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bitacora del cmdt Quatum Rick

17 Dec 2024QUATUM RICK
Bitácora del Comandante Quatum Rick

Sistema Sol, Diciembre 3310


La galaxia está en llamas. Desde que los targoides intensificaron su ofensiva, la humanidad lucha desesperadamente por sobrevivir. Las defensas del sistema Sol están al borde del colapso, y la Tierra, nuestra cuna, se encuentra ahora bajo un asedio sin precedentes. Entre las ruinas de antiguas ciudades, los recuerdos del pasado parecen pequeños y fáciles de olvidar. Pero no para todos.

Recibí una transmisión urgente de la Coalición Interplanetaria de Preservación Histórica. Una voz tensa pero decidida me explicó la misión: “Comandante Rick, necesitamos que evacúe una colección de arte profano que se encuentra en las ruinas de una antigua ciudad de Italia. Específicamente, en el Vaticano. Entre los objetos hay una caja de madera decorada con criaturas aladas. La llamaban el Arca de la Alianza. Y, comandante… bajo ninguna circunstancia abra esa caja. Según los registros históricos, la última vez que alguien lo hizo… bueno, los resultados no fueron agradables.”

El mensaje era claro, pero también surrealista. Mientras la humanidad luchaba contra una amenaza extraterrestre, alguien pensó que una reliquia milenaria valía la pena salvar. Aun así, no era momento para cuestionar órdenes. Mi nave, la CEH CURRAMBA, era una de las pocas que podía cruzar las defensas orbitales targoides gracias a su sistema de sigilo avanzado de navegacion silenciosa. Sabía que esta misión sería peligrosa, pero también sabía que, si fallaba, aquello que transportaba podía quedar en manos de una especie que ya había demostrado ser implacable.

Descenso a las Ruinas del Vaticano
Al entrar en la atmósfera terrestre, la magnitud de la devastación era evidente. Roma, una de las ciudades más antiguas y veneradas, yacía en ruinas. Columnas de humo negro se alzaban como cicatrices sobre el horizonte. Drones de combate targoides patrullaban la zona, y los destellos de explosiones iluminaban el cielo gris. Aterricé en lo que quedaba de la Plaza de San Pedro. La majestuosa Basílica, ahora reducida a un esqueleto de piedra y acero retorcido, era un testimonio de lo efímera que puede ser la grandeza humana frente a una fuerza imparable.

Con mi rifle de plasma asegurado y un dron explorador a mi lado, avancé entre los escombros. Las coordenadas me llevaron a una cripta subteránea, milagrosamente intacta. El aire era pesado, impregnado de polvo y ceniza. La luz de mi casco iluminó las paredes, decoradas con frescos que contaban historias de fe y milagros. Finalmente, llegué a la sala central. Y ahí estaba: una caja de madera ornamentada, rodeada de inscripciones en lenguas arcaicas. A pesar del paso de los siglos, la caja parecía extrañamente intacta, como si algo más que la madera la protegiera.

La Fuga
No tenía tiempo para contemplaciones. Activé el campo antigravitatorio de mi equipo y comencé a transportar la caja hacia la superficie. Pero los targoides, como si hubieran percibido algo, intensificaron su ataque. Mi comunicador chirrió con advertencias del sistema de defensa de la nave: “Detectando actividad hostil. Scouts targoides aproximándose.”

Corriendo a través de los escombros, logré alcanzar la CEH CURRAMBA justo cuando los drones comenzaron a disparar. Subí a bordo y activé los motores. La nave despegó, esquivando los rayos de energía que parecían perseguirme como serpientes luminosas. La caja estaba segura, al menos por ahora.

Mientras ascendía hacia el espacio, no podía evitar pensar en las palabras del mensaje: “Por nada se le ocurra abrir esa caja.” Miré el compartimento donde la había asegurado. La curiosidad me invadió por un instante, pero la imagen de alguien derritiéndose como plastilina fue suficiente para disuadirme. A veces, algunos secretos del pasado deben permanecer cerrados.

Reflexiones
Ahora, mientras me alejo de la Tierra y de su destrucción, no puedo evitar preguntarme si lo que transporto es una herramienta de salvación o una bomba de tiempo. Los targoides han demostrado ser insensibles a nuestras armas convencionales. Quizá algo más antiguo, más primitivo, podría cambiar el curso de esta guerra. Pero también sé que jugar con lo desconocido puede tener un precio terrible.

El destino de la galaxia puede depender de decisiones como esta. Y yo, el Comandante Quatum Rick, me encuentro atrapado entre el pasado y el futuro, llevando una carga que podría ser la clave para la victoria… o el inicio de nuestra ruina final.
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