33040928 Nubarrones
28 Sep 2018Harfang
Estos días he estado de mal humor, y solamente comentarios testigos de mi humor negro y socarrón logran sacarme una sonrisa.Y al ver la noticia que recibí hoy de que soy príncipe imperial desde el 8 de septiembre, registrado como tal en la registraduría imperial, tampoco me ha devuelto la sonrisa. Parece que mi hermano, rey de Kaiakul, me ha perdonado malentendidos del pasado y me ha nombrado príncipe heredero de este sistema de extracción donde nací... Me la suda bastante...
Me pide ahora que vaya a un evento de coronación.. Hace mucho tiempo que no paso por Kaiakul, y parece incluso que mi madre va a viajar desde Kamokan y me esperan por allá... Me lo pensaré.
Por otra parte, todo el asunto ese del proyecto de boda entre la princesa Aisling y esa gonorrea de embajador federal me ha sentado malísimo. Menos mal abortó.
Luego, los problemas políticos internos respecto a Scarlet Society y ALA no me han devuelto la sonrisa. Sin embargo, lo que más me cabrea es esta campaña a favor de satrapías comunistas alrededor de Guuguyni, llevada por algunos miembros de ALA...
Todo el mundo conoce mi lealtad inquebrantable hacia el Imperio, pero algunos se olvidan que yo, al unirme a ALA y al ponerme al servicio de ISS, originalmente era un Imperial conservador y hasta tradicionalista. La razón principal por la que me uní a ALA fue la lucha antiesclavista con la cual ya me había comprometido después de unos acontecimientos personales. Mi compromiso antiesclavista en ningún momento ha vacilado. Sabía que al unirme a ALA pasaba a formar parte de una organización imperial de corte liberal, y en el marco de la lucha contra la esclavitud me parecía aceptable. Sin embargo, los asuntos políticos toman un giro preocupante últimamente, puesto que la extrema izquierda se está apoderando de nuestra facción y que el cáncer del comunismo invade los mismísimos rangos de ALA... Después de todo, hay que entender que lo que más odio después de un federata, es un puto comunista... Y vivir entre liberales ya es un reto para alguién que sigue siendo de mente conservadora, pero estar rodeado de la peste comunista me hace sentir que vivo dentro del filtro de un reciclador de estación...