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Bitácora de la comandante 10

29 Mar 2020Snowsturm
Sector: Sanguineous Rim
Cuadrante: 340 : 562 : -1450
Sistema: HIP 36601
Localización: HIP 36601 C 5 A, -50.06°, 169.28°
Hora: 21:51:50 del 28 Mar 3306.
Cambio.




El espacio exterior es... inmenso. Inmensurable y vasto. Es increíble pensar en cuanto, como raza, hemos descubierto; en la magnitud de las implicaciones de una raza sensible, ahora extinta, y en la gravedad del conocimiento de una raza consciente a la cual hemos castigado intencionalmente con un genocidio... No  que me moleste mucho, claro. Jamás se han fastidiado en mediar encuentros pacíficos con la humanidad, fuera de sus hiperdicciones forzadas para estudiarnos como alimañas de pecera, así que con más satisfacción opino que podrían disfrutar plenamente de otro par de bombas de fisión como regalo a sus legendarias naves Mega Colmenas. Insoportables floripondios, gérmenes desagradables. Brr. Ya les había visto unas cuantas de veces muy, muy de cerca, y sobreviví para contarlo.
Un céfiro resoplaba a lo largo de la cabina de Stellar Compass, soplando amablemente sobre mis hombros. Me estremecí de repente.
—Air conditioner, off. —comandé para detener la brisa. Con un murmullo electrónico, el dispositivo pareció explayarse hasta agregar al silencio de la cabina.
El Mayor Frost no se encontraba a bordo. De hecho, hace bastante tiempo que no le veía. Hay bastante que he fallado en relatar en el trayecto de los últimos dos años, y esta es una de esas nimiedades. Descubrí que todo copiloto, fuera de adueñarse de un porcentaje de mis ganancias, volasen conmigo o no, el Código de la Federación de Pilotos instruye que un porcentaje del rango de combate otorgado a nivel galáctico por la misma Federación de Pilotos debe compartirse con cada miembro de la tripulación contratado. Bah. Qué porquería. Por supuesto, eso me tenía tan rezagada. Podrían introducirse sus estatutos por…

Localización: HIP 36601 C 5 A, 18.10°, 4.14°
Hora: 22:16:34 del 28 Mar 3306.
Cambio.




Una de las razones por la cual vuelo sola ahora es por el silencio. No hay música, no hay noticias. Sólo disfruto el silencio. Me hace falta. Al menos me ha hecho falta durante las últimas semanas. O meses. Más bien meses.
Low gravity warning. —informó Celeste.
Ignoré la advertencia rutinaria, y luego de que la nave desenganchara el Escarabajo, di media vuelta y me dispuse a explorar un poco a cuatro llantas. Estaba en este satélite decrépito en la mitad de la nada, como de costumbre, en busca de unas formaciones cristalinas reportadas en esta zona que contenían materiales de alta rareza muy necesarios en los procesos de desarrollo e ingeniería avanzados para los módulos de naves espaciales. El problema de todo esto es que no había dónde comprarlos. Ninguno de estos materiales eran precisamente costosos, mas no es que hubiese un negocio específico que les minase o extrajese de la tierra, ya que su demanda era increíblemente baja; así que bien, la que quiere, busca, y la que busca, encuentra. Encima, la cantidad que requería era tan mínima que el picar trocillos de los cristales con láseres me era más que suficiente para el propósito que les tenía destinado.
—Al menos el terreno es más homogéneo y parejo aquí. —mascullé ausente. La verdad que el conducir en terreno abrupto era todo un dolor de cabeza, y más aún con baja gravedad. Fórmula rápida y segura para llenar una bolsa con lo que fuese que hubiese comido de almuerzo.
Incoming message. —Celeste, mi asistente de vuelo artificial, parecía casi feliz de dejarme saber que alguien quería cruzar palabra conmigo.
Fruncí el ceño. —Otro imbécil del mercadeo de alguna facción que quiere mis servicios, seguro, ¡pero si estoy a más de mil setecientos años luz de…! —pausé, extrañada—. Comandante, ¿quién? ¿Ni-be-ro-bey? ¿Qué tipo de nombre es ese? —negué con la cabeza, cruzándome de brazos luego de guiar el vehículo a una parada completa—. Es un mensaje bastante estándar… Reunirse conmigo, ¿eh? Será otro rarito… Vamos a ver —negué de nuevo, guiada por mi mentón, y me retiré parte del flequillo del rostro al mirar la pantalla a mi diestra—, computer, please conduct full queries on criminal history, wants, warrants, and personal identifiable records on Commander Niberobey. —ordené a mi terminal luego de introducir mis credenciales imperiales. Una populosa lista de fechas, cargos, jurisdicciones, y disposiciones de juicios efectuados in absentia inundó mi pantalla. Al mirar con detalle, no pude evitar una carcajada dentro del pequeño róver de plexiglás. Este vil personaje era bien conocido, y detestado, entre los federales, y buscado en varias de sus jurisdicciones, sin extradición. Así que, a menos que cada botín se cobrase individualmente en la soberanía de cada comarca de incumbencia específica, cosa que tomaría tiempo y gasolina, no sería de gran ganancia al cobrarse con pérdida con defecto frente a un representante de Factores Interestelares, lo cual explicaría por qué seguía vivo y merodeando.



—Podría llegar a agradarme este sujeto. —musité, cerrando la ventana holográfica y le proseguí a atinarle cuatro tiros láser a otra formación cristalina, quebrando una bifurcación delgada. Mentalmente fui rumiando qué responderle precisamente—. Delincuente, pero listo. —me sonreí divertida.
Cargo hold at maximum capacity.
Una vez de vuelta a la nave, róver recogido por los ganchos frontales y asegurado al interior del hangar de vehículo, me encontré sentada de vuelta en mi silla y abrí el panel de comunicaciones. El cursor pulsante me interrogaba para que le alimentase con palabras.
‘Saludos Comandante.
Me encantaría …’ Fruncí el ceño. No. Demasiado cursi.
‘¿Qué quieres, subnormal, o es que te encanta ir por ahí mandando mensajes como cupido forrado en plomo?’ No. Bueno. Tal vez.
Fruncí el ceño de nuevo y arrugué el labio, mostrando dientes de lateral.
—Detesto escribir mensajes. —musité descontenta y me desinflé en mi silla. Cerré los ojos por un instante y pensé en casa. Vance Terminal. Pensé en el amplio pastizal frente a mi cabaña, en los árboles, en el olor a pino y a roble. En los parques y en el vino en las horas de la tarde. Suspiré a gusto.
Parpadeé—. No suena mal. —parpadeé de nuevo—. No suena nada mal. —sonreí.



‘Send.’
—Listo, satisfactorio. —me alcé de hombros y fruncí los labios, encendiendo motores para elb despegue y trazando ruta hacia el siguiente sitio de extracción.



Fin de la transmisión.
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