Despertar
03 Aug 2022Topo Estepario
Entrada de bitácora de: TOPO ESTEPARIO
Comandante del Star Pilgrim. ASP Explorer
Sistema Outotz MU-L b35-0. A 1.625,54 AL de Nanomam
No recuerdo mucho de lo ocurrido desde que Jos me sacó medio muerto de aquella roca hasta que desperté en Hahn en la clínica de la Doctora Simon, solo un vago recuerdo de un mundo onírico interior, en el que se mezclaban recuerdos de infancia y presente. En mi cabeza había caído el muro del tiempo haciendo que en los sueños convivieran gente del pasado y del presente.
Mi madre se echaba las manos a la cabeza cuando Jos le contaba lo sucedido:
–Este chico un día me va a matar de un disgusto. Siempre anda encaramado a una roca buscando bichos extinguidos y no ve el peligro. Desde que murió su padre no me hago con él.
–¿Papá está muerto? ¿Cuándo? ¿Cómo?
–Dos años antes que yo, querido, en aquel accidente en Pollux 3 ¿No te acuerdas?
Jos me cogía de la mano y me arrastraba fuera de mi casa. Mi madre se despedía con la mano.
–Ten cuidado, y saluda a tu padre cuando lo veas. Lo echo de menos.
Ya no era Jos quien me llevaba de la mano. Era mi padre. Sonreía.
–Te voy a enseñar un sitio que te va a encantar.
Apartaba una cortinas y aparecía un mundo extraño de tierra negra. Un imponente edificio cónico se levantaba hacia el oscuro cielo y refulgía con una tenue luz azul. todo a su alrededor era ruina y decadencia. En otro tiempo aquello había sido una suntuosa ciudad, pero parecía que allí no vivía nadie desde hacía miles de años y el inexorable paso del tiempo unido a la ausencia de cualquier mantenimiento, había reducido aquella opulencia a un montón de escombros.
–Ven
–¿Papá?
–Ven
–Tú no eres mi padre. ¿Quién eres?
–Ya me conoces.
Una figura se recortaba contra un sol gigantesco. El contraluz le ocultaba el rostro.
Y desperté.
_______________________________________________________________
–Comandante Estepario ¿Me oye?
La Doctora Simon tenía su cara a pocos centímetros de la mía. Me examinaba las pupilas con una luz brillante que me levantó, casi de inmediato, un punzante dolor de cabeza.
–Aparte eso, por favor, doctora.
Se incorporó, dio un par de instrucciones a la enfermera que lo acompañaba y se sentó en una silla al lado de la cama.
–Ha tenido suerte, comandante.
–¿Cuánto llevo inconsciente?
–Ocho días desde que llegó aquí. Ha tenido muchas complicaciones inesperadas, pero las ha superado bien a pesar de su... edad.
Mi edad. Hacía mucho que ya no contaba los años para no hacerme preguntas sobre mi inmunidad al paso del tiempo. Dejé de envejecer alrededor de los cincuenta años y con setenta, decidí cambiarme el nombre y empezar de cero en otro sistema para evitar preguntas que no podía responder. Mi reputación como exobiólogo ya no me reportaba ninguna satisfacción, y mucho menos sustento. La idea de comprar una ASP explorer y lanzarme al espacio profundo me pareció una idea excelente.
–Vaya, la siesta se me ha ido de las manos.
–Ya lo creo, Trevor.
–Nadie me llama así, ni siquiera cuando aún usaba ese nombre, doctora.