de Jackes. Iré a por el botiquín y una venda.

La mujer se quedó mirándola. 

-¿Quién eres?.
-Una amiga... vine a... comprar una moto.
-Ah, la moto de ella.
-¿De ella?.
-De mi tía... en paz descanse.
-¿Tú tía?. ¿Murió?.
-Si, igual que mi madre y mi otra tía. 
-Lo siento mucho, de veras. 
-¿Estás llorando?.
-No... es el pimiento, que me hace llorar.

Dave llegó en ese justo momento y escuchó aquello.

-Déjeme ver...

Dave no dejaba de mirarle el corte, aunque de vez en cuando, trataba de mirarla bajo la capucha, sin éxito.

-¿Le pasa algo, señor Dave?.
-No, es sólo que... nada, cosas mías.
-Es encantadora. -Dijo la mujer sonriendo.
-¿Mel?.
-No, el corte.

Dave esgrimió otra sonrisa.

-Si, es un buen corte. Lo siento. Mel... bueno. No quiero contarlo. -Dijo mientras aplicaba agua oxigenada y le colocaba la venda al rededor del dedo.

Hubo un momento durante la operación que casi llega ver sus ojos bajo aquel capuchón rojo, pero ella apartó el rostro al momento.

-Creo que no es buena idea, señor Dave.
-¿Algún defecto congénito que trata de esconder?.
-Eso... no es asunto suyo, disculpe.
-No pasa nada... perdone, ya está. ¿Seguimos?. Mel, los deberes.
-Ya voy... que pesado.
-Jajajajaja. -Se rio la mujer.

Durante el resto del tiempo y la comida no hubo mayores incidentes, hasta pasada la tarde. 

Anlave se acercaba al horizonte, la mujer se acercó al porche de madera y respiró hondo, al poco rato apareció Dave. 

-¿Era como le dijeron?.
-Mejor...
-Me alegro. ¿Se marchará?.
-Si, la verdad es que llevo una vida muy ajetreada...

La mujer se quedó observando la moto.

-¿Qué hay debajo del protector del depósito?.
-Una sorpresa...
-¿Para ella?.
-Si... aunque, no llegó a verla.
-Lo siento.
-Cuide bien de ella, ¿Quiere?.
-Lo haré. No sé preocupe.

La mujer bajó el porche acompañada de los dos hermanos y se subió a la moto. Jackes no pudo evitar ver las botas y se dio cuenta de un detalle. 

-El dinero será limpio, ¿No?. -Preguntó Jackes medio en broma.
-Jajajaja, señor Jackes... ganados con mi sudor y sangre.
-Vaya con cuidado. 
-Lo mismo digo, señor Jackes, a sido todo un placer conocerles. 

La mujer intentó quitar el protector del depósito pero Dave la paró la mano.

-Así no, con delicadeza, podría dañar la pintura. Déjeme a mi.
-Por supuesto. 

Dave retiró el protector despacio hasta que la pintura al completo quedó al aire. La mujer se quedó sin palabras, las rosas, el fusil, todo ello mezclado por otra capa llena de estrellas de distintos tamaños y colores junto a una línea de luz fugaz verde-azulada que marcaba una especie de recorrido entre ellas. 

-Ella... me explicó de donde venía. Esto es Concordia... 
-Y este es Lenty...
-Si...

La mujer enmudeció y trato de coger aire.

-¿Se encuentra bien, señorita?. -Preguntó Dave.
-Si... serán, los pimientos. -Trató de sonreír. 
-¡Adiós!. -Gritó Mel desde el porche.
-Adiós preciosa... 

La mujer se quedó pensativa, hasta que las palabras de Dave la hicieron volver en sí.

-Es la hora.
-¿Subes?. -Preguntó ella.
-¿Quién, yo?.
-Si, te necesito para una cosa. Jackes, te robaré a tu hermano un rato, ¿Vale?.
-Sin problema. -Respondió Jackes.

Dave se subió a la parte de atrás y se agarró a su cintura. La mujer arrancó la moto y esta rugió con plenitud. 

-Adiós, Señorita. 
-Adiós, Jackes.

La moto aceleró despacio con aquel sonido característico de su motor de combustión hasta desaparecer tras la curva, carretera dirección a Fraser.

La moto centelleaba en cada curva del acantilado mientras Anlave se acercaba más y más al horizonte, la capucha se retiró por la fuerza del aire y dejó su cabello dorado expuesto al aire. Dave trató de mirarla, pero los cabellos le golpeaban la cara y no pudo verla.

Al coger la vía rápida, la moto aceleró y Dave trató de agarrarla con más fuerza, ella se sentía a gusto. Después de pasar Fraser tomó una salida por otra carretera comarcal hasta llegar al lado del puerto espacial. Al fondo se veía una Anaconda aterrizada en una llanura, la moto abandonó el asfalto y se adentró por un camino de tierra que llegaba hasta ella. 

Al llegar, Dave se quedó observando aquella dantesca nave con el nombre de Icarus escrito en su costado. La moto se detuvo cerca del buque y la mujer apagó la moto.

-Hemos llegado.
-¿Está es tu nave?.
-Si. ¿Bajas?.
-Claro.

Dave se bajó de la moto, después lo hizo ella.

-Cuidala, ¿Vale?.

La mujer se retiró el cabello hacia un costado y le devolvió la mirada a Dave. 

El tiempo pareció detenerse para él, era como si estuviera viendo un fantasma. 

Tras recomponerse, se acercó a ella y terminó abrazándola efusivamente. Anlave ya casi se ocultaba por completo en el horizonte, recortando la silueta de los dos.

-Pero, ¿cómo?...
-El cuerpo sólo es un vehículo, Dave.
-¿Eres tú?, ¿de verdad?. Tu pelo...
-Si, soy yo... lo siento Dave, te dije que habrían cosas que se escaparían a tu compresión, a la de cualquiera.

Dave no dejaba de mirarla.

-Gracias... gracias por volver, por todo este tiempo y lo que has hecho por nosotros, por Anderton. 
-Gracias a vosotros por reparar mi moto, cuídala, ¿Vale? y cuida también de tu hermano, de Mel... 
-Lo haré... 

Dave miró hacia la Icarus.

-Creo que vienen a buscarte...

Al fondo aparecieron Bika y Robert junto al resto de la tripulación de la Icarus. Los dos se separaron y se quedaron observándoles.

-Esa inquieta de ahí es Bika y a su lado Robert... El resto, son... Biok, Lucíe, Dreg, Hoffman... el grandote es Tanko, y esa pequeña de ahí es Dafne.
-¿Es tu hija?.
-No, jajajajaja. Soy estéril, por el espacio... ya sabes. Jajajaja. 
-¿Era verdad?.
-Claro que no gilipollas. 
-Dímelo una vez más...
-Gilipollas.

Mitxelle volvió a abrazarse a Dave de nuevo.

-Odio las despedidas... -Dijo Mitxelle. 
-¿Volveré a verte?. -Preguntó Dave.
-Claro que sí, ¡no pensarás quedarte con mi moto!. Jajajaja.
-Lo del dinero...
-No, Dave. Os lo merecéis, ni si quiera se que hacer con él, aparte de pagar facturas.

Las miradas se cruzaron y se quedaron callados. Luego ella acercó sus labios a los de Dave.

-Vaya donde vaya, te llevo dentro. Cuídate, ¿Quieres?.
-Y tú sabes que tengo tu moto aquí.

Mitxelle esbozó una triste sonrisa. 

-Adiós, Mitxelle. 
-Hasta pronto, Dave, un hasta pronto. ¿Vale?.

Mitxelle se separó de él con los brazos extendidos, como si no quisieran deshacerse de los de Dave, luego se volvió y regresó caminando hacia la Icarus sin mirar atrás. 

-Pues parece majo... -Opinó Lucíe. 

Todos volvieron dentro. La figura de Mitxelle apareció más tarde por el ventanal de su camarote, junto con el de Bika. Dave levantó la mano y Mitxelle apoyo la suya al ventanal mientras la Icarus se elevaba del suelo con toda la potencia de los propulsores.

-¿Estás bien?. -Preguntó Bika.
-No Bika, no estoy bien... lo siento. 
-Yo también lo siento. 

Bika abrazó a Mitxelle por la espalda y apoyó su mejilla en ella, en silencio, mientras veían la ciudad de Fraser cada vez más lejos.


-Sólo aquel que pueda abrazar la luz y caer, pasará a ser un renacido de sus propias cenizas, creador de mundos.



... Fin Capítulo 7 ...
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