Diario 1: Primeros días en Coelho Station
05 Oct 2024Tess Mirlen
Ni siquiera sé por dónde empezar... se supone que debo llevar una bitácora de viaje, es parte del protocolo estándar de la Federación de Pilotos. Debo registrar todo: viajes, el mantenimiento de mi nave, ideas... ¿Mis ideas? Apenas puedo ordenar mis pensamientos. Se siente... raro.Todo ha pasado tan rápido desde que dejé mi hogar adoptivo. Crecí escuchando sobre la Federación de Pilotos por mi madre, Helena Mirlen, aunque nunca imaginé que algún día seguiría sus pasos. La Federación parece estar en todas partes, pero resulta increíblemente difícil obtener información concreta sobre ellos. De cierta manera, son un misterio, aun cuando parecen estar en todos lados.
Mi madre se fue cuando tenía 10 años. Un día, simplemente, vinieron dos comandantes por ella y se marchó. No me dio explicaciones; solo se disculpó y me dijo que era por mi bien. No paré de llorar por días. Mi padre había muerto apenas dos años antes, y ahora había perdido a mi madre también. No pude evitar odiarla por abandonarme de esa manera, pero siempre tuve la sensación de que algo más estaba sucediendo.
Pasaron casi cinco años sin saber de ella, hasta que comenzó a enviarme transmisiones con mensajes. Estaba en Matet, en el distrito de la Federación de Pilotos, donde obtuvo su licencia de comandante. Esos mensajes nunca fueron muy detallados, pero eran lo único que tenía de ella. Con el tiempo, esas transmisiones se volvieron cada vez más esporádicas, hasta que, dos años después, dejaron de llegar por completo. Poco después, recibí un mensaje de la Federación de Pilotos confirmando su desaparición.
Volví a llorar por días; sentí como si la hubiera perdido de nuevo.
Cuando cumplí 20 años, decidí abandonar todo. Después de todo, no había nada en mi antiguo hogar para mí. Así que vine a Matet. El viaje fue difícil; tuve que gastar todos mis ahorros. Y la verdad, nunca me vi a mí misma como comandante. Siempre admiré a mi madre, pero nunca creí que seguiría sus pasos.
Y ahora... aquí estoy. Hace apenas una semana obtuve mi licencia. Fue inesperadamente fácil, como si la Federación estuviera ansiosa por lanzar a más pilotos al vacío. Me asignaron una vieja Sidewinder, nada especial. Puedo disponer de ella como me plazca, pero el mantenimiento corre por mi cuenta.
Aún no sé muy bien qué hacer con todo esto. Lo único que tengo claro es mi objetivo: descubrir qué le ocurrió a mi madre. No puedo dejar de pensar en eso. Es lo único que me mantiene en movimiento.