EL RESCATE DE KATYUSHA
28 Aug 2024QUATUM RICK
Capítulo 1: La Señal de AuxilioEra un día tranquilo en el vasto cosmos, hasta que una señal de socorro irrumpió en el silencio de la cabina de la Aguijón Negro, una Python de combate. La nave, acompañada por la Vulture Darkhawk, se encontraba patrullando los límites del sistema Prajau. La voz que llegaba a través del comunicador era femenina, joven, y repetía en bucle:
"Señal de auxilio, esta es la nave Type 7, Matrioska, en estado crítico. Fui atacada por naves piratas, estoy a pocos saltos del sistema Prajau, mi condición es..."
La señal se cortaba abruptamente antes de reiniciarse. El comandante Arikm Taylor, al mando de la Aguijón Negro, ajustó el comunicador, su rostro curtido por los años de exploración y combate se frunció en concentración. A su lado, el comandante Nacho Teller, al timón de la Darkhawk, miraba fijamente la pantalla.
—¿Vamos a investigar? —preguntó Nacho, con un tono de voz que revelaba más curiosidad que preocupación.
Arikm reflexionó por un instante. Tenían una agenda llena de reuniones importantes, pero la llamada de auxilio era difícil de ignorar. —Es una mujer quien emite la señal —murmuró—. Y está en peligro. No podemos dejarlo pasar.
Ambos pilotos giraron sus naves en dirección al origen de la señal, cerca de la órbita del planeta rocoso Negi 1. Volaron en velocidad de crucero y, en cuestión de segundos, llegaron al área. La Matrioska flotaba en el espacio, su casco perforado y perdiendo fluidos, una sombra de su antigua gloria. Nacho escaneó los alrededores rápidamente.
—No hay señales hostiles en la zona —informó.
A medida que se acercaban, pudieron ver que la cabina de la Matrioska estaba hecha pedazos. Lo más inquietante, sin embargo, era que el asiento del piloto estaba vacío.
—Solo hay dos opciones —dijo Arikm con gravedad—: o escapó en una cápsula, o fue succionada al vacío del espacio.
Nacho iluminó el costado de la nave, revelando su nombre: "CEH, Matrioska".
—¿CEH? —Nacho frunció el ceño—. ¿No es ese el distintivo del Comando Elite Hispano?
Arikm asintió. —Debemos comunicarnos con el Vicepresidente Clint Carter. Nacho, llama a los chicos que estén de descanso. Quiero que inicien una búsqueda de la cápsula de escape en la superficie del planeta.
Capítulo 2: Un Llamado Urgente
En el Bar de Manolo del sistema Putas, el aire estaba cargado del aroma de comida recién hecha. El comandante Quatum Rick, un veterano con más batallas en su historial que estrellas en el cielo, disfrutaba de una comida con la Coronel Wanda, de la Alianza. La joven de cabello negro y lacio le sonrió mientras levantaba su jarra de cerveza.
—Estas son las mejores tapas de la burbuja, Rick. Dicen que Manolo usa tecnología guardiana para prepararlas.
Rick sonrió. —He estado en muchos lugares, Coronel, y tengo que admitir que tienes buen gusto.
El relajado ambiente se vio interrumpido por el sonido insistente de un comunicador. Rick se disculpó y se alejó de la mesa, buscando algo de privacidad.
—Aquí Rick —contestó.
La imagen del Vicepresidente Clint Carter apareció en la holopantalla. Su rostro, marcado por las preocupaciones y la gravedad de la situación, hablaba antes que sus palabras.
—Rick, tengo malas noticias. Hace ocho horas perdimos contacto con la CEH Matrioska. Arikm y sus hombres la encontraron, pero no hay rastro de Katyusha. Han iniciado una operación de búsqueda, pero aún no tenemos noticias.
—¿Dónde están buscando? —preguntó Rick, su voz llena de urgencia.
—Sistema Negi. He enviado al comandante Sónico para que se encargue.
Rick cerró la comunicación, sus pensamientos corriendo a mil por hora. Se despidió de la Coronel Wanda con una disculpa apresurada y corrió hacia el puerto espacial, donde su corveta estaba lista para partir.
Capítulo 3: La Búsqueda
En la órbita de Negi 1, la Cobra Mk3 Damasco, piloteada por el comandante Litrus, flotaba cerca de la corveta roja de Quatum Rick. El rostro de Litrus apareció en el comunicador de Rick.
—Comandante Rick, por órdenes de nuestro Maestre Supremo Arikm, hemos desplegado nuestras fuerzas en este sistema, pero no hemos podido encontrar la cápsula de escape. Tenemos órdenes de replegarnos, pero he dicho a mis hombres que patrullen una hora más por si acaso.
—Gracias, comandante. Agradezco su ayuda —respondió Rick, con tristeza en su voz.
Rick revisó el mapa del sistema una y otra vez. —¿Dónde estás, Katyusha? —se preguntó en voz alta. La idea de que los piratas pudieran haberla matado lo enfurecía.
—¿Qué hacemos, Rick? —preguntó el comandante Sónico por el canal abierto—. Las fuerzas de los Caballeros de Zion ya se han retirado y la Type 7 de Katyusha fue remolcada rumbo a Agarda.
—Dame solo dos horas —dijo Rick—. Necesito hacer unas llamadas.
Marcó rápidamente un número en su comunicador. —¿Estás ahí, Roxana?
—Aquí estoy, Rick. ¿Qué sucede?
—Katyusha está desaparecida, pero lleva un localizador. ¿Puedes rastrear esta señal? —Rick comenzó a teclear una serie de números rápidamente.
Minutos después, un destello azul apareció en la holopantalla, marcando un punto en la superficie del planeta.
—¡Sónico, cúbreme! —ordenó Rick—. Creo que he encontrado la cápsula de escape.
Rick inició un descenso rápido hacia la superficie del planeta. Su SRV derrapó entre las rocas, acercándose al borde de un abismo donde la cápsula de escape descansaba peligrosamente. Saltó del vehículo y corrió hacia la cápsula. El faro de señalización estaba estropeado, lo que explicaba por qué no la habían encontrado antes.
—Los signos vitales están muy bajos —murmuró Rick, luchando por liberar la cápsula de entre las rocas y los restos de metal retorcido.
—¡Comandante Sónico, avisa al Doctor Kevin en el hospital orbital de Kumana! Tenemos una paciente en estado crítico —gritó Rick por el comunicador.
—Entendido, comandante —respondió Sónico con rapidez.
Capítulo 4: La Recuperación
Dos días después, en la sala de recuperación del Hospital Orbital de Kumana, Rick esperaba junto a la cama de Katyusha. El doctor Kevin se acercó a él, su expresión mezcla de alivio y cansancio.
—Tiene suerte de haberla encontrado a tiempo, comandante. Una hora más y habría sido demasiado tarde. La hipotermia casi acaba con ella, pero logró salvarla.
Katyusha abrió lentamente los ojos, su voz era apenas un susurro. —¿Cómo lo hiciste, Rick? ¿Cómo pudiste encontrarme?
Rick sonrió, una sonrisa llena de cansancio y alivio. —¿Recuerdas el collar que te regalé, el que tiene forma de conejo?
Katyusha asintió débilmente. Rick señaló el rubí en el ojo del conejo. —Ese no es solo un adorno. Es un nano transmisor. Te lo di por si alguna vez necesitabas que te encontrara.
Katyusha dejó escapar una risa suave, apenas un susurro. —Eres un pícaro, Rick... pero me salvaste la vida. Gracias.
Rick tomó su mano, sus ojos llenos de promesas de venganza para aquellos que le habían hecho daño a su amiga. —Siempre estaré ahí para ti, Katyusha. Siempre.
FIN