Cmdr Topo Estepario
Role
Assassin / Privateer
Registered ship name
STNR-Manipulus
Credit balance
-
Rank
Elite V
Registered ship ID
Alliance Crusader stnr22
Overall assets
-
Squadron
Sine Terra Nullus Rex
Allegiance
Independent
Power
Felicia Winters

Logbook entry

Crónicas de Onil (Capítulo 3). Traición

25 Nov 2022Topo Estepario
25 de Noviembre de 3308 11:15 hora galáctica.
En algún lugar de Onil 4a

Salvor ajustó la temperatura del traje. Aquella roca helada consumía las baterías del Maverick a grandes dentelladas.

"Venga sólo. 11:15 hora galáctica. Onil 4a. -34,77⁰ / 25,18⁰"

El escueto mensaje del Embajador de Project Chaos no sorprendió a Marshall.

–Ve tú, Salvor –le había dicho Marshall–, tú eres más dialogante. Ese hombrecillo me produce tanto asco que temo no poder resistirme a la tentación de reventarle la cabeza con la culata de mi Manticore.

Un escuadrón de Vipers y MKII permanecían en órbita geoestacionaria sobre su posición y dos escuadrones de combate con Scorpions estaban apostados a cuatro kilómetros, listos para entrar en acción si el bueno del embajador sobreestimaba su suerte.

–Señor –la voz del sargento de los escuadrones de tierra sonó fría a través del intercomunicador de su casco–, tenemos una sidewinder dirigiéndose a su posición. Lleva algún tipo de inhibidor que impide su identificación.

–¿Ningún contacto más?

–No, Señor, al menos en 300 segundos luz el espacio está vacío, según el escuadrón en órbita.

–Recibido, gracias Sargento Swarz.

Desde poniente le llegó el estampido de una nave saliendo de supercrucero. Una estela cruzó el cielo y empezó a trazar una espiral descendente sobre él. La sidewinder desplegó el tren de aterrizaje y se posó suavemente sobre el suelo.

–¿Seguimos sin identificación de la nave, sargento?

–Afirmativo, no hay señal.

Apenas había visto fugazmente al Embajador en el carrier de Marshall, pero estaba seguro que el hombre que albergaba aquel enorme traje Dominator que bajaba de la Sidewinder no era él.

Salvor dio dos pasos hacia atrás, y con dos gestos fugaces y automáticos activó el escudo y desenfundó su Manticore apuntando a la corpulenta figura que acababa de pisar el hielo.

–¡Ni un paso más! Si mueves un solo dedo te frío aquí mismo.

La figura se detuvo y levantó lentamente las manos en un gesto inequívoco de sumisión. La luz tenue de la puesta de sol de Onil generaba unas sombras que le ocultaban el rostro. No había resplandor alguno que indicara que hubiera activado sus escudos.

–¿Quién cojones eres? ¿Dónde está el Embajador?

–Muerto–la voz de ese gigante sonó fría y ausente de toda emoción.

–¿Quién eres? ¿Qué quieres?

–Soy el General del ejército de Project Chaos, Janov Ramírez. Y tengo una propuesta que hacerles.

–¿En nombre de quién?

–Del pueblo libre de Onil.



25 de Noviembre de 3308 11:32 hora galáctica.
En algún lugar de Onil 4a

El Sargento Swarz permanecía atento al radar de su Scorpion. Sabía que no era una misión de escolta rutinaria. Había tantas cosas que podían salir mal, que no pudo evitar decirse que aceptar ese encuentro no había sido una buena idea.

–Escuadrón en Órbita, aquí equipo Tierra ¿algún movimiento?

–Negativo, Sargento, sólo dos Type-9 desarmadas con rumbo a Bailey Engineering.

–¡Repita eso! Confirme rumbo de esas Type-9.

–Confirmado, Señor. Han desaparecido de nuestro radar. Han debido salir ya de supercrucero para aterrizar.

–¡Aterrizar dónde, maldito idiota! –bramó Swarz– Bailey Engineering no tiene pista de aterrizaje para esas naves.

El Sargento ajustó el radar a más alcance y vio lo que se temía. Dos débiles señales blancas.

–¡Son eyectores térmicos! ¡Vienen en "silent running"! ¡Mierda! ¡Todos alerta, tenemos menos de cinco minutos!



25 de Noviembre de 3308 11:34 hora galáctica.
Órbita baja de Onil 4a

–"Maldito idiota", dice el presuntuoso soldadito.

El líder de ala del escuadrón que orbitaba Onil 4a, cortó la comunicación apuntando el puño con el dedo corazón extendido hacia arriba a la superficie del planeta. Miró en el panel de navegación y, efectivamente, los datos de ese asentamiento indicaban que solo tenía pista de aterrizaje pequeña.

–¡Joder!

Sintió una punzada de vergüenza. Tenía que haberlo comprobado.

Abrió el canal de escuadrón para dar la orden de salir de vuelo orbital y entrar en picado sobre la posición del Comandante Salvor, pero súbitamente la alarma de interdicción comenzó a aullar.

–¡Mierda!

Los testigos de escuadrón indicaban la interdiccón simultánea de todo el ala.

La Krait MKII salió violentamente de supercrucero y en el radar aparecieron decenas de triángulos rojos. La alarma antimisiles se volvió loca. Supo entonces que estaba muerto.



25 de Noviembre de 3308. 11:35 hora galáctica
En algún lugar de Onil 4a

–¿Y cuál es esa propuesta?

Salvor bajó levemente el arma. El General Ramírez hizo un gesto tranquilizador y se llevó la mano lentamente a un bolsillo del Dominator del que extrajo un cartucho de almacenamiento.

–En este cartucho están todas las facciones y flotas de la Alianza Imperial que operan en este sector. Onil era un sistema libre hasta que llegaron ellos y compraron a Husbi para que Project Chaos se uniera al imperio. Desde entonces Husbi mantiene el poder por la fuerza ayudado por la 1Glod. Créame, para los ciudadanos de Onil llevar la insignia imperial en los uniformes es una vergüenza.

Salvor bajó el arma pero no la enfundó. Se acercó a Ramírez y extendió la mano para coger el cartucho, cuando súbitamente su intercomunicador se abrió y la voz alterada del Sargento Warz le atronó en los oídos.

–¡Comandante, es una trampa! Vienen dos naves hacia nuestra pos...

Una explosión al otro lado del intercomunicador cortó la frase del sargento y la radio enmudeció.

–¡Hijo de puta!–Salvor volvió a apuntar a un desconcertado Ramirez que seguía con el brazo extendido ofreciendo el cartucho.

–No entiendo...

–Acaban de borrar a mi escolta ¿Crees que soy estúpido? ¡Ponte de rodillas, cabrón!

–¡Mierda! No lo entiendes, yo no...

–¡Silencio! –Salvor cambió a la frecuencia del escuadrón en Órbita– ¡Comandante Salvor a Escuadrón Órbita, evacuación inmediata!

Silencio...

–¡Escuadrón Órbita, es una trampa, evacuación YA!

Silencio...

–No, joder, no–Salvor se volvió hacia Ramírez que continuaba de rodillas con las manos levantadas y el cartucho en una de ellas–¿Cuántos vienen, hijo de puta, cuántos?

–No sé, yo no tengo nada que ver con esto, te lo juro.

Salvor se acercó a Ramírez y apoyó su Manticore en el cristal del casco. No hacía falta decir nada, el arma hacía la pregunta.

–Por los dioses, comandante, le juro q...

Una explosión a cinco metros los catapultó a los dos. Quien no haya visto los efectos de una honda expansiva en un planeta con baja gravedad se ha ahorrado mucha limpieza. Los escudos de Salvor lo protegieron del impacto, pero Ramírez no tuvo tanta suerte, estaba gravemente herido.

Una Type-10 aterrizó a pocos metros y bajaron cuatro comandos con las armas desenfundadas.

Salvor intentó moverse, pero a pesar de que los escudos le habían salvado de sufrir lesiones graves, aún estaba aturdido y sin respiración. Ramírez intentaba moverse. Tenía una pierna rota, sin duda y a juzgar por la sangre que le brotaba de la boca, un pulmón perforado como mínimo.

–¡Vaya, sigue vivo! Sí que eres duro, cabrón.

Uno de los comandos se había acercado a Ramírez y lo pateó sin piedad. El General se retorció de dolor.

–¿Crees que tu pantomima delatando al Embajador engañó a Husbi? Hace meses que sabemos que eres un jodido traidor.

Inexplicablemente, los comandos estaban centrados en Ramírez y a Salvor lo ignoraban, como si estuviera muerto. Era difícil sobrevivir al impacto de un misil aunque fuera con escudos y mucho menos salir casi ileso, cierto, pero a la vista estaba que era posible. Notó que aún tenía la Manticore en la mano. Tumbado aún y sin moverse, valoró la situación. Estaban de espaldas y con los escudos desactivados. ¿Se puede ser más insensato?

El soldado que lo había pateado apoyó su escopeta contra el casco de Ramirez. Se recreaba en el momento mientras los otros tres se reían.

Era el momento.

Salvor se incorporó y disparó. La cabeza del primer comando se evaporó, el segundo no supo lo que pasaba hasta que vio el agujero en su pecho, el tercero reaccionaba para activar los escudos cuando el brazo se le separó del hombro y el cuarto acertó a correr hacia la nave unos pasos hasta que el plasma impactó con su espalda. El tercer comando se aferraba a su brazo amputado. Si el sonido se propagara por el vacío, le habría oído suplicar por su vida antes de rematarlo.

–Vamos, Ramírez, si Husbi te quiere muerto es que has dicho la verdad.

Arrastró al maltrecho General hasta la Sidewinder y lo acómodó en el suelo. Activó los motores.

–¿Sin escudos? ¿En serio, General? ¿Ha venido a un encuentro como este en una Sidewinder desarmada y sin escudos. Está más loco de lo que creía.

Ramírez intentó decir algo pero el dolor le hizo perder el conocimiento. Bien, había que arreglarse con lo que había.

Una Type-9 apareció en el radar. Desarmada, no era un peligro. Puso la nave a 90 grados y activó el postquemador para entrar en supercrucero cuanto antes rumbo a La Birra de Brian.

Una sacudida hizo que el General le cayera encima.

"Recibiendo ataque. Recibiendo daño"

El casco había bajado de golpe al cincuenta por ciento. Volvió a activar el postquemador, pulsó el botón de FAOFF y dio la vuelta a la Sidewinder para ver qué lo atacaba. Una Type-10 disparaba sus multicañones implacable. Volvió a activar el postquemador y se dirigió directo hacia el atacante.

–Vamos a jugar, cabrón.

Salvor maniobraba esquivando las ráfagas de las armas asistidas. La Type-10 seguía en "silent running" y sin escudos. Tenía una oportunidad si conseguía impactar contra los portones abiertos de eyección térmica.

–Es... estás loco– Ramírez se había despertado.

–Sí, pero él no lo sabe.


# # #

En la Type-10, los artilleros intentaban acertar a la pequeña Sidewinder que zigzagueaba hacia ellos.

–Viene hacia nosotros, comandante.

El piloto sonrió ignorando a los artilleros.

–¿Y qué? Lo limpiaré de mi parabrisas como un jodido mosquito. Alto el fuego, a ver si tiene huevos.

Los multicañones dejaron de vomitar balas y el piloto accionó la palanca de gases a impulsión cero. La pequeña sidewinder de Ramírez iba directa en rumbo de colisión. En el último segundo, la sidewinder maniobró y pasó por encima de la enorme nave, arañando el casco de la Type-10 de proa a popa.

El piloto maniobró para volver a encarar la sidewinder.

–Jajaja, idiota, ha reventado sus motores contra el casco. ¡Has fallado, idiota!

La sidewinder, herida de muerte, intentaba maniobrar con los impulsores para detener la caída incontrolada hacia el suelo.

"Atención, temperatura crítica

Accionó el botón de los eyectores térmicos.

"Fallo de módulo"

–¡Mierda!–volvió a accionar el eyector.

"Fallo de módulo"

–¡JODER!–el indicador de temperatura se disparó hasta los 600 grados.

"Atención, temperatura crítica. Recibiendo daño por calor"

–Hijo de puta. No, no había fallado.

La Type-10 explotó.






25 de Noviembre de 3308. 12:50 Hora Galáctica.
FC Sine Terra Nullus Rex. Onil 4a

Turk Marshall estaba satisfecho. Las noticias de Galnet anunciaban que a las 12:30 horas Egovi Union había declarado la guerra a Project Chaos por el dominio del sistema.

"Esto es bueno, muy bueno, Marshall."

Hacía tiempo que había dejado de luchar contra la voz que escuchaba en su cabeza. Le hacía compañía y a veces ese tipo de preguntas incómodas que te hace quien te conoce bien y al que sabes que no puedes mentir.

–Desde luego. Me muero por ver la cara de Salvor cuando le dé la noticia.

Hacía casi dos horas que Salvor había partido para reunirse con el embajador. Accionó el botón del intercomunicador.

–Fleet Carrier La Birra de Brian, Capitana Sonia Colton al habla –contestó el altavoz.

–¿Ha vuelto ya el Comandante Salvor, Capitana?

–No, Comandante.

–¿Alguna noticia de ellos?

–Negativo, el Comandante Salvor nos ordenó silencio de radio en sus frecuencias hasta las 13:00 horas.

–Gracias, Capitana. Si contactan con él díganle que venga a mi carrier con hielo y una cubitera.

–No creo que quede mucho hielo en La Birra de Brian, Comandante. Aquí también lo estamos celebrando –la Capitana Colton soltó una sonora y cantarina carcajada.

Marshall sonrió. ¡Qué narices! Todos habían trabajado duro para esto. Una victoria así de rápida había que celebrarla.

–No lo celebren en exceso, mañana tendremos trabajo duro.

(**Sigue el Out of Context de Marshall en Twitter: @CmdtEstepario**)
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