Sacrificio
25 Apr 2022Topo Estepario
Entrada de bitácora de: JOSEPHINE HARDIN
Primer oficial de la nave de la Flota del Comandante Estepario. Comandante en funciones
Nos estaban esperando escondidos tras una luna de Nanomam 4. Aún no me explico cómo pudimos caer en la trampa. ¿Dos Sidewinder pilotadas por novatos rondando la baliza de navegación? Cuando algo es demasiado bueno para ser verdad es que lo es.
–¡Vamos a divertirnos, Comandante! –Turk saltó de su asiento y corrió hacia el hangar de cazas.
–No me gusta, Turk, déjame escanear el sistema con el ECS.
–Vamos, mi niña, es dinero fácil. En lo que tú escaneas ya me habré deshecho de ellos y estaremos rumbo a Tollan a comer pizza. Que por cierto, esta vez te toca pagar a ti.
El caza de Turk salió disparado hacia los dos desdichados, ajenos a lo poco que les quedaba de vida. Desplegué los multicañones y lo seguí. Aun así, mientras Turk le bajaba los escudos al primero, lancé un pulso de exploración y eché un vistazo al resultado.
–Turk, tengo 20 señales a menos de 300 segundos luz.
–Serán balizas de emergencia. Estos piratas han estado muy activos en esta zona.
El primero ya tenía los escudos bajados y yo llegaba justo a tiempo para hacerlo volar en pedazos con los multicañones. Lo lógico es que el piloto, por muy novato que fuera, empezara a maniobrar como un loco para esquivar mi ataque. Pero no se movió. Siguió en línea recta con los impulsores al máximo, ofreciendo un blanco fácil.
–Como quieras –dije– Buenas noches, idiota.
Accioné el gatillo de los cinco multicañones y una lluvia de proyectiles impactó de lleno en el casco de la Sidewinder.
–¡Pero qué cojones!
Tras una ronda completa de los multicañones con una ratio de impacto en objetivo del 99,9%, ese infeliz tendría que estar flotando en mil pedazos en el espacio. Pero el escáner devolvía una integridad del 98%.
–¡No puede ser! ¡Turk, es una trampa! Están reforzadas con tecnología Guardián. Salgamos de aquí.
Ahora sí, había que ver lo que detectó el ECS. Pero no hizo falta. En el radar se activaron 20 señales de naves saliendo de distorsión. Fer de Lance, Mambas, Anacondas desplegando cazas venían directas a nosotros. La alarma de misiles aullaba enloquecida y un infierno de fuego y balas cayó sobre los escudos de mi Krait MK II.
–¡Sal de ahí, Jos, por los dioses! ¡Aguanta, voy a cubrirte!
Me di cuenta de que estaba petrificada cuando escuché la voz de Turk tronar por la radio. Accioné los postquemadores, solté dos señuelos y viré violentamente hacia el lado contrario esquivando las ráfagas de lasers y multicañones.
–¡Maldita sea, Turk, estoy jodida!
Dos nuevos misiles me perseguían implacables. Dos Type 10 nos disparaban fuera de nuestro alcance. Turk iba eliminando cazas y haciendo pasadas sobre las Mambas y Fer de Lance intentando atraerlas.
–Hay que salir de alcance de esas Type 10, Jos, o no duraremos mucho tiempo.
Tenía razón. Los cazas y naves de combate no eran tan peligrosas como aquellos monstruos.
–¡Hacia la estrella, Turk! Directos a ella.
–¡Estás loca!
–¡Cierra la boca y sigue a tu comandante, abuelo!
Puse los impulsores al máximo, desvié toda la energía a los motores, dejando los sistemas al 50% para que los escudos aguantaran lo suficiente. Si el plan salía bien no tendrían que aguantar demasiado. Si tenía que usar las armas estaba perdida, pero si llegaba el caso es que la cosa no podía estar peor.
Las Anacondas se quedaron atrás, pero el resto me iba comiendo terreno y machacando los escudos. Turk maniobró para ponerse detrás de ellas y consiguió destruir dos Fer de Lance.
–¡Corre, mi niña, corre!
Otra Fer de Lance giró bruscamente y se encaró con Turk. Pero el mercenario era perro viejo y le cortó la maniobra metiéndose debajo de él, donde su ángulo de visión estaba ciego. Le descargó los lásers en la panza y aquel pirata nunca llegó a saber lo que había pasado antes de congelarse en el vacío del espacio.
Nanomam se hacía inmensa. Los refuerzos estructurales gemían por toda la nave y la alarma por daño térmico se disparó. Era el momento. Mis perseguidores, cegados por la caza, se dieron cuenta tarde de la jugada, seguramente cuando su alarma térmica se disparó.
Las Mambas y las Fer de Lance son naves de carreras. Son muy rápidas en línea recta, pero a altas velocidades les cuesta girar. Mi plan era meterlos en un rumbo de colisión con la estrella Nanomam y que su gravedad hiciese el resto.
Las vi intentar corregir el rumbo, pero la aceleración de aquellas naves, atrapadas por el campo gravitatorio de la estrella, ya no dependía de sus impulsores y eran balas imposible de desviar. Las primeras en estallar fueron las Fer de Lance, muy quisquillosas cuando empiezan a chamuscarse. Las Mambas aguantaban algo más. Dos cayeron a velocidad terminal contra la estrella, evaporándose en décimas de segundo y otras dos se libraron de milagro, pero Turk sin darles un respiro las incineró con los lásers.
–¡Vámonos de aquí, Turk! ¡YA!
Abrí la rampa para el caza, me puse en posición y empecé a preparar el MDD para saltar en cuanto Turk estuviese a bordo.
El viejo mercenario venía a toda velocidad encarando las guías de acoplamiento, cuando de detrás de la estrella aparecieron las Type 10 y las Anacondas rodeándonos.
–¡Mierda! ¡Salta, Jos, salta ya!
–¡Y una mierda, puedes conseguirlo!
–¡Moriremos los dos si no saltas ya!
–¡Entra en la jodida nave de una vez! ¡Es una puta orden, Tripulante!
–Lo siento, mi niña.
Sentí hacerse añicos la rampa de acoplamiento del caza. Turk había disparado contra ella negándose cualquier posibilidad de salvación.
–¡No, no, maldito hijo de puta, no! –lágrimas de rabia, cólera, desesperación.
–Vete ya, mi niña, vete ya.
CARGANDO MOTOR DE DISTORSIÓN
Mientras se inyectaba el combustible en el MDD vi a Turk descargar toda la potencia de sus lasers contra la cabina de la Type 10 que estaba más cerca de mi. Iba a toda velocidad contra ella. De sobra sabía lo que iba a hacer. Me había hablado de aquellos heróicos soldados ancestrales cientos de veces. Soldados reclutados para morir estrellando sus naves cargadas de explosivos contra objetivos inmensamente mayores.
Quien comandaba aquella flota también adivinó rápidamente las intenciones de Turk y concentró todo el fuego en el pequeño caza. Vano esfuerzo para sus enormes y torpes armas que no eran capaces de seguir sus rápidos giros.
La estela de los postquemadores del caza se interrumpió bruscamente y una minúscula nube de fuego brotó de la parte delantera de la Type 10. Una reacción en cadena la deshizo pieza a pieza, módulo a módulo, panel a panel.
CUATRO... TRES... DOS... UNO... ACTIVANDO